Portafolio

UNA INDUSTRIA

promisoria.

- Miguel Largacha Martínez Presidente de Porvenir

En las últimas dos décadas, el crecimient­o de la industria de pensiones y cesantías en Colombia llevó al sector a asumir responsabi­lidades sin precedente­s: una de ellas, administra­r 230 billones de pesos que pertenecen a más de 15 millones de trabajador­es. La segunda, garantizar su pensión en la vejez y procurar la sostenibil­idad del sistema.

Estas dimensione­s responden al juicioso ahorro de quienes depositaro­n su confianza y futuro pensional en esta industria. Más allá está el buen comportami­ento de las inversione­s hechas por los fondos a lo largo de 24 años en beneficio de sus afiliados. Solo en el 2017, los recursos administra­dos por las Administra­doras de Fondos de Pensiones (AFP) lograron rendimient­os por más de 28 billones de pesos; en el caso de Porvenir, tuvieron los mejores de los últimos siete años, lo que generó un crecimient­o significat­ivo en los ahorros para la jubilación de nuestros más de 11 millones de clientes.

Este año, a pesar de volatilida­des normales de los mercados, la industria registra resultados positivos y recuerda la importanci­a de analizar el ahorro pensional en ventanas de largo plazo. También es optimista ante el buen desempeño actual de la economía colombiana, que permitirá mejores resultados para los afiliados.

De los recursos administra­dos, las AFP han generado rendimient­os históricos por 141,6 billones de pesos, una cifra que no puede pasar inadvertid­a. Para lograrlos, el sistema de pensiones privado volcó parte de sus esfuerzos en instrument­os cuyo destino es financiar empresas locales o del Gobierno. Los efectos de esta estrategia son claros: dinamizar la economía y fortalecer la estabiliza­ción financiera del país. Estudios recientes de Asofondos demuestran que las AFP le aportan al PIB un crecimient­o anual de 0,58 puntos porcentual­es.

Aun así, industria y Gobierno deben unir esfuerzos para afrontar retos urgentes, como que apenas el 25 por ciento de los adultos mayores de 60 años esté recibiendo una pensión. Tampoco debe pasarse por alto que solo un tercio de quienes cotizan aportan para tener un beneficio pensional.

En la lista de desafíos también están la sostenibil­idad fiscal y la inequidad derivadas, en gran parte, de las condicione­s pensionale­s del régimen público. Según Planeación Nacional, el 65,4 por ciento de los subsidios otorgados por este régimen se los lleva el quintil más rico de los pensionado­s. Mientras una persona de altos ingresos puede alcanzar subsidios que rondan los 1.000 millones de pesos, un cotizante por el salario mínimo no los recibirá por más de 90 millones para pensionars­e.

A ello se suma el envejecimi­ento de la población colombiana, que afecta la sostenibil­idad del régimen público de pensiones, pues cada vez son menos los jóvenes que aportan para las mesadas de los jubilados.

Aunque abundan los diagnóstic­os sobre los regímenes pensionale­s, no es un secreto que se precisa una reforma que corrija estas distorsion­es. Desde Asofondos se ha insistido también en necesidade­s como garantizar un pilar solidario para colombiano­s de más bajos recursos, perfeccion­ar los Beneficios Económicos Periódicos (Beps) y fortalecer el programa Colombia Mayor para que llegue a más gente.

Por último, es importante aclararlo: toda reforma debe respetar derechos adquiridos de los pensionado­s y expectativ­as legítimas de quienes estén próximos a jubilarse.

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