LOS COLOMBIANOS QUE RECORRIERON SURAMÉRICA EN MOTO
Juan Carlos y Eliana cumplieron el sueño de muchos y lo registraron en un viaje que cambió sus vidas
Comenzaron en Medellín. Ella, veterinaria, y él, editor de la revista Demotos, planearon hacer un viaje por los envolventes paisajes de Sudamérica. Una aventura para la cual contaron con una mochila, lo que juntaron para la travesía y dos poderosas motos que los transportaron a través de lugares alucinantes.
Todo su periplo lo registraron en Pasaporte al Sur (en Facebook, Twitter e Instagram), y hablaron con PUBLIMETRO de su maravillosa experiencia para así motivar a otros a emprender un viaje sin igual.
¿Cuándo comenzaron a planear el viaje?
E: Nos conocimos en enero de 2016, vimos que teníamos en común la pasión por las motos y los viajes. Me dijo que me invitaba a repetir un viaje que hizo en 2009 y entonces me animé. Y un año después se nos dio la oportunidad de emprender el viaje.
JC: Esto comenzó a ser más real desde julio-agosto del año pasado. Ya en enero luego era planear, buscar apoyo, todo lo que necesitábamos, patrocinadores que se quisieran unir a nosotros en esto y al mismo tiempo compartir la historia para motivar a otros a viajar.
¿Cuáles fueron los obstáculos que se presentaron en su viaje?
E: El clima fue lo más difícil, nos tocaban temperaturas de menos dos, menos cuatro grados. En otros lados, por el contrario, era sobre los 42 grados. Entonces eso te aplaca un poco y te baja el ánimo. La altura: en Potosí, Bolivia, están a 4500 metros sobre el nivel del mar y es difícil adaptarse en poco tiempo, te sientes mareado y te da “soroche”, como decimos acá. Y el idioma. Aunque hablemos español, muchas veces no entendemos al que vive en Perú, por ejemplo, las expresiones son muy diferentes y es difícil entenderles y ellos no nos entendían a nosotros. Raro, pero pasa.
¿Fueron difíciles los cruces de frontera?
JC: Hicimos alrededor de 17 y no tuvimos problema en ninguno, nada que nos complicara. Sí pudo estar más lento en algunos sitios por poco personal en estos puestos aduanales o por trámites lentos, pero en general nos trataban como si fuéramos amigos. En realidad creo que es demasiado fácil y es algo a lo que la gente le tiene mucho temor. Y por el hecho de ser colombianos tampoco tuvimos problemas, porque cargamos un estigma que nos complica esos trámites, pero no tuvimos ningún problema.
¿Qué fue lo más fascinante que vieron en su viaje?
E: Hay muchas cosas que a uno se le quedan en la cabeza. Creo que fuimos a conocer gente nueva y ver paisajes, especies que no tenemos en Colombia. Para mí un sueño cumplido fue el avistamiento de ballenas jorobadas en el Ecuador. Creo que llegamos justo en la época de migración de las ballenas y fue espectacular.
“Cada país se quedó con un pedazo de nuestro corazón”
Eliana
JC: Como dice Eliana, Suramérica tiene una cantidad de paisajes que dan unos contrastes muy fuertes, desiertos inmensos, montañas altísimas, glaciares, selva, planicies, como que uno se siente en un mar verde. Yo creo que eso a uno lo enriquece demasiado. Los animales también nos dieron momentos muy bonitos y las personas.
¿Qué tal las carreteras?
JC: Para nosotros como motociclistas es una de las partes placenteras y eso es lo que precisamente buscamos: carreteras que nos generen emociones fuertes. Estuvimos en lugares increíbles, paisajes que parecen salidos de comerciales de televisión y que uno dice “no puedo creer que estoy en medio de esto”. Como la costa peruana, con dunas inmensas y al lado el océano Pacífico; como las montañas de los Andes, donde uno llega casi a 5000 metros y te paras y te sientes en el techo del mundo. Los desiertos, que cambian de colores y de forma, ves piedras como si alguien las hubiera organizado en algunas partes, en otras ves arena rosada, en otras blanca, no sé, esa parte de carretera, paisaje, es maravilloso en Suramérica y mucha gente de otros lugares del mundo se viene a vivir años de viaje solamente en Suramérica.
¿Cómo administraron los recursos?
E: Hicimos un cálculo antes de salir. Eran 50 dólares por día, sin incluir parte turística. Ese promedio lo pudimos conservar en Colombia, en Ecuador y un poco en Perú, pero en los últimos países donde estuvimos se nos subió a 90 dólares. Entonces el presupuesto inicial era tres, cuatro meses de gasto y finalmente tuvimos para cinco. El último mes ya con recursos propios.
¿Cómo fue la cuestión del equipaje?
E: Como nos enfrentábamos a climas extremos, llevamos ropa intermedia. Y te toca en hoteles buenos y otros no tan buenos. Y ropa que puedas usar en varias actividades. En un viaje en moto y tan largo no te puedes dar el lujo de empacar demasiado.
JC: En moto viajas muy ligero.
¿Cómo hicieron para alojarse?
E: Nuestro plan era no tener plan. Era que lo que llegara se iba a recibir. El día anterior mirábamos qué había alrededor y nos dirigíamos allí y hacíamos reservas a través de apps en internet y era lo más fácil. En muchos pueblos que no tienen infraestructura hotelera sí le correspondía a Juan y se bajaba y miraba cada hotel, tarifas. También hicimos camping y nos quedamos muchas veces en casas de personas que a través de nuestras redes sociales nos ofrecían hospedaje.
¿Cómo les fue con la gente?
E: Con la gente si tuvimos dos o tres malas experiencias, fueron muchas. Quedamos impresionados de que hay gente buena en cada rincón de esta Tierra. JC: Mucha gente muy buena y cada que necesitábamos ayuda alguien siempre nos colaboró. No es casualidad: cuando decides soltar y dejar que todo llegue, buenas cosas pasan.
¿Cuáles son sus tips para que la gente pierda el miedo a viajar ?
E: Salgamos de esa zona de confort, de la rutina, de la vida de ciudad tan mecanizada y démonos la oportunidad de vivir la vida, de vivir una experiencia diferente, de abrir nuestra mente y de conocer otras personas. El mundo tiene mucho que ofrecer y hay cosas muy hermosas en cada rincón. Lo más difícil es tomar la decisión, no se necesita mucho dinero. Pero tipos de viajes y viajeros es lo que hay.
JC: No piensen que un viaje tiene que ser muy largo. Este no lo hace ni la distancia ni el lugar, lo hace la actitud. Puedes salir un viernes por la tarde, decidir a qué pueblo vas. Viajar es abrirse y a dejar el temor para que las cosas se den. Eso es lo lindo de viajar.