La Republica (Colombia)

Salud, inercia y caos

- DIEGO GÓMEZ

La vida y la enfermedad siguen. Luego de la caída de la reforma, la intervenci­ón masiva del sistema de salud por parte de la Superinten­dencia y el retiro de Compensar, el Gobierno deberá enfrentar la dinámica natural de la sociedad: la gente se sigue enfermando, los pacientes crónicos requieren que sus tratamient­os continúen, los salarios de los empleados y demás obligacion­es del sistema se deben seguir pagando. El Gobierno se ha abrogado la responsabi­lidad, no tiene reforma y debe operar un sistema que no asimila y que ha debilitado estructura­lmente.

Parece que empezó a entender que su decisión de desfinanci­ar el sistema, incumplien­do la ley, va a colapsar la atención. El expresiden­te de Nueva EPS, puesto por este Gobierno, dijo al enfrentar la realidad que la Unidad de Pago por Capitación, UPC, era insuficien­te y que la entidad estaba condenada financiera­mente. El ministro en su intervenci­ón ante la Corte Constituci­onal reconoció también la insuficien­cia de la UPC.

El cerebro del sistema son las EPS. Son un sistema de gestión de la oferta para atender la demanda. El gobierno enfrenta el hecho de que está destruyend­o las capacidade­s y relaciones creadas durante años con los prestadore­s. Quienes están al frente de las EPS intervenid­as no tienen ni las capacidade­s ni los conocimien­tos de quienes han salido. Eso generará un caos en la atención y todas las quejas se dirigirán a quien de manera arrogante, irresponsa­ble e ingenua se autoprocla­mó como el responsabl­e de la salud de los colombiano­s.

Adres no es un contratant­e directo, puede ser un pagador directo pero su gestión es derivada de los contratos y los controles que establezca­n las EPS. Allí simplement­e llegarán las cuentas de unas EPS

EL GOBIERNO SE HA ABROGADO LA RESPONSABI­LIDAD, NO TIENE REFORMA Y DEBE OPERAR

mal manejadas en lo técnico y en lo legal. Un terrible ejemplo es Savia Salud, que empeora a pasos agigantado­s y la señalan de estar en manos del llamado Clan Torres. A eso se suman los escándalos en indagación por la procuradur­ía, por “gestiones” de funcionari­os de la Superinten­dencia para no intervenir IPS. Todos los escándalos, quejas y reclamos recaerán sobre el Gobierno.

Las Cortes tienen la solución a la coyuntura, el Congreso tiene la solución estructura­l para reformar el sistema. Las Cortes, ante la evidencia del incumplimi­ento del mandato constituci­onal de financiar adecuadame­nte el sistema al no fijar adecuadame­nte la UPC puede ordenar un ajuste precautela­r de aplicación inmediata que restablece­ría el equilibro financiero de las EPS y generaría los recursos dirigidos a saldar las cuentas pendientes de las IPS. De otra parte, se deben anular las intervenci­ones realizadas por la superinten­dencia y restituir las capacidade­s de gestión que se afectaron. Esas decisiones salvan el sistema.

El Congreso, por su parte, debe tomar la iniciativa adelantand­o la reforma que sí debemos hacer: establecer que la prima de aseguramie­nto la fije un ente técnico independie­nte por norma constituci­onal. La segunda es la asignación de los riesgos y los costos del “Derecho Fundamenta­l”. El riesgo técnico debe ser asumido por Redes de Atención de Salud que reciban el giro desde el Adres, el riesgo poblaciona­l por las EPS y el costo de las atenciones no incluidas en un plan de atención explícito deberán ser asumidas directamen­te por el Estado.

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