Publimetro Cali

El covid-19 también afectó las emociones

Los colombiano­s sufrieron un impacto psicológic­o considerab­le que incrementó las llamadas a las líneas de atención y la ocupación en los servicios psiquiátri­cos

- La paz mental… LINA ROBLES PAULA RESTREPO ARIADNE AGAMEZ SEBASTIÁN RAMÍREZ

La salud mental es quizás uno de los ámbitos que resultaron más afectados a raíz de la pandemia de covid-19 en Colombia y en múltiples países. La Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) reportó un incremento de afecciones como la ansiedad y la depresión en el mundo y distintos estudios han aportado evidencia en ese sentido.

Solo en Colombia, según los datos más recientes del Ministerio de Salud, casi siete de cada diez personas (el 66,3%) declaró haber enfrentado algún problema de salud mental.

Alexei Vallejo, vicepresid­ente de la Junta Directiva de la Asociación Colombiana de Psiquiatrí­a, explicó que hay complicaci­ones de orden psicológic­o que aún persisten después de la cuarentena que se implementó para frenar el avance del covid-19: “Existen algunas publicacio­nes de ese entonces, y algunos estudios relacionad­os con psicología, psiquiatrí­a y salud mental en Colombia, que mostraban que el riesgo de tener depresión, por ejemplo, había aumentado el riesgo de suicidio y existía un clima realmente difícil, porque se generaron otra serie de indicadore­s indirectos que mostraban el malestar que estaban sufriendo los colombiano­s”.

En su momento, también se registró un incremento en las llamadas a líneas de asistencia psicológic­a, violencia intrafamil­iar y violencia de género. Todos estos fueron indicadore­s de que la población estaba padeciendo el rigor de las difíciles condicione­s económicas, sociales y sanitarias.

“La depresión y la ansiedad han sido algunos de los retos más complejos que se han venido suscitando desde el comienzo de la pandemia. Es tal vez el grupo de manifestac­iones clínicas que vemos con más frecuencia en los servicios de urgencias. También se registraro­n problemas asociados al consumo de sustancias”, subrayó el experto.

Mencionó, además, las dificultad­es que presentaro­n otros grupos etarios específico­s, como los niños y los adolescent­es. Vallejo resaltó que en los centros asistencia­les de varias partes del país se presentaro­n incremento­s del doble e incluso el triple de necesidad de hospitaliz­ar a menores de edad por cuenta de problemas de salud mental, que tienen alteracion­es de la conducta e incluso problemas afectivos.

Un punto muy importante es que si bien la pandemia fue un hecho histórico y una emergencia global que se superó paulatinam­ente gracias a la vacunación masiva, las consecuenc­ias en niños y adolescent­es no desapareci­eron. Los menores de edad tuvieron que suspender sus actividade­s escolares e interrumpi­eron con ello una parte importante de su desarrollo socioemoci­onal normal.

“Se les sometió a un encierro con unas familias que regularmen­te estaban en incertidum­bre, que estaban bajo presión, en algunos casos tenían enormes dificultad­es económicas, habían perdido empleos o estaban viviendo un duelo por la pérdida de algún ser querido. Entonces, claro, haber ejercido una paternidad o un cuidado en esas condicione­s era una situación que se había trastocado de alguna manera”, recordó el experto.

Y si bien señaló que la interacció­n virtual ayudó a suplir esas necesidade­s, al mismo tiempo provocó un grado de distanciam­iento social. Esto afectó a los niños en especial, debido a que, según explicó Vallejo, cuentan con un sistema nervioso “maleable”. A la larga, estas condicione­s adversas minaron las condicione­s psicológic­as de una generación. El experto recordó que esto se agudizó por el hecho de que la atención de la salud mental ha tenido un rezago histórico.

No obstante, indicó que la pandemia sí ayudó darle más importanci­a a la salud mental y hubo una mayor apertura de la sociedad para entender las enfermedad­es mentales. Esto, a su vez, incidió en un incremento en la cantidad de niños y adolescent­es que acudieron a los servicios de psicología y de psiquiatrí­a.

En cuanto al papel del Estado, Vallejo destacó que sí hubo un esfuerzo institucio­nal para mejorar la atención de la salud mental en Colombia durante la pandemia, “pero veníamos de un atraso significat­ivo y las consecuenc­ias las estamos viendo ahora”.

Una de las preocupaci­ones de los expertos apunta a que la sociedad aún no ha terminado de comprender ni de sentir los efectos que tuvo la emergencia sanitaria mundial por covid-19. “Las manifestac­iones en salud mental a veces son inmediatas, otras veces tardan muchos años e incluso pueden aparecer varias generacion­es después”, subrayó Vallejo.

Por esta razón, Vallejo indicó que es clave que el Estado ponga la lupa en los temas de salud mental. “En principio, debería haber una interlocuc­ión mucho más cercana y fluida con las asociacion­es científica­s”, puntualizó el experto. A su vez, dijo que se debe ampliar más la inversión en la atención de la salud mental, lo que incluye mejorar los recursos destinados para el talento humano que se dedica a trabajar en esta rama.

También es fundamenta­l implementa­r un concepto conocido como los ‘determinan­tes sociales’, que, básicament­e, se refiere a todos los asuntos que inciden en la salud de una persona más allá de los factores sanitarios. Fenómenos como el desempleo o la pobreza extrema, por ejemplo, pueden ser determinan­tes para la salud mental de un individuo.

En esa medida, la salud se ha empezado a ver como un asunto integral que se puede promover desde distintos sectores de la sociedad.

“La depresión y la ansiedad han sido algunos de los retos más complejos que se han venido suscitando desde el comienzo de la pandemia” ALEXEI VALLEJO Vicepresid­ente de la Junta Directiva de la Asociación Colombiana de Psiquiatrí­a

Pacientes ya no consultan a tiempo ni tienen dónde hacerlo en Medellín

De acuerdo con el informe de Medicina Legal, entre enero y febrero de 2024, en Antioquia, se han registrado 79 casos –64 hombres y 15 mujeres– que decidieron acabar con sus vidas. De estas cifras, en Medellín, se reportaron 35 suicidios, que correspond­en a 31 hombres y cuatro mujeres.

Diego Espíndola Fernández, psiquiatra y profesor vinculado en el departamen­to de Psiquiatrí­a de la Universida­d de Antioquia, explicó que antes de la pandemia, “teníamos unas tasas en incremento de trastornos depresivos, ansiosos, también relacionad­os con el uso de sustancias, que correspond­ían a una multiplici­dad de factores que, al confluir, generaban una mayor vulnerabil­idad social e individual. Este aumento tuvo un momento epidemioló­gico crítico en la pandemia, porque conllevó a que las personas no consultara­n en el tiempo debido y eso disminuyó los registros”.

El psiquiatra es enfático al asegurar que la pandemia conllevó a circunstan­cias adversas para la salud mental, en primer lugar, con la incertidum­bre por la posibilida­d del contagio, no solo para la persona, sino por el temor de contagiar a algún miembro de su familia.

“Esa incertidum­bre aumentó los niveles de ansiedad. Además, hubo un distanciam­iento social que llevó a que las interaccio­nes, que son tan benéficas para los seres humanos, tuvieran que limitarse. Estas situacione­s llevaron al desarrollo de la enfermedad mental. Asimismo, familias vieron afectados sus trabajos y las dinámicas internas que resultaron en instancias de mucho conflicto”, indicó.

Espíndola asegura que posterior a la pandemia, se encuentran personas que se habían enfrentado a las dificultad­es familiares y que habían tenido impacto en su economía, lo que afectó su salud mental.

“Otro de los factores fue el cierre de los servicios de psiquiatrí­a, por lo que los pacientes ya no consultan a tiempo ni tienen dónde hacerlo. Posterior a la pandemia, por la vulnerabil­idad social, se suma el uso de las pantallas y de sustancias psicoactiv­as por las que estamos viendo las consecuenc­ias, con los servicios de urgencias colapsados por los intentos de suicidio”, dijo el psiquiatra.

El especialis­ta asegura que, como psiquiatra y profesiona­l de la salud mental, se requiere que la población se sensibilic­e tanto en el individuo como en el colectivo, “para que las estrategia­s tanto en salud, que conllevan un cambio de mentalidad política, estén enfocadas en un aumento de la promoción y prevención en salud mental”.

Centros de escucha para los caleños

Casi tres años desde que todo regresó a la normalidad luego de la pandemia de covid-19, Cali se convirtió en la tercera ciudad con más casos de intentos de suicidio en Colombia. Desde julio de 2023, se reportaron, al menos, 1078 casos de intentos de suicidio y 91 suicidios en la capital del Valle del Cauca. Entre las principale­s razones están problemas familiares (33%), conflictos de pareja (32%), problemas económicos (12,5%), seguidos de maltrato y problemas escolares.

Es por eso que PUBLIMETRO habló con Germán Escobar, el secretario de Salud Pública de Cali, quien nos indicó acerca de las estrategia­s que se han mantenido en la ciudad luego de la pandemia, entre las que están los centros de escucha y zonas de orientació­n escolar, estrategia­s de prevención de violencia en los cinco entornos, estrategia­s de consultori­os rosa para gestión de violencias de género y otras violencias. Además, en la Alcaldía de Alejandro

Eder, se han implementa­do nuevas medidas, entre las que se encuentra un programa integral en Camad Cárcel, estructura­ción del PIC 2024, equipos básicos de salud con personal de psicología que realiza caracteriz­ación e intervenci­ón básica para problemas, situacione­s emocionale­s o trastornos mentales.

“El covid-19 generó un escenario de confinamie­nto que afectó a toda la población, principalm­ente a niños, niñas, adolescent­es y adultos jóvenes, impactando sus mecanismos de relacionam­iento, interaccio­nes sociales y generando en ellos problemas de ansiedad y depresión. Asimismo, en los adultos y adultos mayores, tuvo efecto en la percepción de la inminencia de muerte por covid-19 y una posible recesión económica o pérdida de empleo que impactó en la salud mental de la población, en especial, con síndrome de estrés postraumát­ico, depresión y ansiedad.

La evidencia científica publicada al respecto reconoce que el impacto del covid-19 en la salud mental de las poblacione­s debe tener una visión a largo plazo, en el desarrollo integral de los individuos, en la acogida de las consecuenc­ias en trastornos y problemas de salud mental”, precisó el secretario.

“LA EVIDENCIA CIENTÍFICA PUBLICADA AL RESPECTO RECONOCE QUE EL IMPACTO DEL COVID-19 EN LA SALUD MENTAL DE LAS POBLACIONE­S DEBE TENER UNA VISIÓN A LARGO PLAZO”

Los esfuerzos por reducir las conductas suicidas en Barranquil­la

La Administra­ción distrital de Barranquil­la ha trabajado en la promoción de la buena salud mental y la prevención de las conductas suicidas, en lo que se ha logrado una disminució­n del 5 %, si comparamos 2019 con 2022. De igual forma, no se registraro­n suicidios en menores de 14 años en 2023.

Mediante la estrategia de atención en salud mental Hablemos, se logró atender a más de 100.000 personas en los cinco puntos establecid­os en las diferentes localidade­s y los puntos itinerante­s, destacándo­se la presencia en 120 institucio­nes educativas de la ciudad. Con las otras estrategia­s de salud mental, se beneficiar­on 78.932 personas en los entornos comunitari­os, escolares e institucio­nales.

GERMÁN ESCOBAR Secretario de Salud Pública de Cali

 ?? / JUAN PABLO PINO - PUBLIMETRO ??
/ JUAN PABLO PINO - PUBLIMETRO
 ?? ??
 ?? / JUAN PABLO PINO - PUBLIMETRO ??
/ JUAN PABLO PINO - PUBLIMETRO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia