El chef caleño que lo asesora y le enseña a alimentar a su amigo de cuatro patas
Luego de que su perro desarrollara una enfermedad en la sangre, Alejandro Ospina supo que debía dejar de lado las croquetas con las que lo alimentaba para que recuperara sus defensas y continuara con vida. Diseñador gráfico de profesión, pero amante de los animales desde niño, este joven caleño inició un camino de formación con nutricionistas de animales, médicos veterinarios, libros y publicaciones en internet hasta conseguir el conocimiento que hoy le permite presentarse como chef canino.
Aunque el título de su nuevo oficio sugiere un amplio número de posibilidades, no se trata de alguien que prepare galletas, tortas, paletas y demás alimentos que inundan el mercado. Lejos de esto, Alejandro se ha interesado en estudiar qué tipo de alimentación requiere cada perro teniendo en cuenta que, aunque ya son animales domesticados, hasta hace unas décadas deambulaban en el bosque y vivían de manera salvaje.
“Hay que darles lo que ellos están desarrollados para comer evolutivamente. Las croquetas son un alimento que nació hace menos de 60 años con el fin de aprovechar subproductos, pero no tienen el porcentaje de proteína animal que un perro necesita. Además, esta
“Si alguien me pide que le enseñe las recetas, yo se las enseño gratis” Alejandro Ospina, chef para perros
proteína pierde los beneficios en el proceso de elaboración del concentrado. Los perros pueden vivir con esa alimentación, pero van a estar mal nutridos: es como si uno pasara la vida comiendo chocolate y pan”, cuenta Alejandro.
Cuando le cambió la dieta y empezó a darle carne cruda, su bulldog americano de nueve años superó la enfermedad y se curó de otras alergias en la piel de las que antes nadie se había percatado. Una amiga suya quiso seguir el ejemplo y le pidió que le vendiera la nueva comida para alimentar a su mascota. Luego, la amiga de la amiga. Así, en su cotidianidad de figuras y colores empezó a colarse la faceta de cocinero para perros. Actualmente, con su marca Happy Barf, Alejandro distribuye más de una tonelada de alimento cada semana y satisface a cerca de 50 clientes de cuatro patas.
Sin embargo, más que un negocio se trata de su proyecto de vida. “Lo que más quiero es que los perros estén bien alimentados. Si alguien me pide que le enseñe las recetas, yo se las enseño gratis y lo asesoro para que sepa qué cantidades y alimentos le hacen bien a su mascota. También le recomiendo qué libros o páginas leer para aprender más, qué tipo de carne comprar y cómo hacerlo todo”, cuenta el chef canino cuyo amor por los animales se dibuja en los tatuajes que lleva en el brazo izquierdo.