Y ESA CARRETERA QUE SE HARÁ EN EL EMBALSE DEL GUÁJARO, ¿QUÉ?
El gobernador del Atlántico aseguró que la obra será dos veces más larga que la Vía 40 en Barranquilla. Ambientalistas y expertos, a favor y en contra del proyecto
Esta semana la Gobernación del Atlántico anunció la puesta en marcha de la construcción del Corredor Oriental del Guájaro que, como aseguraron, será una vía que mejorará la conectividad de la zona y permitirá la salida de los productos piscícolas y agrícolas del sur del departamento.
Sin embargo, lo que no explicaron las autoridades es la razón por la cual esta vía de 15 kilómetros entre Aguada de Pablo y Las Compuertas, que contará 26 box culvert para el caudal de arroyos hacia el cuerpo de agua más grande del departamento, no cuenta con una licencia ambiental de las autoridades competentes. “Nos parece muy extraño que la Gobernación no presente una licencia ambiental debidamente tramitada para realizar esta gran obra que impactará a un humedal, que es un ecosistema estratégico protegido en el país”, dijo a PUBLIMETRO Amín Ariza Donado, líder y asesor ambiental de la Fundación Ambiental para el Desarrollo Sostenible (Funad) de Barranquilla.
La importancia del Guájaro
El espejo de agua abastece del líquido a los distritos de riego agrícola de los municipios de Repelón y Manatí, con lo que cumple un papel fundamental en la economía agrícola y pesquera de la zona, siendo una fuente para la generación de ingresos.
Con una superficie que comprende 160 kilómetros cuadrados y una capacidad de almacenamiento de 400 millones de metros cúbicos de agua, el embalse no solo se alimenta del Canal del Dique, sino que también le sirve de desagüe por medio de unas compuertas construidas a la altura del corregimiento de Villa Rosarepelón.
Municipios como Sabanalarga, corregimiento de La Peña, Luruaco, Repelón y Manatí aprovechan este embalse para la explotación pesquera y el ecoturismo.
¿Por qué no hay licencia?
En ninguno de los documentos e informes presentados por la Gobernación aparece el tema de la licencia ambiental, debido a que la obra no la requiere por tratarse de una “rehabilitación y mejoramiento de vías”. “Hay un vacío porque se describe esta obra como un mejoramiento y por ello no le exigen licencia ambiental. Sin embargo, Invías tiene un Plan de Adaptación de la Guía Ambiental (Paga) para que los contratistas den aplicación a mejoras ambientales”, recalcó Ariza.
El Paga vela por minimizar los impactos en la construcción de las vías como el manejo de aguas, los sedimentos y los arroyos. “Nos preocupan varios aspectos como el tratamiento de las aguas superficiales, que los sedimentos no afecten la calidad del agua ni su morfología y lo más grave sería que cambiaran el cauce de algún arroyo hacia el embalse”, explicó el experto.
Invías, por medio del Paga, debe verificar si la obra dará protección a la biodiversidad de la zona y a su reforestación con especies nativas para que vuelva a albergar fauna asociada al área que ha sido afectada. “Colombia hace parte del convenio internacional Ramsar, cuya misión es la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales y nacionales, y como el Guájaro es nuestro gran humedal debería estar protegido por ser un ecosistema estratégico”, advirtió Ariza.
Una recomendación
Los habitantes de la zona están esperanzados en que la vía mejore la comunicación de esta área ubicada en el sur del departamento. “Hay que entender que esta es una vía que ya existe en Aguada de Pablo y que se va a mejorar. Los lugareños tienen negocios de camarones y producción piscícola, por eso esperan que la obra facilite la salida de los productos y sea beneficioso para ellos”, señaló Ayari Rojano, bióloga de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA) que ha investigado la zona.
La experta recomendó que los ingenieros civiles encargados de las obras tengan en cuenta la capacidad de los arroyos a la hora de construir los 26 box culvert que irrigarán la vía. “Cada arroyo maneja caudales diferentes y por ello deben fijarse en los máximos niveles en periodos de 50 a 100 años para que no haya peligro de desbordamientos”.
La bióloga de la Universidad del Atlántico destacó que el Guájaro es único en extensión en el departamento y de él depende el acueducto de Repelón, el Distrito de Riego y la vida de miles pescadores y agricultores que tienen en esta fuente de agua el motor de su economía.
El corredor vial
Los encargados de la obra, que son Unión Temporal Laguna, consorcio integrado por Valores y Contratos S.A.S., e Inversiones Jacur y Compañía Ltda., están en el proceso de construcción de los 26 box culvert a lo largo de los 15 kilómetros que cubre el tramo Aguada de Pablopuente Amarillo-las Compuertas.
“Esta obra, sin ninguna duda, es una de las más importantes del departamento porque va a cambiar el enfoque de vida de toda la gente que vive alrededor del Guájaro. Será una especie de circunvalar que dará vida a este lugar desde el punto de vista económico, social y paisajístico”, señaló el gobernador Eduardo Verano.
Esta vía se hace con especificaciones para el tráfico pesado; además, se construye una ciclorruta de dos metros de ancho para que los turistas realicen actividades deportivas alrededor del Guájaro. En el proyecto, la Gobernación del Atlántico hace una inversión de 45.000 millones de pesos.
“La carretera tiene una base de 70 centímetros, lo que la hace supremamente resistente y garantiza su durabilidad; además, tiene 7,30 metros de ancho para mayor seguridad de los conductores”, dijo el mandatario y agregó que la obra será dos veces más larga que la Vía 40 en Barranquilla.
La secretaria de Infraestructura del Atlántico, Mercedes Muñoz Aragón, explicó que el Corredor Oriental se conecta con la Transversal del Sur, a la altura de Puente Amarillo. “También empalma con el corredor del Canal del Dique a la altura de Las Compuertas, es decir, el sur del Atlántico tendrá una red vial muy buena que permitirá mantener los procesos productivos en la zona”, dijo Muñoz.
Trabajo en las compuertas
Las obras de mantenimiento
de las compuertas del Porvenir y Villa Rosa, en el embalse del Guájaro, fueron ejecutadas completamente por la CRA, con el fin de mejorar las condiciones del cuerpo de agua.
Por medio de la línea estratégica ‘Ordenación de Cuencas y Regulación del Recurso Hídrico’, la entidad ejecutó las labores de mantenimiento de estas estructuras que cumplen una función prioritaria para el sistema hídrico.
Rojano también explicó que estas intervenciones son un gran aporte para el ecosistema, teniendo en cuenta que el sedimento depositado en la zona de las compuertas impide el acceso de las aguas provenientes del Canal del Dique, que son las que finalmente permiten al embalse permanecer con volúmenes suficientes para la supervivencia de la flora y fauna del cuerpo de agua.
“Lo que buscamos es evitar la pérdida de grandes volúmenes de agua por el mal estado de los sellos de las compuertas”, concluyó.