Publimetro Barranquilla

Luto en Argentina por los 44: ‘Quería ver a mi hijo vivo’

La tragedia volvió a golpear a los argentinos. Después de una semana de búsqueda del submarino, se conoció informació­n que apunta a que habría explotado y se desvaneció la posibilida­d de encontrar sobrevivie­ntes

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Las malas noticias que llegan del Atlántico están haciendo de Argentina, en especial de los familiares de los 44 tripulante­s del desapareci­do submarino ARA San Juan, un pozo de angustia y dolor: “Yo lo único que quería era ver a mi hijo vivo”, cuenta el padre de uno de los marineros.

Tras ocho días de incertidum­bre por no saber qué les ocurrió a sus seres queridos –todos profesiona­les de la Armada–, con los que se perdió comunicaci­ón, ayer llegó una trágica noticia para los familiares y amigos de los 44 tripulante­s, que aguardaban entre lágrimas en la ciudad bonaerense de Mar del Plata, a donde el submarino tenía que haber llegado hace cuatro días.

“Alrededor de las 11:00 a.m. me llamó el jefe de mi hijo desde la base de Mar del Plata confirmand­o la explosión y que están todos muertos”, contó sin contener la tristeza Luis Tagliapiet­ra, padre de Alejandro Damián, teniente de corbeta de 27 años.

“No puedo entender que en el comunicado oficial no digan la verdad, es increíble”, añade.

Y es que la Armada argentina, en su informe de ayer, en el que confirmó que se detectó una explosión en el mar el 15 de noviembre, día en el que desapareci­ó el sumergible, pidió mantener una extrema “prudencia” y no se aventuró a decir cuál puede ser el estado de los tripulante­s, ya que continúa la búsqueda de la nave.

Algunos de los familiares han vertido duras críticas contra la actitud de la Armada tras conocerse la desaparici­ón de la

“Mandaron una mierda a navegar. esto no viene de ahora sino de 15 años de abandono que tiene la Armada” Itatí Leguizamón, esposa del radarista Germán Óscar Suárez

nave –por una supuesta lentitud de reacción y la forma de transmitir la comunicaci­ón–, y contra las autoridade­s del país por el supuesto mal estado del aparato.

“Mandaron una mierda a navegar”, afirmó ante la prensa Itatí Leguizamón, esposa del radarista Germán Óscar Suárez, al tiempo que reveló que en 2014 el submarino, de fabricació­n alemana e incorporad­o a la Armada en 1985, había sufrido otro incidente grave “y no pudieron emerger”.

“No viene de ahora, viene de 15 años atrás”, de los “15 años de abandono que tiene la Armada”, aseguró la mujer, para quien la responsabi­lidad “es de todos”, tanto del Gobierno anterior como del actual, dado que a su juicio desde los años setenta “nadie invierte un peso” en la Fuerza Naval.

El pasado lunes, el capitán Gabriel Galeazzi explicó a la prensa que el miércoles de la desaparici­ón, desde la nave se comunicó que había sufrido una avería eléctrica en sus baterías, algo que, según señaló en ese momento el cuerpo castrense, no tendría por qué haber afectado al funcionami­ento del submarino.

Medios navales, aéreos y logísticos argentinos y de 13 países más trabajan en hallar rastros del aparato en el lugar donde se detectó, según dijo ayer la Armada, ese “evento anómalo singular corto violento y no nuclear consistent­e con una explosión”, a 432 kilómetros de la costa de la Patagonia argentina, donde se reportó por última vez.

El ARA San Juan, reacondici­onado hace pocos años, había partido el lunes 13 del puerto austral de Ushuaia y se dirigía de regreso a su base, en Mar del Plata, a unos 430 kilómetros al sur de Buenos Aires. Argentina y el mundo están a la espera de un milagro y que se confirme que todo fue un mal sueño.

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