Einstein y Hawking
Señor director:
Dos científicos, físicos por excelencia, el primero alemán el segundo inglés, paradigmas por donde se les mire, irreconciliables con las creencias y autoritarismos para beneplácito de la comunidad científica que mira más allá del planeta tierra. Einstein llegó para hacer la diferencia con los clásicos antiguos: Newton, Copérnico o Galileo, dando comienzo a la física moderna, a la de las teorías de la luz, el espacio, el tiempo, la radiación.
Los dos muy importantes en descubrimientos o hallazgos que han permitido una mejor comprensión del universo. Newton con su reflexión sobre la fuerza de la gravedad le dio el golpe de gracia al asunto del porque los objetos caen. Einstein cuatro siglos después auscultó en esos paquetes de luz llamados cuantos para ir sustentando sobre la relatividad, la energía, su transformación, sus aplicaciones que han dado hasta para pensar en la desaparición del planeta en ‘par bolazos´. Luego llega Hawking, que sobre poniéndose a su incapacidad de sistema nervioso, ausculta en los confines del universo, nada más que en los ‘agujeros negros’ los de la energía infinita, para ir confirmando que el universo no tiene principio, tampoco fin, es decir, que espacio y tiempo son infinitos.
Este buen hombre, afectado por una Esclerosis Lateral Amiotrófica, ELA, enfermedad incurable que le obligó a usar silla de ruedas por el resto de su existencia, reusándose a aceptar su incapacidad que no limitó su creatividad, y, le impulsó a ser profesor de la cátedra “Lucasian” de matemáticas en la universidad de Cambridge enseñada por Newton cuatro siglos antes, honor nada despreciable.
Einstein y Hawking con anecdotarios propios, creíbles o no, aportan en las especulaciones seudocientíficas para hacerlos perdurables en la historia de la humanidad. Einstein era consultado hasta para resolver situaciones que no eran de su conocimiento, pero, alguna como la siguiente es bien interesante, le preguntaban cómo iba a ser la próxima guerra, contesta “No sé cómo se librará la tercera guerra mundial, pero puedo decirle que la cuarta será con piedras”. De Hawking queda para la posteridad su imperturbable poder mental y de resiliencia, sobreponiéndose a su enfermedad incurable y con aportes significativos a la ciencia dando explicaciones con claridad sobre las aportaciones de Galileo y Newton hasta la teoría de la relatividad de Einstein y, finalmente a la gran teoría física y la mecánica cuántica, explorando en la combinación de ambas, ‘la teoría unificada’, cuyas reflexiones resultan en las sofisticadas preguntas: ¿cuál es la naturaleza del tiempo?, ¿puede ser el universo un continuum sin principios ni fronteras?, todas ellas con sustentaciones matemáticas profundas que han sido de difícil comprensión, inclusive por gente especializada; para ello el incidente con un amigo de Einstein que asistiendo a una de sus conferencias le dijera: “estoy convencido profesor Einstein, que usted la entiende muy bien”.
Frase. “El conocimiento es la clave, la verdad y la ética el sustento”
Rigoberto Escudero Osorio