La Patria (Colombia)

Engañan ahora y engañaron antes

- Gonzalo Gallo Jorge Enrique Robledo @ JERobledo

La ministra de Comercio de Iván Duque, María Ximena Lombana, nos dio la mejor prueba de lo mal que nos ha ido a los colombiano­s con el TLC con Estados Unidos. Porque en el informe oficial al respecto – de 16 páginas–, calculado para embellecer lo ocurrido en esta década, utiliza numerosas cifras parciales, pero, con actitud dolosa, calculada para engañar, no se refiere a la balanza comercial entre los dos países, la única informació­n que no puede faltar en un análisis serio y veraz que mida el comercio internacio­nal, pues esas balanzas establecen, año por año, a cuánto ascienden las exportacio­nes y las importacio­nes nacionales de bienes y servicios ( minComerci­o: https:// www. mincit. gov. co/ prensa/ noticias/ documentos- noticias/ insumomedi­os- 10- anos- del- tlc- con- ee- uu. aspx).

Y la oculta porque ella sabe que la balanza comercial era positiva para Colombia antes del TLC y que ese tratado leonino la volvió negativa en grandes montos, al dispararse las importacio­nes de bienes norteameri­canos y estancarse o reducirse las exportacio­nes colombiana­s.

Estas son las verdades que oculta el gobierno: la Balanza Comercial de todos los sectores con Estados Unidos, que fue positiva para Colombia entre 2003 y 2011 en US$ 34.671 millones, se volvió negativa por el TLC en US$ 14.762 millones entre 2013 y 2021. Si se suma lo que se dejó de ganar y lo que se perdió entre 2003 y 2021 – sin contar el 2013, porque ese fue un año de transición entre una etapa y la otra– las pérdidas totales para Colombia suman US$ 48.443 millones, cifra enorme que significa más quiebras, más desempleo y más pobreza.

En los intercambi­os agrarios entre los dos países también nos ha ido muy mal. Porque la balanza comercial 2003- 2011, que fue positiva para Colombia en US$ 1.185 millones, se volvió negativa a favor de los norteameri­canos en US$ 7.622 millones entre 2013 y 2021, dado que las importacio­nes se elevaron de US$ 7.798 millones a US$ 23.023 millones. Una auténtica masacre de campesinos, indígenas, obreros agrícolas y empresario­s.

En el caso de la industria, en la que antes del TLC con Estados Unidos ya nos iba muy mal a los colombiano­s, las cifras se empeoraron porque las importacio­nes superaron a las exportacio­nes – balanza comercial negativa– ya no en US$ 45.753 sino en US$ 54.137 millones durante los mismos períodos.

Para empeorar las cosas, las exportacio­nes tradiciona­les de Colombia a Estados Unidos – café, banano, flores, petróleo, carbón, oro y níquel–, las de siempre que se exportan con muy poca o ninguna transforma­ción, se redujeron en US$ 4.970 millones entre los mismos lapsos–, al pasar de US$ 85.532 a US$ 80.562. Y aquí cabe una advertenci­a de notable importanci­a para seguir desnudando engaños: como ninguno de estos productos necesitaba del TLC para seguir vendiéndos­eles con cero arancel a los norteameri­canos, ni un dólar de esas ventas es ganancia del tratado. ( Todas las fuentes de las cifras anteriores: https:// wp. me/ a99Bcq- 3vB).

En un país distinto a la Colombia de Iván Duque, la ministra de Comercio ya habría tenido que renunciar a su cargo porque este ocultamien­to de la verdad es una manera de engañar y mentir, trampa que además tiene el propósito execrable de impedir que crezca el clamor nacional a favor de que el TLC con Estados Unidos sea revisado y modificado, posibilida­d legal que niegan los que no conocen del tema y los que tienen intereses particular­es para que eso no suceda.

Contarles a los que dicen que la oposición a las malas medidas no sirve, que este TLC se tramitó en Colombia y Estados Unidos para que entrara en vigencia en enero de 2006 y no en 2012, seis años después, como a la postre sucedió. Porque la resistenci­a civil aquí y allá les enredó el trámite, con las grandes ganancias para Colombia que demuestran las cifras anteriores pero que no modificó una inmensa amenaza poco conocida: de acuerdo con el Tratado, están sentenciad­os a muerte todos o muchísimos de los ganaderos de la leche a partir de 2026 – porque se impondrán aranceles a las importacio­nes de cero por ciento–, así como los arroceros y productore­s de pollo desde el 2030, masacres que les impedimos anticipar seis años. Durante los varios años que duraron los debates en contra de los trámites de los TLC – incluido el de la Unión Europea, que es tan malo para Colombia como el de Estados Unidos–, nunca pudieron los neoliberal­es criollos demostrar que los colombiano­s seríamos ganadores, en contraste con las incontable­s y serias pruebas en contra que dimos los opositores. Y no pudieron darlas porque estos tratados son unas especies de formas Minerva – iguales todas– impuestas por los Estados sede de las trasnacion­ales de todos los tipos, y no con el fin de promover la libertad económica global y el verdadero progreso de países como Colombia, sino para establecer el ventajismo planetario de cada vez menos potencias económicas y monopolios globales.

Coletilla: dado que el TLC con Estados Unidos es un documento de más de mil páginas y numerosos capítulos, para someter todos los asuntos de la vida de Colombia a su interés, adjunto este enlace a un libro de mi autoría publicado en 2009, que lo analiza capítulo por capítulo ( https:// wp. me/ a99Bcq- 3vF ).

Estos tratados son unas especies de formas Minerva – iguales todas– impuestas por los Estados sede de las trasnacion­ales de todos los tipos, y no con el fin de promover la libertad económica global y el verdadero progreso de países como Colombia.

En esta pandemia no han dejado de hacer una labor en defensa de los pacientes. Se les sometió al rechazo en lo social; y hoy siguen exponiéndo­se al contagio del coronaviru­s.

Carlos Montoya, pediatra e integrante de la Corporació­n Red Afecto, al resaltar labor de la enfermería.

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