Las cartas de amor pintadas al óleo de Diego Guarnizo
Para el diseñador tolimense es evocar la atención a los detalles tangibles, elemento presente en toda su colección
LUZ LANCHEROS
Diego Guarnizo había dedicado sus últimas colecciones a contar historias de mujeres relacionadas con Colombia. Además, en su gran salto al Centro Comercial Andino, había seguido con este criterio editorial en su exitosisima colección
Amazonas. Pero esta vez, Diego quiso rememorar a través de su propia interpretación de las flores lo que era evocar el hecho de darle a otro un pedacito de sí.
Es por eso que la colección se llama Cartas de amor y es un homenaje a los regalos, los deseos, los pensamientos que se daban de manera menos impersonal y sí más íntima. Así, con 51
looks y una paleta que va desde el azul místico hasta colores cálidos, exploraciones de bordado y de materiales parecidos al terciopelo, Guarnizo se enfoca en los prints y en siluetas conocidas, claves de su éxito, para mostrar la riqueza de su talento.
NUEVA MUJER entrevistó al diseñador sobre la colección.
Hay muchas colecciones de flores… ¿Que quiso expresar con las suyas?
La razón por la que mis flores nacieron es porque me parecía que era fundamental, al escribir y mandar una carta de amor, que llegara un ramo de flores. Así que vienen de ese concepto romántico, de que el amor existe y triunfa. Casualmente, las flores también son una tendencia global, así que fue una diosidencia muy bonita.
¿Cómo fue el proceso para crear cada una de las flores tan impresionistas?
Diana Jaramillo, que ha sido mi gráfica toda la vida, se sentó conmigo y nos fuimos a las estampillas, pero investigando y creando pensamos en el óleo y retar al impresor textil.
Queríamos que la pincelada se notará en la tela, fue un reto tecnológico y lo logramos.
¿Cómo fue el hecho de imprimir, por ejemplo, el terciopelo, y de usar el denim
para esta colección?
Hay que trabajar con lo que hay y con lo que el mercado en este momento ofrece. Y yo soy pro Colombia, pro cosas que nazcan en este país y que se produzcan aquí. Así, tanto los algodones como los denim, siempre procuro meterlos en las colecciones y que hablen el mismo lenguaje. Con Sutex, durante mucho tiempo hemos trabajado el tema del poliéster reciclado y también innovamos con texturas. Ahí nos brotó el terciopelo, ahí es donde la malla ya se le dio un calibre supersuave y supernoble
¿Cómo ha sido el cambio de paletas de una colección a otra? ¿Cómo es en adentrarse, por ejemplo, de los verdes a los grises y a los azules y a otros lados?
A mí me costó, ¿sabes? Fue un paso muy, muy duro y muy grande, porque mi temor era perder esa viveza. Pero quería que las cartas de amor tuvieran ese toque de nostalgia y ahí es donde Diana me ayudó mucho y me cuidó.
Ella es la que me iba matizando los colores y me los iba manejando y por eso decidimos hacer grupos de amores: está el amor verdadero, el amor propio, el amor profundo, el amor de verano –que es el más claro y el más alegre–, el amor profundo –que es el del azul oscuro–. Así, empezamos a bautizarlos de esa manera para que para que tuviera cada uno como su paletica.
¿Cómo fue la decisión de poner estampillas en la ropa?
Viví por mi edad el tema de mandar cartas e ir a Correos Nacionales a estampillar la carta y meterla en un buzón. Y de las cosas más bonitas que sucedían en esa acción era uno escoger la estampilla, porque con la estampilla era que uno pagaba el envío y estas siempre eran manifestaciones de cuidado a la fauna o a la arquitectura o la personalidad o a los presidentes.
Entonces, aquí lo que quise fue también hacer nuestro propio estampillado y se lo estoy poniendo, en lo posible, a cada una de las referencias para que la prenda se vaya con una estampilla. Esto, para que recordemos el pasado, ya que lo olvidamos.
“MIS FLORES NACIERON PORQUE ME PARECÍA QUE ERA FUNDAMENTAL, AL ESCRIBIR Y MANDAR UNA CARTA DE AMOR, QUE LLEGARA UN RAMO DE FLORES”
Uno de los secretos de su éxito es tener piezas que son comerciales, pero también más elaboradas; grandes pero comenzar a mostrar otras cosas más experimentales, ¿cómo miden esa transición?
hits,
Eso lo da el mercado pero también ese ego que le dice a uno que hay que hacer cosas magistrales y superelaboradas. Pero al aterrizar al mercado y al consumidor, hay que mediar.
En esta colección, particularmente, quise apostarle muchísimo a la manualidad del bordado, a meter cristalería, lentejuelas, armarme de ese valor, para que tenga el sentimiento y el espíritu de la marca. Creo que lo logramos: llegamos al punto perfecto de lograrlo, para que se pueda vender y para que lo puedan comprar, para que salga también a unos muy buenos precios.