A la mejor manera de la picaresca española
Por gentil cortesía de Fernando Alonso Ramírez, llegó a mis manos el libro El perverso mundo de los monaguillos o El milagro de la Virgen
de Piamonte, escrito por José Abelardo Ramírez Gómez, un hijo ejemplar del municipio de Pensilvania y publicado el año pasado en Michoacán ( México).
Confieso que abordé inicialmente la lectura de este singular texto, con la espontánea reserva que se tiene cuando nos acercamos a un autor desconocido de provincia.
Sobre todo, por la discreta referencia del editor de noticias del diario LA PATRIA, quien al entregármelo me dijo que se trataba de algo así como de las “locuras de un tío que se atrevió a publicar la historia de sus andanzas por el mundo”. Ha de saber el lector, que la sorpresa fue in crescendo a medida que me adentraba por las páginas centrales del libro y me atizaba el deseo de llegar al final. Así de ameno es el libro, lleno de suspenso y acción, como los mejores dramas de la literatura clásica.
En los primeros capítulos el lector se sorprende al leer los relatos de un personaje popular quien, mezclando los recuerdos de su infancia con las remembranzas de su pueblo natal, hace uso de un lenguaje que, por su buen nivel gramatical y sintáctico, se aleja de la imagen preconcebida que se tiene de un autor de origen popular desnudándose para contar sin fingimiento los recuerdos más íntimos de una infancia vivida entre la pobreza familiar y el encanto bucólico de los paisajes rurales de la provincia del oriente de Caldas. Y que lo hace a la mejor manera de la picaresca española, recordándonos las lecturas de La vida del Lazarillo de Tormes y de sus fortunas o adversidades, o de la Historia de la vida del Buscón, llamado don Pablos, ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños, o de Guzmán de Alfarache, entre tantas otras que leímos en la Universidad, de la mano de nuestro maestro Octavio Hernández Jiménez, cuando disfrutábamos de ese subgénero literario narrativo de la literatura que floreció en la transición entre el Renacimiento y el Barroco español.
El autor, inspirado en el alias de Corocito, como se le conoció en la
El autor, inspirado en el alias de Corocito, como se le conoció en la Pensilvania de su niñez, nos entretiene con su grata inmersión en el recuerdo de sus pilatunas infantiles
Pensilvania de su niñez, nos entretiene con su grata inmersión en el recuerdo de sus pilatunas infantiles, ordenadas cronológicamente desde las vivencias de la niñez en la finca del Líbano, de propiedad del sacerdote Felipe Gutiérrez Zapata, donde vivieron los padres del autor, pasando por el reporte de datos desconocidos de clérigos famosos en la historia del oriente caldense como Rafael Amador Ramírez y Daniel María López Rodríguez. También, por las noticias acerca de los lugares tradicionales de su tierra nativa, la casa Cural, los cementerios, las hermanas de la Presentación, la antigua iglesia, las cabalgatas, los incendios y terremotos, el “barrio de la mujeres”, los cerros de Piamonte y de la Cruz, sus travesuras con los compañeros de infancia con quienes compartió el folclórico quehacer de los monaguillos en la parroquia de Pensilvania, además de muchas otras rememoraciones de la cultural local de esa población de los años 50 y 60, en que transcurrió su niñez y primera juventud.
Ante la mirada atónita del lector, el protagonista Corocito se empieza a transformar a partir de su expulsión del colegio de bachillerato motivada por sus actitudes de rebeldía y su consiguiente escape a la ciudad de Bogotá. Después de unas difíciles semanas de ambientación en el nuevo escenario capitalino, Corocito empieza a desenvolverse al lado de grandes figuras de la farándula nacional y se nos convierte en un creativo periodista y en un genial empresario del arte y la cultura, con avezado ingenio para acceder a los más privilegiados escenarios de la prensa, la radio y la televisión colombianas, para sacar adelante los más insólitos proyectos que generarán importantes utilidades económicas no solo para él, sino también para sus célebres socios, entre quienes se destacan Jesús Antonio Ramírez Cardona ' Vilmarte'; Adán Ramírez Casas, ejecutivo del diario El Tiempo; la Fundación Eladia Mejía; y Armando Plata Camacho, “Voz de las grandes empresas de Estados Unidos y Europa”, entre muchos otros de talla nacional e internacional.
Y como si fuera poco, Corocito va a dar con el tiempo a Santo Domingo ( República Dominicana), donde la suerte lo pone en una relación de amistad con Antonio de la Maza, el legendario personaje involucrado en el asesinato del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, ocurrido el 30 de mayo de 1961. Esta circunstancia le permite a Corocito, o mejor a José Abelardo Ramírez Gómez, convertirse en uno de los mejores conocedores del mundo de la tiranía dominicana en la Era Trujillo y de los violentos sucesos que siguieron a la muerte del tristemente célebre déspota de Santo Domingo.
De suerte que al finalizar la lectura del libro El perverso mundo de los monaguillos, encontramos la razón del privilegiado nivel cultural del antiguo pícaro sacristán del padre Felipe Gutiérrez Zapata y concluimos que su obra no es otra cosa que el testimonio sincero de un hombre sumamente valioso que desea ofrecernos sus vivencias como un significativo modelo de superación, en especial para las jóvenes generaciones de hoy que desean llegar a los más encumbrados éxitos sin recorrer el necesario, pero tortuoso camino del esfuerzo y la perseverancia.