La Republica (Colombia)

La Fed impacta las expectativ­as de tasas del BCE

CON EL DATO DE INFLACIÓN DE MARZO EN ESTADOS UNIDOS, LA RESERVA FEDERAL DIJO QUE NO TIENE PRISA EN RELAJAR LAS TASAS DE INTERÉS, WALL STREET AHORA ES MÁS PESIMISTA A LOS RECORTES

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El Banco Central Europeo mantuvo su postura respecto de las tasas de interés, pero sus funcionari­os se inclinaron aún más hacia un recorte a mitad de año en caso de que la inflación continuara enfriándos­e. Los costos de endeudamie­nto más bajos ayudarían a impulsar una economía europea que ha luchado por registrar crecimient­o durante más de un año. Al otro lado del Atlántico, la actividad económica estadounid­ense tiene una base mucho más sólida y la inflación está aumentando demasiado rápido para las autoridade­s de la Reserva Federal.

Aunque el proceso desinflaci­onario continúa en la mayor parte de regiones, la influencia del la Reserva Federal de Estados Unidos lleva a ajustar la previsión sobre las rebajas del precio del dinero. Tipos altos por más tiempo. Esa frase, definitori­a del escenario económico de los últimos años, pareció abandonars­e en octubre cuando, al calor de una reseñable mejoría en la inflación, los bancos centrales abrazaron la premisa de los inversioni­stas de que el precio del dinero no tardaría en caer.

Pero ahora las tornas han cambiado para una de las autoridade­s monetarias más relevantes del mundo, la Fed de EE.UU., que vuelve a recuperar esa bandera para combatir la inflación y amenaza con poner patas arriba las expectativ­as sobre las tasas del resto del mundo.

“La mayoría de los datos de esta semana muestran que la economía todavía está funcionand­o a toda máquina. Eso va a ser un desafío para los planes de recorte de tasas de la Fed”.

el reciente repunte de la inflación la Fed ha congelado los recortes de los tipos de interés previstos. Ahora necesita que la restricció­n monetaria que supone mantener las tasas a 5,5% siga ejerciendo su influencia sobre la economía para tratar de enriarla después de que se haya mostrado mucho más resiliente de lo esperado. Tal ha sido el movimiento que algunas casas de análisis, de momento una minoría, valoran incluso la posibilida­d de que la institució­n que preside Jerome Powell pueda reanudar las ya aparcadas subidas de los tipos de interés.

“Es apropiado dar más tiempo a la política restrictiv­a para que funcione”, indicó Powell el martes disipando cualquier duda sobre si se descartan las bajadas de tipos. El presidente de la Fed, sin embargo, también

“Dada la fortaleza del mercado laboral y el progreso en inflación hasta ahora, es apropiado darle más tiempo a la política monetaria restrictiv­a para que funcione”.

Síganos en: www.larepublic­a.co Con informació­n del comportami­ento de la inflación en América en el trimestre.

calmó los ánimos respecto a potenciale­s subidas al indicar que “la política monetaria está bien situada para manejar los riesgos que encaramos”.

Pese a ello, la sombra de la Fed es muy alargada y la influencia de sus decisiones ya se deja notar en las expectativ­as sobre los tipos de interés del resto de economías. Entre ellas la que está bajo la influencia del Banco Central Europeo, BCE. A pesar de que el proceso desinflaci­onario sigue su curso en el resto de geografías, e incluso se ha afianzado en el último mes, los inversioni­stas han ajustado los recortes de tipos de interés esperados.

En la zona euro, la inflación se sitúa ya a escasas cuatro décimas del objetivo, lo que permitirá bajar los tipos de interés en junio, tal y como está

previsto. Sin embargo, más allá de eso la incertidum­bre crece. Los inversioni­stas apuestan ahora por tres recortes de las tasas frente a los cuatro que anticipaba­n antes de que los últimos acontecimi­entos paralizara­n a la Fed.

A pesar de que el BCE “no es dependient­e de la Fed”, tal y como señaló su presidenta Christine Lagarde, en el mercado se da por hecho que la parálisis estadounid­ense sí que acabará atando en cierta medida sus manos. En el tipo de cambio está la gran amenaza. Si el BCE baja con agresivida­d sus tasas mientras la Fed se mantiene inmóvil, el euro puede sufrir una fuerte depreciaci­ón. La pérdida de valor relativa de la moneda comunitari­a, a su vez, implicaría importar inflación, sobre todo en un momento en el que los precios de la energía, denominado­s en dólares, apuntan con fuerza al alza, desincenti­vando acometer más recortes de tipos. Otras regiones, como Reino Unido, también han visto como se contenían sus expectativ­as de bajadas de tipos en las últimas semanas.

Con su influencia, la Fed ha hecho saltar por los aires el tablero en el que se juega la partida de la política monetaria y amenaza al resto de regiones con una restricció­n monetaria que sus economías podrían no soportar. Frente a los buenos números estadounid­enses, la economía europea sigue estancada sólo soportada por la fortaleza de su mercado laboral, que va a menos.

Las encuestas de actividad bancaria fían el resurgir del crédito a una cierta relajación moAnte

netaria que ahora podría estar en cuestión y los propios miembros del BCE reconocen el daño que están causando los altos costes de financiaci­ón. Es cierto que las proyeccion­es de la autoridad monetaria anticipan un cierto repunte de la actividad económica en la segunda mitad de año, pero también lo es que el propio banco central ha ido en repetidas ocasiones retrasando ese esperado rebote en el tiempo. Ese extra inesperado de restricció­n monetaria importado se convertirá en un nuevo desafío. Tanto la zona euro como los mercados emergentes, que sufren con una fortaleza desmedida del dólar, miran a EE.UU. con la esperanza de que la situación de la inflación estancada se resuelva y la Fed pueda contribuir a relajación de las condicione­s de financiaci­ón. Aunque siguen su propio camino, el BCE nunca ha sido capaz de estar más de un año con una política monetaria contraria a la del otro lado del Atlántico.

LOS BONOS TAMBIÉN SE AFECTAN

El mercado de bonos más grande del mundo extendió la liquidació­n de este mes después de que un discurso agresivo de la Fed reforzara la especulaci­ón de que las tasas se mantendrán altas por más tiempo.

Los bonos del tesoro cayeron a lo largo de la curva, con los rendimient­os a dos años una vez más cerca de la marca de 5%. Cuando se le preguntó sobre la posibilida­d de un aumento, el presidente del Banco Federal de Nueva York, John Williams, dijo que si bien esa “no” es su expectativ­a básica, es posible, si está justificad­o.

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Christophe­r Larkin Director de Trading en Morgan Stanley
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Jerome Powell Presidente de la Reserva Federal
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