La Republica (Colombia)

Colombia, bajo extorsión: ¿y?

- PAULA GARCÍA GARCÍA

En un país en el que se juntan tantos males, una noticia tapa la otra. A eso nos acostumbra­mos en Colombia. A ver pasar, de agache, cientos de problemáti­cas que terminan eclipsadas por la gravedad de un nuevo asunto. Por estos días, las consecuenc­ias de esa extraña lógica que mimetiza lo urgente y nos distrae de lo importante, las sufren cientos de comerciant­es víctima de extorsión.

El fenómeno, aunque no es nuevo, sí se ha intensific­ado. De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, en los últimos cuatro años, su incidencia creció 20,5% mientras, un juicioso informe de la Fundación Paz y Reconcilia­ción, pone la lupa sobre sus nefastos efectos. Desplazami­entos, asesinatos y despojos; algunos de ellos.

Panfletos, llamadas intimidato­rias, granadas y atentados sicariales se volvieron situacione­s cotidianas para los dueños de pizzerías, ferretería­s, frigorífic­os, salones de belleza y una larga lista de negocios en los que la zozobra reina. Lo han denunciado hasta el cansancio y hastiados de sentirse arrinconad­os, sin soluciones a la vista, han recurrido, incluso, a las vías de hecho.

En un país en el que se juntan tantos males, una noticia tapa la otra, reitero. Pero en un país en el que las MiPyme representa­n 99,5% de las empresas y contribuye­n con cerca del 40% del PIB anual, según datos del Bbva Research; es absurdo que las 12 horas de bloqueos que protagoniz­aron miles de comerciant­es, el pasado 6 de abril, en la concurrida calle 13 de Bogotá, hayan sido insuficien­tes para colonizar las primeras planas.

Sin sonrojarse, desde Venezuela, aseguran que el tren de Aragua es una ficción mediática. No obstante, y pese al silencio inicial del Canciller Murillo, las autoridade­s, basadas en sus informes de inteligenc­ia, nos cuentan que este grupo criminal se disputa el control del territorio en nueve localidade­s de la capital, nada más y nada menos, que con el temido Clan del Golfo.

Ni hablar de lo que sucede en Antioquia, el departamen­to que encabeza el ranking de extorsión a nivel nacional. Allí, la opresión corre por cuenta de Los Chatas, La Terraza,

Los Pesebreros y Los Pachelly. Yugo similar al que sucumbe la región Caribe bajo el accionar de Los Costeños, Los Rastrojos Costeños y Los Pepes o panorama, casi calcado, de lo que enfrentan en Huila, cortesía de las disidencia­s de las Farc.

En un país en el que se juntan tantos males, una noticia tapa la otra, insisto. Sin embargo, con una economía que jalonan los emprendimi­entos, resulta inaceptabl­e que semejante coyuntura escape a ser el centro del debate. Como si fuera poco, empieza el sonajero de otra reforma tributaria. ¿De dónde va a salir el dinero para pagar más impuestos cuando ni siquiera dejan trabajar?

Tan solo en Barranquil­la, en abril del año pasado, 200 establecim­ientos cerraron y, a diciembre de 2023, en Norte de Santander, 140 reportaron igual destino. Lo cierto es que la situación empeora. Un estudio conjunto de la Universida­d Eafit, la Universida­d de Chicago y la ONG Innovation­s for Poverty Action, revela que, en la actualidad, uno de cada tres negocios, en Medellín, paga vacuna.

Colombia está bajo extorsión y tal parece que a nadie le importa porque, en un país en el que se juntan tantos males, una noticia tapa la otra.

COLOMBIA ESTÁ BAJO EXTORSIÓN Y TAL PARECE QUE A NADIE LE IMPORTA

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