EE. UU. castiga a la cúpula militar de Cuba con sanciones Publimetro incluyente
Con las nuevas medidas, el gobierno de Trump quiere castigar a las Fuerzas Armadas, quienes tienen el control del turismo de la isla
Con las restricciones a los viajes a Cuba y a los negocios con firmas vinculadas a las Fuerzas Armadas, Estados Unidos busca castigar a la cúpula militar del país isleño, que controla buena parte del sector turístico, aunque esas sanciones serán más nocivas para los emprendedores del sector privado que Trump dice proteger.
Las medidas, que entraron ayer en vigor, suponen un cerrojazo a los negocios estadounidenses con el conglomerado Gaesa, dueño de Gaviota –principal grupo turístico con cinco marinas y 83 hoteles que albergan casi la mitad de las 65.000 habitaciones que hay en la isla– y de Cimex, que posee la mayor red de tiendas minoristas y controla cerca del 10% del intercambio comercial de Cuba.
Desde hace un año Gaesa tiene el mando de Habaguanex, la empresa estatal propietaria de los hoteles, comercios y restaurantes de La Habana Vieja, casco histórico de la capital cubana, el lugar de la isla por el que pasan más turistas.
“Gaesa tiene un peso importante, sobre todo en el turismo, pero el 70% de la economía cubana se sustenta en sectores fuera de su control, como el azucarero, el níquel, la producción de ron o tabaco, la biotecnología o la explotación de petróleo”, explicó Juan Triana, del Centro de Estudios de la Economía Cubana.
Hay poca transparencia en Cuba sobre la magnitud de Gaesa, cuyos tentáculos llegan también a la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, proyecto estrella de Cuba para atraer capital foráneo, y a entidades de los sectores de defensa y seguridad, con las que las empresas estadounidenses tampoco podrán hacer negocios.
Gaesa es también dueño de una mínima parte de Etecsa, el monopolio estatal de las telecomunicaciones, aunque esa firma no figura en la ‘lista negra’ de empresas cubanas publicada por el Gobierno estadounidense.
El conglomerado nació modestamente en los años ochenta y experimentó un fuerte crecimiento cuando Raúl Castro llegó a la Presidencia del país y puso en manos de militares de su confianza a numerosas empresas estatales que, según empresarios extranjeros con negocios en Cuba, son ahora las más serias y eficientes.
No en vano, el presidente de Gaesa es el general de brigada Luis Alberto López Calleja, yerno del mandatario.
Pese a las restricciones de Estados Unidos, Triana aseguró que los negocios de Gaesa no sufrirán demasiado, ya que los intercambios con empresas de Estados Unidos son “casi insignificantes”.
Sin embargo, sí se verán resentidos sus hoteles, que ya no podrán alojar a estadounidenses, aunque estos sí se podrán hospedar en otras cadenas estatales como Cubanacán o Gran Caribe, que no pertenecen a Gaesa.
Pero la peor parte del impacto de las nuevas sanciones de Estados Unidos se la va a llevar el pueblo cubano, sobre todo el más de medio millón de emprendedores del incipiente sector privado, que indirectamente emplea a cerca del 25% de la fuerza laboral.
Según Triana, Trump ha eliminado los viajes la postura de individuales dentro de la Estados Unidos categoría “pueblo a pueblo”, es “absolutamente que eran los más numerosos por ser más baratos y requerir menos trámites. Ahora solo hipócrita, podrán visitar Cuba en viajes en grupo organizados por tonta agencias bajo los requisitos que impone Estados Unidos. e Pese a Trump, el país norteamericano es el segundo mercado emisor de visitantes a Cuba: el año pasado entraron a la isla unos 285.000 visitantes y este año rondarán los 400.000, según agencias de viajes estadounidenses.
“A pesar de la retórica de Washington, no hemos notado un declive de la demanda. Muchos americanos siguen intrigados por conocer la rica cultura e historia de Cuba y todavía pueden viajar amparados en otras categorías”, indicó Collin Laverty, presidente de Cuba Educational Travel, agencia que organiza viajes legales a la isla.
Laverty coincide con Triana en que el mayor impacto va a ser para el sector privado, que se ha beneficiado ampliamente del aumento de los viajes individuales desde Estados Unidos: “Muchos estadounidenses se alojan en casas de Airbnb, comen en restaurantes caros ‘paladares’ (restaurantes montados por particulares) y contratan taxis o guías privados”.
En toda Cuba, hay unas 21.000 casas particulares de renta y más de 2000 ‘paladares’ privados, negocios que se han propagado como la pólvora al calor del boom del turismo de los últimos tres años, motivado en gran medida por el deshielo con Estados Unidos.
“Ahora van a verse golpeados duramente por esas medidas dañinas y contraproducentes”, aseveró Laverty. ingenua”
al afirmar que su objetivo es “alentar al Gobierno a avanzar hacia una mayor libertad política y económica para el pueblo cubano”.
“Si dificulta los viajes de estadounidenses, los que van a sufrir son los cuentapropistas que tienen restaurantes o casas de renta y que viven fundamentalmente del turismo”, explicó Triana.
Aunque mantiene las 12 categorías que permiten a los estadounidenses viajar a Cuba –el turismo libre sigue vetado–, la administración Nota disponible en audio, escaneando este código QR. Utilice la aplicación Igetax