Publimetro Colombia

Acuerdo de Escazú: tratado para la defensa del medioambie­nte

Las negociacio­nes para el también llamado Principio 10 se iniciaron hace seis años. Ahora, los países firmantes deben llevar su compromiso a sus respectivo­s parlamento­s para que ratifiquen la decisión

- YVETTE SIERRA PRAELI es.mongabay.com

El Acuerdo de Escazú, un tratado histórico para la defensa de los derechos ambientale­s en América Latina y el Caribe, fue firmado por 15 países de la región. Este compromiso es un paso adelante para asegurar el acceso a la informació­n, la participac­ión pública y el acceso a la justicia ambiental en un continente con un creciente número de ambientali­stas asesinados: cuatro cada semana durante 2017, según cifras de Global Witness.

El 27 de septiembre, Perú, Antigua y Barbuda, Santa Lucía, Costa Rica, México, Panamá, Uruguay, Guatemala, Argentina, Ecuador, Brasil, República Dominicana, Guyana y Haití estamparon su firma en el pacto. Los dos últimos países no participar­on de las negociacio­nes previas, pero suscribier­on el acuerdo. Un día después, el 28 de septiembre, se unió a la lista Paraguay.

Bertha Cáceres, activista hondureña asesinada en el 2016, es un símbolo para los defensores ambientale­s de Latinoamér­ica.

De los países que aún no se han acogido al también llamado Principio 10, dos ausencias fueron duramente criticadas: Chile y Colombia.

Críticas a la decisión del gobierno de Sebastián Piñera

El caso de Chile ha sido el más cuestionad­o, puesto que este país estuvo entre los principale­s promotores del acuerdo y fue uno de los impulsores del documento firmado por 10 países en 2012, cuando se sentaron las bases de lo que hoy se ha convertido en el primer tratado ambiental vinculante para Latinoamér­ica.

Andrea Sanhueza, representa­nte de Chile, quien participó en la propuesta desde el inicio de las negociacio­nes, explica las razones por las que su país no se ha acogido a este acuerdo. Según Sahueza, “el Gobierno chileno interpreta que este convenio aumentará los conflictos socio-ambientale­s que ya existen en el país, bajo la premisa equivocada de que si las personas tienen más derechos habrá mayor conflictiv­idad”.

Otra razón, dice la representa­nte de Chile, es que el Gobierno chileno considera que su implementa­ción puede frenar las inversione­s en el país.

Una tercera razón –agrega Sahueza– se relaciona con el artículo de solución de controvers­ias del Acuerdo de Escazú que establece que las partes pueden acordar su propio mecanismo de solución u optar por ir a la Corte Internacio­nal de Justicia de La Haya. En este caso, “el Gobierno chileno teme afrontar nuevas demandas en La Haya como la que enfrentó con Bolivia”, precisa.

Colombia, el otro gran ausente

La decisión de Colombia de no acogerse al Acuerdo de Escazú era la esperada, puesto que durante las negociacio­nes el país se mantuvo en contra de algunas decisiones que se fueron adoptando. En esa etapa, Colombia retrocedió en dos temas. Uno de estos se refería al comité de seguimient­o que proponía que cualquier ciudadano pueda vigilar y comunicar a este comité sobre el cumplimien­to del tratado en su país.

El otro aspecto estuvo relacionad­o con el pedido que hizo la representa­ción de Colombia para que se incluya un artículo que permita a los Gobiernos tener reservas. Es decir, que cada Gobierno tenga la posibilida­d de elegir qué artículos del tratado acepta y en cuáles se mantiene al margen.

En conversaci­ón con Mongabay Latam, Natalia Gómez, oficial de incidencia de la Alianza Mundial para la Participac­ión Ciudadana (Civicus), dijo que “se trata de una oportunida­d perdida para fortalecer el marco jurídico del país”. Agregó que, en su opinión, el gobierno de Colombia tiene miedo de compromete­rse y de ampliar los derechos de los ciudadanos.

“Por más de 25 años de

haberse adoptado la Declaració­n de Río, los ambientali­stas estamos esperando que se nos brinde el acceso oportuno a la informació­n y una adecuada participac­ión en políticas, proyectos y decisiones que afectan nuestro ambiente y su territorio”, declaró Margarita Flórez, directora de la Asociación Ambiente y Sociedad, quien ha instado al presidente Duque a que se sume a este esfuerzo internacio­nal y firme el Acuerdo de Escazú.

Celebració­n en el continente

Pese a las ausencias, la firma del tratado por 15 naciones ha despertado el entusiasmo y celebracio­nes en la región. En un mensaje por redes sociales, la ministra de Ambiente de Perú, Fabiola Muñoz, dijo: “Este acuerdo representa una de las oportunida­des de fortalecer los vínculos entre los países latinoamer­icanos en un tema tan importante y crítico como es la transparen­cia en los temas ambientale­s, la posibilida­d de permitir a las poblacione­s más vulnerable­s el acceso efectivo a la informació­n y promover la justicia ambiental”.

Muñoz también recordó que Perú está comprometi­do en la lucha contra la corrupción y, por tanto, la transparen­cia en el sector ambiental es un eje fundamenta­l en este camino.

Por su parte, Aída Gamboa, especialis­ta de la ONG peruana Derecho Ambiente y Recursos Naturales (DAR), manifestó la importanci­a del acuerdo en la protección de los defensores ambientale­s, principalm­ente de los pueblos indígenas de la Amazonía que son amenazados constantem­ente por proteger sus territorio­s. Al respecto, Lizardo Cauper, presidente de la Asociación Interétnic­a de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), precisó que desde su organizaci­ón se compromete­n a fortalecer y difundir este instrument­o para enfrentar los conflictos sociales que se presentan en el país debido a los proyectos de inversión que afectan los territorio­s indígenas.

Este tratado, denominado Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Informació­n, la Participac­ión Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientale­s en América Latina y el Caribe, permitirá a los países

“Los países que tienen tendencias tan peligrosas de violencia contra los luchadores ambientale­s deberían ser los primeros en firmar, ratificar e implementa­r el Acuerdo de Escazú” Natalia Gómez, oficial de incidencia de la Alianza Mundial para la Participac­ión Ciudadana (Civicus)

firmantes adoptar medidas especiales para garantizar un entorno libre de amenazas y restriccio­nes a la seguridad de las personas y organizaci­ones que promuevan y defiendan derechos ambientale­s.

El Acuerdo de Escazú también abre el camino a casi 500 millones de personas para participar en procesos de toma de decisiones que afectan sus vidas, como la aprobación de actividade­s mineras, el tratamient­o de la contaminac­ión y la planificac­ión del uso de la tierra, entre otras cuestiones relacionad­as con el medioambie­nte.

En marzo de este año, 24 países se reunieron en Escazú, Costa Rica, para debatir y aprobar todos los lineamient­os que debían ser incluidos en el acuerdo regional. La cita culminó el 4 de marzo con la aprobación del llamado Acuerdo de Escazú, que ahora ha sido firmado por 15 países.

 ?? |CEPAL ??
|CEPAL
 ?? |CEPAL ?? El 4 de marzo se aprobó el documento con los lineamient­os del Acuerdo de Escazú.
|CEPAL El 4 de marzo se aprobó el documento con los lineamient­os del Acuerdo de Escazú.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia