Un buen patrón.
La llegada de Merco Responsabilidad Social y Gobierno Corporativo en el 2011 responde a un fin muy ambicioso y a la vez necesario: monitorear los esfuerzos de las compañías en materia de responsabilidad, ética y buen gobierno corporativo mediante la valoración que diferentes grupos de interés (comités de dirección, expertos en RSC, analistas financieros, ONG, sindicatos, asociaciones de consumidores, periodistas de información económica, influenciadores y social mediamanagers, Gobierno y población general) hacen sobre su gestión.
El punto de partida de este monitor, tal como ocurre en Merco Empresas, es la postulación que hacen directivos de organizaciones que fac-
En un proceso auditado por la firma KPMG, diferentes ‘stakeholders’ eligieron a las 100 empresas con mejor responsabilidad social corporativa de Colombia.
turan más de 30 millones de dólares en Colombia. Ellos nominan las que, bajo su criterio, cuentan con las mejores prácticas en responsabilidad y gobierno corporativo a partir de una serie de variables en las que –al igual que en Merco Empresas– definen como fortaleza o debilidad: comportamiento ético, transparencia y buen gobierno, responsabilidad con los empleados, responsabilidad con el medioambiente y el cambio climático y contribución con la comunidad.
Al igual que en el 2016, la medición de Merco Responsabilidad Social Corporativa (RSC) que se realizó para el 2017 entre directivos marcó la transparencia y buen gobierno (23,8 por ciento del número de menciones) como la mayor fortaleza que tienen las empresas Merco en Colombia. No obstante, frente al año anterior, la frecuencia con la que se refirió esta variable como una fortaleza de las compañías del país cae 0,9 por ciento.
Por su parte, el comportamiento ético (20,3 por ciento) y la responsabilidad con los empleados (23,1 por ciento) son dimensiones reconocidas mayoritariamente por los directivos como grandes fortalezas de las compañías colombianas. En esta última, los mismos colaboradores han venido señalando esta dimensión como una fortaleza desde la edición del 2015.
De otro lado, el compromiso con el medioambiente y el cambio climático sigue siendo la variable que más destacan los directivos como la mayor debilidad (-29,0 por ciento).
Lo que más llama la atención es que, desde el 2014 este porcentaje viene incrementándose, sin importar los programas que muchas de las organizaciones han venido implementando para atender estos temas (mitigar y reparar los impactos generados en el entorno) desde las áreas de responsabilidad, sostenibilidad y operaciones.
Esto refleja que, cada vez más, el cambio climático adquiere mayor relevancia en la sociedad colombiana y que las compañías deben concentrar grandes esfuerzos para lograr comunicar su gestión sobre su compromiso con el cuidado del medioambiente.
Saldo entre las fortalezas y las debilidades mencionadas por los directivos desde el 2015 hasta el 2017, en Colombia.
En cuanto al comportamiento ético, esta variable nuevamente tiene un repunte en el 2017 de 2,2 por ciento frente al 2016, de 10,1 por ciento. La de transparencia y buen gobierno, para esta última edición, cae un punto frente al año anterior (1 por ciento), pero sigue siendo mencionada frecuentemente por los directivos más como fortaleza que como una debilidad.
La variable responsabilidad con los empleados, a pesar de ser la dimensión que menos número de menciones ha recibido por parte de los directivos a lo largo de los últimos tres años, continúa siendo una fortaleza que caracteriza a las empresas Merco.
La variable comportamiento ético y responsabilidad con los empleados continúan siendo una fortaleza que caracteriza a las empresas Merco.
Compromiso con el medioambiente y el cambio climático, y contribución con la comunidad son las variables que más citaron como debilidades por los directivos del país. La primera de ellas, frente al año anterior, sube 4,5 por ciento, convirtiéndose en la mayor debilidad que tienen las compañías privadas.
Cabe mencionar que la contribución con la comunidad, aunque siguió siendo una de las debilidades más frecuentes en el 2017, consiguió cerrar su brecha con las dimensiones que se marcan como fortalezas. Mientras en el 2016 su saldo era de -7.3 por ciento, en el 2017 fue solo de -2,8 por ciento. Esto demuestra que las organizaciones están trabajando más fuerte y comunicando mejor todo lo que hacen en inversión social privada en el país.