Orgullo paralímpico
EL BALANCE de la delegación colombiana a los Juegos Paralímpicos 2020 en Tokio merece un reconocimiento nacional. En total fueron 24 medallas -tres preseas doradas, siete de plata y 14 de bronce- que marcan un camino ascendente en los resultados deportivos de los paraatletas. Este desempeño destacado incluye dos récords mundiales del nadador Nelson Crispín y de José Lemos, en el lanzamiento de la jabalina.
Estos positivos resultados cobijan asimismo la gestión del Comité Paralímpico Colombia. En un país donde no sobran los recursos de preparación para los deportistas, tanto del ciclo olímpico como del paralímpico, es justo reconocer a este cuerpo directivo que debió asumir, como los del resto del mundo, las dificultades propias de las restricciones que trajo la pandemia del coronavirus.
Produce satisfacción también que, por vía de redes sociales y de medios de comunicación, la opinión pública colombiana haya podido conocer estos logros deportivos de la delegación.
Logros impresionantes como, por ejemplo, las 4 medallas del nadador Crispín o las 4 preseas de Carlos Serrano, también nadador. Conocer sus nombres, sus victorias y sus rostros en las primeras páginas de los periódicos constituye un merecido reconocimiento para ellos y todos los deportistas paralímpicos que llevaron en alto el nombre de Colombia en suelo japonés.
Este notable desempeño deportivo no debe olvidarse pronto. No hay que esperar otros tres años, en los próximos paralímpicos de París, para que la sociedad colombiana recuerde de nuevo el tesón y el profesionalismo de sus atletas paralímpicos. Al igual que en los olímpicos, el camino para 2024 ya comenzó.