Guillier o Piñera: incertidumbre en la segunda vuelta de elecciones chilenas
Los candidatos de la derecha y el oficialismo llegan empatados a la votación final. Las ambigüedades tanto de Piñera como de Guillier se han notado en el último mes de campaña
Desarrollo económico o desarrollo social. Estas parecen ser las coordenadas que dividen a Chile de cara a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de este domingo: o el empresario Sebastián Piñera, representante de la derecha chilena, o el periodista Alejandro Guillier, del oficialismo.
Cuando parecía que la sociedad chilena se había cansado de las reformas de Michelle Bachelet, el 23% votó por Guillier para hacerlo pasar a segunda vuelta (votó el 46% del electorado). El domingo se enfrenta a Piñera por los próximos cuatro años de presidencia de Chile.
El alto porcentaje de votos conseguidos por el Frente Amplio (20%), la nueva izquierda chilena, da esperanzas a la candidatura de la Nueva Mayoría.
Guillier ha tratado de incorporar algunos proyectos de gobierno de Beatriz Sánchez, la tercera en la contienda, para seducir a los votantes del FA, que anunció que no lo apoyará formalmente.
A pesar de esto, Guillier también ha sido ambiguo y agresivo. En los últimos debates, se ha caracterizado por atacar a su rival y a evadir las preguntas de los periodistas en relación a su plan de gobierno. En ese contexto, Guillier ha prometido ampliar la gratuidad y condonar el Crédito con Aval del Estado (el préstamo bancario apoyado por el Estado para financiar la educación superior que se paga a 15 años, a una tasa fija del 2%) para siempre.
Este jueves, Guillier contó en su acto de cierre de campaña con el expresidente uruguayo, José ‘Pepe’ Mujica, una de las figuras progresistas latinoamericanas más respetadas en Chile. Así busca cautivar a quienes no ha logrado convencer en los principales debates. El hecho ha sido calificado como un “golazo”.
Progreso o estancamiento
Piñera, por su parte, ha hecho su discurso mucho más ambiguo. El 36% que obtuvo en primera vuelta estuvo muy por debajo de sus expectativas. Es por esto que se ha escudado en el discurso del “yo soy el progreso, Guillier es el estancamiento”. Las cifras económicas aún son parte importante para su base electoral, y la derecha acusa al gobierno de Michelle Bachelet de tener al país estancado.
Además, incorporó a su comando al candidato de ultraderecha conservador José Antonio Kast. El 7,8% de Kast en primera vuelta es fundamental para Piñera y representa a la llamada ‘familia militar’, fuertemente ligada a la figura del dictador Augusto Pinochet.
Aún así, su estrategia ha sido la de flexibilizar sus posturas tradicionales. Si en julio del 2011, durante su primer gobierno, Piñera decía que consideraba a la educación “un bien de consumo”, hace algunos días aseguró que “la educación es un derecho. “Siempre lo hemos entendido así”. Esto ha hecho que su mensaje sea ambiguo. El peor momento de Piñera durante este mes de campaña fue cuando insinuó que el sistema electoral estaba intervenido para apoyar a las candidaturas de Guillier y Sánchez. “No me gusta poner en duda nuestro sistema electoral, porque eso es parte del patrimonio del país. Sería la primera vez que ocurriría en democracia. Lo que sí ocurre en todas las elecciones es que algunos se pasan de vivos, vimos el día de la elección que muchos votos en las mesas estaban marcados previamente, estaban marcados por (Alejandro) Guillier o por (Beatriz) Sánchez, no por nosotros”, dijo Piñera en una entrevista radial.
Esto provocó que la propia Sánchez hiciera un llamado a votar por Guillier, a pesar de que el Frente Amplio había dejado a sus electores en libertad de acción. “Piñera es un peligro para Chile”, dijo Sánchez. Varios líderes del Frente Amplio se unieron a las palabras de Sánchez.
“Esto tuvo un efecto aglutinador en la izquierda”, explica a PUBLIMETRO Marisol Águila, polítóloga de la Universidad Católica de Chile. “Esto ha dado cuenta de que hay una cosmovisión o una forma de entender la sociedad bastante más común entre el Frente Amplio y la Nueva Mayoría”, afirma.
“Algunos se pasan de vivos, vimos el día de la elección que muchos votos en las mesas estaban marcados previamente por Guillier o por Sánchez, no por nosotros” Sebastián Piñera, luego de la primera vuelta