Segundo capturado por muerte de ambientalista
Lo acusan de feminicidio agravado. Fue el responsable de trasladar en lancha a los hombres que asesinaron a la activista. Seguimiento.
Un juez colombiano envió a prisión por feminicidio agravado a un segundo sospechoso del asesinato de la activista colombo- española Juana Perea, ocurrido el pasado 29 de octubre en Nuquí ( Chocó), informó ayer la Fiscalía.
Se trata de Aristides Pacheco Benítez, conocido como alias Mulo e integrante del Clan del Golfo, la mayor organización criminal colombiana, vinculada con el narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión a migrantes.
Pacheco Benítez fue capturado en octubre por otros delitos, pero fue puesto en libertad condicional. Un juez avaló ahora la petición de arresto de la Fiscalía y lo envió a prisión, acusado del feminicidio agravado de la líder social.
El detenido sería, según el relato de la Fiscalía, quien trasladó en una lancha a los hombres que raptaron a la ambientalista, de 50 años, en su residencia de Nuquí y la llevaron a una zona conocida como Coquí, donde fue asesinada y su cuerpo arrojado al río en el que lo encontraron pescadores de la zona.
Se trata de la segunda detención en este caso, después de que un juzgado también enviara a prisión a Néstor
Lozano Muriel, alias Tigre, presunto autor material del crimen y también integrante del Clan del Golfo.
La Fiscalía indica que el asesinato fue ordenado por “cabecillas del Clan del Golfo” porque, al parecer, la mujer los increpó y les pidió abandonar la región para reactivar proyectos ecoturísticos y dar garantías de seguridad para el regreso de turistas a la región.
¿ Quién era?
Juana Perea, que era nieta de Andrés Perea Gallaga, quien en 1945 fue el primer delegado del Gobierno vasco en Colombia, se había establecido hace unos años en Termales, un caserío remoto que hace parte de Nuquí, donde estaba construyendo un hotel ecoturístico.
Además de ser activista y empresaria, la víctima también enseñaba a las mujeres de Nuquí a coser para que tuvieran algún medio de subsistencia, según recuerda su familia. Igualmente, era conocida por su activismo contra la construcción de un puerto en el golfo de Tribugá, unos 5 kilómetros al norte de Nuquí, por el daño que la obra causaría a los ecosistemas marítimos y terrestres de la zona que tiene una biodiversidad única en el mundo.