PENSILVANIA
La Alcaldía
confía en empezar a prestar servicios en dos meses, después de una visita preliminar que debe hacer la Secretaría de Agricultura y una posterior revisión de aprobación del Invima a la Planta de Beneficio. El alcalde, Jorge Orlando García Restrepo, resaltó que hace dos años se cumplió con la primera fase de la modernización, pero luego se hicieron ajustes y nuevos diseños por falencias detectadas. El costo final está cercano a los $ 1.500 millones.
“Nos faltan el cerramiento perimetral, adecuaciones externas y poner a funcionar la nueva planta de aguas residuales ( PTAR) para un tratamiento previo de las aguas servidas antes de llegar al alcantarillado”, manifestó. Antes de la pandemia el sacrificio se hacía en La Dorada, lo que incrementa los costos finales para el consumidor, principalmente por el transporte, dijo el alcalde. Cristian Camilo Giraldo Gallo, gerente de Empresas Públicas de Pensilvania ( Empen), administradora del matadero, destaca los cambios en la central: uso de pistolas de insensibilización para que los animales no sufran, pinturas epóxicas, línea de producción por rieles aéreos, sistema de básculas, sistema a vapor y cuartos fríos. Esto complementa el transporte de la carne, la capacitación de los empleados y operarios, y la puesta en marcha de un manual de procedimientos de inocuidad.
Agregó que los costos de sacrificio por cada animal se establecerán en una reunión con los expendedores de carnes, y está claro que la planta debe ser autosostenible, ya que no se cuenta con inversión externa para su funcionamiento. A la central, ubicada en el barrio Chiquinquirá, falta adecuar el exterior. Prestará servicio al casco urbano y a los cuatro corregimientos: Arboleda, Pueblo Nuevo, Bolivia y San Daniel. Tiene capacidad para sacrificar hasta 17 reses y 12 cerdos por cada turno de trabajo.