Ideas.
Los emprendedores de Conceptos Plásticos han decidido darle a este material una segunda oportunidad, a través de un proyecto que genera empleo, conciencia ambiental y tiene huella en la comunidad colectiva.
En el 2016, la vida les cambió por completo a Óscar Méndez e Isabel Gámez, una pareja de colombianos que decidió hacer de los residuos de plásticos un negocio que, además de dejar dividendos, tiene un gran impacto social. En ese momento, los cofundadores de la empresa Conceptos Plásticos saltaron a los medios por su nominación a los premios The Venture, una iniciativa de la marca Chivas Regal que busca reconocer y apoyar a emprendedores sociales de todo el mundo. No solo se llevaron el primer premio, de 300.000 dólares, y las reseñas de decenas de publicaciones interesa-
3 enseñanzas para emprendedores
Estas son, en opinión del fundador de Conceptos Plásticos, tres recomendaciones para que los soñadores hagan realidad sus ideas.
1. Buscar iniciativas que generen impacto. Según Méndez, su experiencia le ha mostrado que faltan más emprendimientos que tengan impacto ambiental, social y económico en comunidades vulnerables.
Hay que encontrar ideas que busquen transformar realidades.
2.Tener perseverancia. Las múltiples barreras a las que se enfrentan los emprendedores no deben ser impedimento para continuar. Es preciso seguir intentando, trabajando y tener claro que los resultados llegan con esfuerzo y dedicación.
3. Pensar en grande. Para Méndez, muchos colombianos tienen un pensamiento muy corto en cuanto al tamaño de los proyectos. Al participar en concursos y ver que se pueden buscar oportunidades en el país o afuera, es posible darse cuenta del potencial de las ideas y de lo que se puede lograr con ellas.
das en su idea. Esta fue la forma en la que esta empresa logró darle un espaldarazo a su proyecto y confirmar que lo que muchos desechan puede aprovecharse e incluso convertirse en un negocio que da empleo y deja una huella importante en el medioambiente.
“Queríamos apuntarle a la economía circular, a la sostenibilidad, y así cerrar el ciclo del plástico de manera positiva , que tuviera un impacto positivo y, ojalá, social”, afirma Méndez con respecto a su intención original, en la que también está incluido otro socio que tenía una propuesta similar en otra parte de Colombia. Y allí, en ese propósito, es precisamente donde la intención de Conceptos Plásticos se materializó. La base es aprovechar los desechos de plástico con el fin de obtener bloques sólidos que se emplean, como si fuera un rompecabezas, para hacer construcciones variadas que incluyen albergues, salones, viviendas, unidades sanitarias y centros médicos.
Sin embargo, aclara Méndez, no se trata de cualquier plástico. Mientras las botellas ya cuentan con un proceso establecido de recuperación, no sucede lo mismo, por ejemplo, con una envoltura de papas fritas, que tiene dos plásticos diferentes y una capa adicional de aluminio. De ahí que el objetivo de la compañía desde un principio fue identificar varios tipos de plástico, encontrar algunos que no se emplearan en procesos de reciclaje, hacer pruebas con ellos y lograr un elemento de construcción duradero, liviano y muy fácil de implementar.
El impacto de esta iniciativa ya arroja resultados. De acuerdo con la empresa, a través de las actividades de recuperación de plástico y reemplazo de elementos tradicionales de construcción se han transformado 560 toneladas de plástico reciclado. Esto ha permitido, según datos recopilados por la compañía, la captura de 1.848 toneladas de CO2 y ahorros de 74.340 kilovatios, 9.128 barriles de petróleo,
12.840 m3 de espacio en vertederos y
107.800 litros de agua.
Más allá de los medios
Para Óscar Méndez es claro que el concurso The Venture le dio a Conceptos Plásticos la visibilidad que todo emprendimiento desearía. De
“El problema hoy es la ignorancia de qué se recicla, por eso es esencial que las personas entiendan la responsabilidad de sus consumos”.
hecho, desde entonces han recibido más de 40.000 correos electrónicos de personas interesadas en el producto. No obstante, la visión de los fundadores va más allá de un negocio que ya es rentable y del que dependen 26 personas. “La meta no es aumentar la capacidad de producción y vender millones de bloques, sino hacer que la gente sepa más del plástico y que le dé una segunda oportunidad”, dice.
El problema hoy, en su opinión, es la ignorancia de qué se recicla, por eso es esencial que las personas entiendan la responsabilidad de sus consumos. “Mi sueño es que un ciudadano común diga: no compro esto porque tiene impacto negativo en el medioambiente”.
En la actualidad, la empresa trabaja en diversos proyectos con organizaciones como la Corporación Andina de Fomento (CAF), una ONG en África y varias asociaciones de reciclaje para vincular a más personas en la dinámica del reciclaje de plástico y que entiendan que no se trata solo de un sistema de construcción, sino la posibilidad de generar empoderamiento y trabajo. Los planes para el 2018 incluyen replicar el modelo en otros países, teniendo en cuenta que en todos existe el problema de la disposición del material. La visión de Méndez es clara: “Se puede ganar dinero mientras se hacen cosas buenas”.