LA ODISEA DE SUPERMARIO, ¿SERÁ EL MEJOR JUEGO DE 2017?
Después de dos semanas, completamos el acierto de Nintendo: Super Mario Odyssey. El juego sin duda es digno heredero de la saga
Año redondo. Nintendo ha tenido un 2017 lleno de grandes hits. Es un año de consolas, pero también de grandes títulos. La esperada Switch, por ejemplo, fue lanzada con una nueva entrega de The Legend of Zelda: Breath of the Wild.
En aquel momento, muchos dijeron que era el juego del año, dándole calificaciones perfectas. Y, claro, las merece, pero el año apenas estaba comenzando.
El 27 de octubre se lanzó
Super Mario Odyssey. Cuando salieron Nintendo, Super Nintendo y Nintendo 64, lo hicieron acompañados de un juego de Mario. Tal vez por eso, cada vez que sale un juego del plomero, los nostálgicos de las consolas de Nintendo tienden a querer tenerlo en su colección. Pero dejando todo el sentimentalismo atrás, ¿es Super Mario
Odyssey un buen juego? La única manera de saberlo es probándolo.
La aventura comienza junto a Mario, quien conoce a un particular sombrero de copa llamado Cappy. Ahí, los dos se unen para derrotar a Bowser (¡qué sorpresa!). Cappy adopta la forma del sombrero de Mario para no perder su particular estilo y comienza la aventura para salvar a la princesa. Sí, una vez más. Hasta ahí, la historia no sorprende mucho, pero los tráileres ya habían adelantado una parte que, sin duda, le da un carácter único al juego.
Cappy no es solo un compañero, sino que le otorga a Mario la capacidad de convertirse en cientos de personajes (con sus habilidades incluidas) que habitan en este universo mágico con el que los aficionados están familiarizados.
Para quienes han seguido desde cerca las series de Nintendo, esta opción les puede recordar a las utilidades de las máscaras en The Legend of Zelda: Majora’s Mask, así como a Kirby. Nuevamente, Nintendo demostró aprender de sus éxitos.
Sin embargo, no hay que ser injustos centrándose en la historia inicial. Y es que sí, puede ser repetitivo rescatar a la princesa, pero esa es la esencia de Mario. Lo distinto es la historia que acompaña a esta estructura inicial.
En total, son 14 reinos, y cada uno de ellos con distintos escenarios.
También varían en dificultad y tamaño.
Todos están desarrollados para aplicar una jugabilidad de mundo abierto, es decir, el jugador elige cómo ir desarrollando la historia y completar la etapa. En realidad, es una opción muy de Zelda, pero no hay que entrar en pánico, porque la exploración es sencilla y hay muchas más cosas por hacer. En parte, ese detalle le hace conservar la identidad de Mario.
En resumidas cuentas y sin ánimo de adelantar mucho del videojuego, hay que decir que es un homenaje a toda la saga. No hay ningún momento en el que Super
Mario Odyssey se vuelva aburrido. La aventura tiene un relato atractivo y elementos que para quienes han jugado Mario toda la vida, son básicos y harán que se enamoren aún más de la saga. Además, el final de este título no tiene comparación, es un desenlace épico, apenas para este juego.
¿El mejor juego del año? Difícil decisión. The Legend of Zelda: Breath of the Wild fue algo legendario. Y si bien, este Mario también lo es, no me atrevería a decir que es mejor, pues son dos estilos de juego bastante diferentes. Habrá que esperar a los Game Awards.