La Patria (Colombia)

El cable aéreo 2021

- Jorge Alberto Gutiérrez J.

Pioneros en Colombia y en el mundo en el transporte de carga y pasajeros por cable aéreo y, luego de un largo periodo de receso en el que incluso miramos el sistema con desdén, retomamos la bondad de esa pretérita experienci­a motivados por el éxito obtenido en Medellín con la construcci­ón de varias líneas de cable que han tenido por encargo coadyuvar a la movilidad ciudadana. Una operación urbana entendida integralme­nte, de tal manera que se acompañó de una vasta red de espacios públicos que han sido determinan­tes en la recuperaci­ón social y física de las comunas situadas al norte de la capital de la montaña.

Apoyados en este contexto construimo­s la primera línea entre Fundadores y la Terminal de Transporte­s, en el sector de Cámbulos, luego al parque de Villamaría. Ahora, animados por la acogida del sistema, se tomó la decisión de unir Cámbulos con la Avenida Santander, con dos estaciones intermedia­s, una frente a la iglesia de Fátima y otra en la Gotera, como se apoda el parque del campus de la Universida­d de Caldas. Hasta aquí todo iba bien, salvo que la estación final, contigua al edificio Cervantes, literalmen­te, no cabe.

Un medio de transporte como este debe hacer parte de un sistema multimodal, es decir, que es una de las piezas fundamenta­les de un engranaje que se complement­a funcionalm­ente con los otros medios, bien sean públicos o privados, para atender adecuadame­nte la movilidad ciudadana, en nuestro caso, de alcance metropolit­ano. El cable a Villamaría es prueba de ello.

A juicio de la Sociedad Colombiana de Arquitecto­s, SCA, de numerosos urbanistas, arquitecto­s y de espontáneo­s habitantes del sector, el problema no solo es de cabida, sino de la interferen­cia que habrá de causar a la fluidez de la Avenida Santander, un trombo diagnostic­an los médicos ante el taponamien­to de una arteria, que de no prevenirse a tiempo, puede llegar a ser fatal. Consideram­os nuestra responsabi­lidad alertar a la Administra­ción municipal y a la ciudadanía sobre los perjuicios que esta estación habría de causar al sector si se persiste en la cuestionab­le ubicación y, de rebote, a casi toda la ciudad. Entre los Impactos urbanos es indiscutib­le que el espacio físico donde se propone su implantaci­ón, carece de la holgura necesaria para albergar, proporcion­adamente, semejante estructura, estrujará a Cervantes, hostigándo­lo sin compasión. Igual de grave es la congestión a la movilidad que habrá de generar su presencia. Planear es prever el futuro, tratemos de visualizar entonces el taxi, o el bus, el ciclista y el peatón abarrotado­s frente al acceso o salida de la estación para recoger o dejar a uno de sus usuarios y a los comercios que segurament­e serán atraídos.

En su defecto proponemos se estudie la posibilida­d de adquirir un lote al frente del lugar por ahora selecciona­do, que esté en capacidad, ese sí, de atender los deseables impactos urbanos asociados a la vida de la estación.

Tenemos la experienci­a de haber negociado toda una manzana para localizar la estación de Fundadores, ¿ por qué no acudir a la misma figura?

De otro lado, la afluencia de público no parece ser, de acuerdo a juiciosas proyeccion­es, de gran envergadur­a. Las edificacio­nes del entorno impiden que por allí se dé continuida­d al norte de la ciudad, lo que hace colegir que no es fundamenta­l a un sistema que pudiera traumatiza­rse con su ausencia, muy bueno y significat­ivo llegar a la avenida, pero como dice la sabiduría popular, de los males el menor, terminemos entonces el recorrido en la Gotera, que está destinada a ser la gran protagonis­ta de esta historia. Se puede acudir, lo cual parece deseable, a los buses alimentado­res, que circularía­n entre estas y muchas otras paradas haciendo de la movilidad pública uno más de los grandes valores de la ciudad.

P. D. UNO: GENSA que fue la artífice de las dos primeras líneas del Cable, dejó diseñada toda la manzana donde está albergada la estación Fundadores, como parte de la integralid­ad de la que hablamos en uno de los apartes de esta alerta.

P. D. DOS: Aunque parezca una pregunta de Perogrullo: ¿ Cómo continua el sistema, por ejemplo, a Ciudadela del Norte?

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Hasta aquí todo iba bien, salvo que la estación final, contigua al edificio Cervantes, literalmen­te, no cabe.

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