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Algunos líderes crean organizaciones extraordinarias debido a que su ejemplo motiva. Ellos se encargan de fomentar la autoestima en sus colegas y logran que estos intenten alcanzar estándares más elevados. Un gran caso es Nelson Mandela, quien transformó la historia de Suráfrica al conectarse con la energía de su pueblo. Pese a que sufrió de carencias, ejemplificó grandes valores como la igualdad, el respeto, el perdón y la justicia.
Claudio Feser plantea en este texto que los dirigentes pueden usar el liderazgo para motivar a sus empleados y contribuir en los desafíos organizacionales. Además, brinda consejos que los prepararán para que sean inspiradores mediante la consolidación de sus conocimientos y habilidades, partiendo de cero. El autor aborda cómo la gente aprende y enseña cómo se debe llevar el timón para respaldar su modelo de influencia desde cuatro puntos clave: innovacción, conocimiento, aspiración y liderazgo.
En cuanto al liderazgo, muestra el caso ficticio de un director ejecutivo y sus pasos al convertirse en un líder inspirador.
Para lograr que los empleados realicen un trabajo excepcional, los jefes deben conectarse con lo que la gente siente y lo que les importa. Los líderes que desean influir en su fuerza laboral crean una visión atractiva. A muchos guías se les dificulta ejercer autoridad y algunos perciben como manipulador el acto deliberado de hacerlo. Ser inspirador no es, por sí solo, ni bueno ni malo. Si se utiliza con integridad, la influencia orienta a las personas a metas compartidas y genera impulso en ellas.
El liderazgo inspirador puede repercutir en lo que la gente valora y cómo se siente. Los dirigentes pueden centrarse en por qué las personas perciben el mundo como lo hacen. Para inspirar, deben darles espacio y libertad para que averigüen qué quieren hacer. Pueden guiar a los demás mediante el diálogo, pero deberían evitar ejercer un control excesivo, en particular cuando orienta nuevos líderes.
Las circunstancias y los sucesos moldean de manera individual a las personas. Sus experiencias influyen en su modelo operativo interno, cómo reaccionan y cómo perciben la vida. Las personas hacen suposiciones que subyacen a sus modelos operativos individuales, es decir, el constructo mismo que determina cómo piensan y sienten.
Los líderes deben ser un ejemplo coherente de los comportamientos adecuados, para que la gente se siente inspirada a seguirlos.
En su papel de guía, actúe como desea que actúen los demás.