Mugabe denuncia golpe de Estado en Zimbabue
El que fue presidente por 37 años del país africano acusó al Ejército de derrocarlo
Robert Mugabe afirmó que su desalojo de la Presidencia de Zimbabue, en noviembre pasado, fue un “golpe de Estado” y que, por tanto, la llegada de su sucesor al poder, Emmerson Mnangagwa, fue ilegal.
“Lo digo: fue un golpe de Estado. Alguna gente ha rechazado llamarlo golpe de Estado, pero lo que pasó es que él nunca podría haber asumido la Presidencia del país sin el Ejército, por el cual fue ayudado”, sentenció.
Mugabe, de 94 años y quien estuvo 37 años en el poder, se pronunció así en su primera entrevista pública tras dejar el poder, concedida a la televisión pública sudafricana SABC. “La gente en el Gobierno debe ser elegida de una manera apropiada”, dijo Mugabe, al subrayar que el ascenso de Mnangagwa solo resultó posible porque fue “ayudado” por el Ejército.
El exmandatario recordó que fue él quien llevó a Mnangagwa al Gobierno –fue su vicepresidente– y nunca pensó que sería el hombre “que se daría vuelta” contra él.
“Ellos se aseguraron de que el resto de órganos del Estado fueran neutralizados, completamente neutralizados”, prosiguió, y enumeró instituciones como la agencia de inteligencia zimbabuense, además de afirmar que en las comisarías fueron vaciadas las armerías por el Ejército.
Respecto a su sucesor, aseguró que “querría trabajar con él”, pero que para eso tiene que “ser correcto” porque “está incorrectamente donde está, es ilegal”.
Mugabe dimitió el pasado 21 de noviembre, tras 37 años en el poder. Su dimisión fue forzada por las Fuerzas Armadas, que tomaron el control del país y recluyeron a la familia presidencial en su residencia, aunque los altos mandos siempre negaron que se tratara de un golpe de Estado.
Los militares adujeron que no era una operación contra el veterano líder, sino contra elementos criminales de su entorno, lo que se interpretó como una referencia a la primera dama, Grace Mugabe.
La operación militar se produjo pocos días después de que Mugabe cesó de la Vicepresidencia a Mnangagwa, veterano de guerra con fuertes apoyos en el partido oficial y cuya carrera política había chocado con la ambición de la primera dama.