CHAMPIONS: CARA A CARA DE MADRID Y LIVERPOOL
Real Madrid y Liverpool paralizarán al mundo desde Ucrania para protagonizar una de las finales de Champions más laureadas de la historia
El último paso para conseguir quedar en la eternidad. Real Madrid y Liverpool llegan extenuados a la batalla final, esa que significa la consecución de la gloria o ahogarse en la orilla.
Mucho han cambiado los equipos de Zinedine Zidane y de Jürgen Klopp desde aquel septiembre de 2017, cuando arrancó la fase de grupos. Incluso, los ingleses comenzaron su periplo en Champions en la ronda preliminar. Allí, la pasó mal con el Hoffenheim alemán, pero avanzó a los mejores 32.
Ya en las zonas, los de Merseyside integraron el grupo E, junto al Sevilla, el Spartak de Moscú y el Maribor esloveno. Una cantidad sideral de goles, con 23 tantos convertidos, hizo tomar nota a sus rivales en el continente que el Liverpool pareció resurgir de entre las cenizas.
El conjunto de Klopp avanzó de manera invicta a los octavos de final, fase en la que se enfrentó al Oporto. A priori, era una llave accesible y vaya que lo fue. En la ida, Mohamed Salah hizo su carta de presentación al continente, comenzando a tomar vuelo su candidatura a ser el mejor jugador de la competencia.
En cuartos, Manchester City fue el gigante a derrumbar. El equipo de Pep Guardiola partió como amplio favorito, pero los reds necesitaron solo 30 minutos para bajarle los humos. En la ida, Salah, Mané, Firmino y compañía destrozaron a los citizens para que el sueño de Kiev tomara forma de realidad.
Un escollo más para situarse en la final. La Roma, el gladiador que supo tumbar al todopoderoso Barcelona, no significó mayor desafío para el Liverpool. Las falencias de los británicos les dieron oportunidad a los italianos, dejando un halo de incertidumbre sobre si el equipo sensación de Europa es tan bueno o un one hit wonder.
Real Madrid también tuvo un camino espinoso. El bicampeón de Europa pareció empezar la temporada con todos los motores encendidos, cuando derrotó al Manchester United en la supercopa europea y al Barcelona en la española.
Sin embargo, un equipo casi sin grietas comenzó a mermar en su rendimiento con poca explicación. Sus falencias pusieron en riesgo su clasificación a octavos, cediendo la primera plaza ante el Tottenham. A la postre, los merengues se metieron por la ventana al sorteo de los mejores 16.
La fortuna lo emparejó con el mejor equipo de la competencia en ese entonces: Paris Saint-Germain. Neymar y compañía eran los favoritos en esa eliminatoria y por momentos lo justificaron, pero les falló el carácter en los minutos finales del juego de ida, cayendo 3-1 en el Santiago Bernabéu. La vuelta en París resultó un trámite.
Los cuartos de final significaron la réplica de la final de Cardiff. La Juventus quiso tomarse revancha de lo sucedido en Gales, pero la chilena de Cristiano Ronaldo quedó en la retina del público turinés, que no tuvo más que aplaudir al portugués.
En la vuelta, los bianconeri rozaron la hazaña, pero el penal de Mehdi Benatia a Lucas Vázquez todavía se está discutiendo si fue o no fue. Avanzó el merengue para toparse con el gigante bávaro en semifinales: Bayern Múnich.
James Rodríguez contra Zidane, el morbo de la eliminatoria. El colombiano le demostró al técnico francés que su salida de la Casa Blanca fue injusta, pero la estirpe del Madrid volvió a salir a flote. Si fue justo o no, lo cierto es que el Madrid se instaló en otra final de Champions, la tercera consecutiva.
Instalados en Kiev, ambos conjuntos conservaron a sus mejores hombres y llegan sin bajas de peso a la final. La más rutilante pasa por el lado británico, que ante la Roma presenció la rotura de ligamentos cruzados de uno de sus hombres clave, Alexander Oxlade-Chamberlain.
No obstante, la buena noticia es el estado de forma del egipcio Salah. Tras la polémica del ramadán, que le impediría jugar, las autoridades islámicas aclararon que el ‘Faraón’ podrá disputar el encuentro común y corriente. Con él, las posibilidades del Liverpool ascienden de forma astronómica.
La duda de Zinedine Zidane pasa por la abundancia. Tres jugadores claves en ediciones anteriores se disputan dos lugares en el 11 inicial. Karim Benzema, Isco Alarcón y Gareth Bale tienen pensativo al galo, que por si fuera poco cuenta con Marco Asensio y Lucas Vázquez en el banco de suplentes.
Caminos de vaivenes, pero blancos y rojos, atravesaron los Pirineos, los Alpes y los Cárpatos ucranianos para instalarse en Kiev. La metrópolis de hielo será testigo de una final caliente. Real Madrid va por su decimotercera ‘Orejona’; Liverpool, por la sexta. Cuando expire el reloj del sábado se dilucidará al nuevo monarca europeo: Zidane o Klopp, Cristiano o Salah, españoles o ingleses.