MADURO Y BOLSONARO: LOS DOS EXTREMOS DE SURAMÉRICA
El resultado de las elecciones en Brasil dejó frente a frente a los más radicales del continente. Un escenario que llena de dudas el futuro de todas las relaciones entre países de este continente
Jair Bolsonaro, el populista de derecha que llegó a la victoria en las elecciones presidenciales de Brasil, es notoriamente franco sobre su ofensiva opinión de los afrobrasileños, las mujeres, los gais, los izquierdistas y los derechos humanos. Sin embargo, el capitán retirado del Ejército, de 63 años y congresista de larga data, ha dicho mucho menos y nada sobre su agenda para Brasil. Se saltó los debates presidenciales y evitó las preguntas políticas en la campaña, haciendo promesas vagas para “transformar” el país afectado por una crisis de credibilidad en la política tradicional.
Con respecto a política exterior, el presidente electo ha expresado reiteradamente su admiración por Donald Trump, prometió retirar al país más grande de Latinoamérica del acuerdo climático de París, y adoptar una postura dura en contra de Venezuela, sin embargo, aún se desconoce qué tipo de línea dura adoptará el brasileño contra Nicolás Maduro.
El triunfo de Bolsonaro lleva a una inmensa confrontación geopolítica de modelos, proyectos e ideas. Esto representa una amenaza para Venezuela, frontera colindante, con la que ya hay en la actualidad una crisis humanitaria por la ola de refugiados.
Tensas relaciones
Para Pavel Gómez, politólogo venezolano radicado en Chile, “la relación entre los gobiernos de Venezuela y Brasil tendrá dos elementos de tensión: la generada por la ola de refugiados que escapan de Venezuela a Brasil, por un lado, y por el otro, la generada por el antagonismo ideológico entre ambos gobiernos. Hay actores que esperan que Brasil juegue duro frente al Gobierno venezolano, incluyendo la opción militar. Yo soy escéptico con esto, ya que la presencia en Venezuela de fuertes intereses de China, Rusia, Cuba y otros países, como Turquía e Irán, es un disuasivo importante para cualquier acción militar coordinada en Venezuela”.
Una Venezuela más aislada todavía
Sin embargo, María Teresa Belandria Expósito, internacionalista venezolana, espera un retroceso en todos los órdenes de la relación binacional que se va a traducir en un mayor aislamiento para Venezuela, a cuyo régimen solo le quedan tres aliados: Bolivia y Nicaragua, como miembros del Alba, y Uruguay en el Mercosur, el resto del continente tiene otra orientación política. En ese sentido, asegura que “Brasil proveía de bienes, servicios y mercancías al mercado venezolano. Además, la administración Chávez-Maduro tiene una deuda gigantesca con Odebrecht que no podrá pagar. Brasil había decidido fortalecer sus vínculos con los Brics en detrimento de sus relaciones con Mercosur, desinflado como está Brasil es probable que fortalezca los vínculos con socios comerciales confiables y liberales, quedando automáticamente excluida Venezuela.
La ausencia de proveedores cercanos dificultará aún más el cumplimiento de los planes del régimen de Maduro en materia alimenticia y de medicinas, lo que aumentará la presión en dos sentidos: económico y político, con un gobierno abiertamente contrario a Caracas y que lidera las acciones de la región sin titubeos”.
Paz Milet, académica de la Universidad de Chile, sostiene que “hay que ver cómo actúa finalmente con un Mercosur que está negociando un acuerdo con la UE que es una alternativa para Brasil”.
Fernando Castillo, académico de Historia en la Universidad Andrés Bello, señala que Maduro corre con desventaja, puesto que con el triunfo de Bolsonaro ha perdido un importante aliado político en la región, considerando el apoyo recibido por más de una década desde los gobiernos de izquierda liderados por Lula da Silva y Dilma Rousseff. Estados Unidos encontró en la región al mejor de los aliados contra el gobierno de Maduro. En ese sentido, es altamente probable que el nuevo gobierno de Brasil se alinee con la política estadounidense dirigida al aislamiento diplomático de Venezuela, y con ello, recobrar el espacio de liderazgo a nivel latinoamericano que perdió
tras la crisis política desatada en agosto de 2016, luego del impeachment contra la expresidenta Rousseff”.
“Por encima de Brasil solo Dios”
La retórica de Bolsonaro recuerda a la de Trump, en el sentido del lema “America first”, con “por encima de Brasil solo Dios”, “frases propagandísticas y bastante débiles. Ha hablado mal del Mercosur, de la Comisión de Derechos Humanos, pero de decir a que vaya a hacer algo no sabemos, e Itamaraty (la cancillería brasileña) tiene líneas muy duras que un outsider, un improvisado de la política, como lo es Bolsonaro, no va a poder quebrar”, asegura Daniel Álvarez. “Bolsonaro ha hecho de Venezuela un gran tema de su campaña electoral, echando mano al argumento del ‘peligro comunista’. Es posible que mantenga esta retórica beligerante con base en argumentos ideológicos, reales o imaginarios. En términos prácticos, más allá de la espuma del discurso político, preocupa que los gobiernos puedan tener en común cierto desprestigio por la democracia y los derechos humanos. Bolsonaro lleva 28 años dando declaraciones en este sentido. Maduro ya he tenido la chance de demostrarlo en la práctica. Veremos”, dice João Paulo Charleaux, periodista brasileño de Nexo Jornal.
“Es un gobierno que no tiene una estructura regional que lo acompañe ni el aparataje para dictar normas que sean lo suficientemente fuertes, además, el equipo de gobierno es un equipo armado con fines electorales, ya pasaron las elecciones, llegó el momento de gobernar, ¿qué va a hacer?, ¿la buena voluntad de levantarse todos los días a orar en la calle, a darles loas a las divinidades, a Dios, a la familia?, ¿vale la pena?, ¿es suficiente? Pareciera que no”, sentencia Álvarez.
“Con el triunfo de Bolsonaro han perdido un importante aliado estratégico de la región” Fernando Castillo, académico de la Unab
“Más allá de la espuma del discurso político, preocupa que los gobiernos puedan tener un común desprestigio por los derechos humanos. Bolsonaro con un historial de 28 años de declaraciones, en este sentido. Maduro ya ha tenido la chance de demostrarlo en la práctica”
João Paulo Charleaux, periodista brasileño