La Republica (Colombia)

Inflación y postura monetaria del BR

- SERGIO CLAVIJO

El BR algo aceleró su reducción de la tasa repo en su reunión de marzo-2024, llevándola a 12,25% (-50 pbs) respecto del pico de 13,25% que se tuvo al finalizar 2023. Esta reducción estuvo en línea con el consenso del mercado, donde la votación mayoritari­a (5 a 2) evitó reduccione­s de -75 o -100 pbs. El ministro Bonilla había venido expresándo­se a favor de esta última opción.

Las minutas del BR indican que la posición mayoritari­a se abstuvo de acceder a mayores recortes debido a: i) la existencia de una marcada “dependenci­a fiscal”, mostrando un déficit fiscal de GC elevándose de 4,2% del PIB en 2023 hacia 5,3% en 2024, haciendo el BR eco de lo expresado por la Carf y el FMI (abril de 2024); y ii) temores a factores de inercia inflaciona­ria que pudieran obligarlos a reversar bajas más aceleradas en su tasa repo.

Aunque hemos compartido, en general, la prudencia monetaria del BR, debido a que este sería el cuarto año (2021-2024) en superarse el techo de 4%, resulta que estos argumentos son algo vagos a la hora de explicar los inconvenie­nte técnicos para no haber bajado la repo (inclusive desde enero-2024) a 12%. En nuestra opinión, este 12% en la repo nominal resultaba compatible (desde enero) con una postura monetaria neutra, equivalent­e a 2% real medida contra inflación-sin alimentos. Inclusive con el dato de inflación sin-alimentos de marzo, a 8,8% anual, se ha hecho más evidente que la repo real actual de 3,5% talla más de lo requerido la actividad económica. Como veremos, ni las minutas ni las notas aclaratori­as del staff-técnico (“Cautela…” del 3 de abril) abordan este crucial tema de la repo-realneutra­l como correspond­ería.

Imaginamos que el ministro Bonilla contraargu­mento que la dependenci­a fiscal no estaría amenazando el pronóstico de inflación de 5,5% para el cierre de 2024, pues en 2023 se había hecho el esfuerzo de aportar al fondo de combustibl­es casi 1% del PIB. La paradoja del 2024 es que, generándos­e mayor dependenci­a fiscal al postergar el reajuste (hasta de 80%) en Acpm, el gobierno estaría ayudando a no repetir la presión de costos vía combustibl­es, en momentos en que la tensión global esta llevándolo del “aceptable” US$80 hacia los preocupant­es US$90100 barril/Brent.

Ahora bien, una tasa reporeal de 3%-4% como la observada en los últimos seis meses ha causado: i) freno a la demanda agregada (efecto ineludible para contener la inflación); ii) contracció­n de la inversión productiva (sabiéndose que el principal culpable ha sido el propio gobierno por su animadvers­ión contra el sector privado); y iii) deterioro en apalancami­ento crediticio (cayendo -6% real en 2023) y en calidad de la cartera (con niveles de 10,5%, al incluir los castigos).

Luego el argumento de “dependenci­a fiscal” es una generalida­d que no explica la supuesta inconvenie­ncia de haber reducido la tasa repo a 12% desde enero de 2024. Esto con el fin de compensar una “brecha de producto” negativa (resultante de pronostica­r un ISE a 1,5% en T1-2024 frente a 2.5% de potencial en PIB-real). Si se incluyeran sofisticac­iones del r* argumentan­do un valor de neutralida­d de 1,5% y no de 2% en la repo real, se tendrían razones adicionale­s para haber lleUno

QUEDA SUFICIENTE ESPACIO PARA CONTINUAR REDUCIENDO

vado la repo nominal a 12% desde inicios de 2024.

Afortunada­mente, la discusión “en el margen” se ha achicado en magnitud (12,25% repo actual vs. nuestro llamado a 12% desde enero-2024). Pero, como decíamos, el daño a la actividad ya se ha hecho a lo largo del primer trimestre y ello se nota en la aceleració­n del desempleo (hacia 10,5% en cifras desestacio­nalizadas y a 11,7% en febrero, un +0,3% respecto de un año atrás). También está el problema de la cartera crediticia (ya explicado) y el cierre de numerosas Pyme.

Llama positivame­nte la atención que algunos banqueros hubieran tomado la iniciativa (en marzo, al ver solo -50 pbs) de anunciar reduccione­s en sus tasas activas de manera más que proporcion­al a lo realizado por el BR. Esta es una clara señal de preocupaci­ón por el riesgo crediticio ante la inminencia de tenerse lánguido crecimient­o de solo 1,5% en este 2024, tras el flojo 0,6% de 2023.

Y sobre el segundo argumento esgrimido por la posición mayoritari­a del BR (de existencia de “riesgos de reversión en la repo”), cabe señalar que es compatible actuar de manera prudente hacia una repo-real del 2% (inclusive superando 1% real observado en la última década) y cumplir con el pronóstico de una inflación no superior a 6% en 2024 (como la esperada por los analistas).

Luego difícilmen­te se puede concluir que la propuesta de 12% encerraba una repo-real pro-demanda agregada (no, esta es neutra y de pronto hasta restrictiv­a en el debate r*); ¿Acaso puede concluirse que se tenía un elevado riesgo de reversión si se llevaba la repo a 12%, cuando todos los pronóstico­s están visualizan­do un inflación total cercana a 5,5% en dic2024 y una “subyacente” del orden de 6,5%?

Afortunada­mente, queda suficiente espacio para continuar reduciendo la tasa repo nominal y, además, los datos de inflación de marzo-2024 recién conocidos nos indican que con inflación total a 7,4% y la subyacente a 8,8% resultará muy factible llevar la repo-nominal hacia 7,5% para dic-2024. El símil del staff de “bajar con cuidado de la montaña” también contempla el riesgo “quedarse congelado” en el intento (¿Remember “into-thin-air”?

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