Publimetro Colombia

Medioambie­nte. Alerta por las tormentas tropicales zombis

Como si algo faltara en este año, Paulette se convirtió en la primera tormenta tropical zombi, un fenómeno que podría ser cada vez más común. Le contamos

- MIGUEL VELÁZQUEZ

La tormenta tropical Paulette, que golpeó a las Bermudas como un huracán de categoría 1 el 15 de septiembre, recobró fuerza y se convirtió en la primera tormenta tropical zombi, como la llamó el Servicio Meteorológ­ico Nacional de Estados Unidos. (NSW) en Twitter.

“Las tormentas pueden recuperar fuerza después de impactar pequeñas áreas de tierra porque se encuentran en su mayoría sobre el océano abierto, donde hay poca fricción para frenarlas, y si las temperatur­as de la superficie del mar (TSM) son lo suficiente­mente cálidas pueden obtener más potencia para energizar la tormenta”, explica Mark Bourassa, miembro de la Facultad del Departamen­to

de Ciencias de la Tierra, el Océano y la Atmósfera de la Universida­d del Estado de Florida.

“Cuando las tormentas tocan tierra en grandes masas de tierra, a veces pueden apretarse en la estructura, pero muy raramente aumentan la velocidad del viento a menos que vuelvan al mar. Ese aumento puede ocurrir si hay una fuerte interacció­n con un frente, o si hay una topografía sustancial para canalizar los vientos”, añade el profesor Bourassa.

Paulette fue el primer huracán que golpeó el territorio de las Bermudas desde Gonzalo en 2014. El hecho de que haya aumentado su fuerza después de golpear las Bermudas ha sido considerad­o como una causa del calentamie­nto global y el cambio climático.

“Podemos especular sobre los impactos del cambio climático, pero no es práctico verificarl­os con observacio­nes porque los ciclones tropicales son muy raros”, explica el profesor Bourassa.

“Sabemos que el periodo de tiempo de las TSM cálidas es un poco más largo debido al cambio climático, y las temperatur­as de la superficie del mar son un poco más cálidas, pero podría haber otros puntos que son igual de importante­s, como los cambios en la cizalla vertical del viento (la diferencia de viento a dos alturas). Actualment­e, estamos en una fase activa de actividad multidecad­al en el Atlántico Norte, por lo que se espera que al menos parte de la actividad observada que vemos hoy en día se produzca incluso sin el calentamie­nto global. Cuánto se debe a este ciclo, y cuánto se debe al calentamie­nto global es muy difícil de evaluar sin usar modelos y muchas considerac­iones”, dice Bourassa.

Sin embargo, para el experto, habrá tormentas cada vez más fuertes. “En ausencia de otros cambios que no sean las TSM, podemos esperar una temporada ligerament­e más larga con las tormentas más intensas siendo más fuertes. Sin embargo, es probable que los patrones de viento atmosféric­o también cambien. Como una de las muchas personas que viven en el camino de tales tormentas y los impactos de la lluvia de muchos otros ciclones tropicales, es algo que creo que es una cuestión importante. Responder a esta pregunta requerirá presumible­mente la misma investigac­ión que se necesitará para mejorar los pronóstico­s de intensidad, por lo que hay mucho valor en tales respuestas”, concluye Mark Bourassa.

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/ GETTY IMAGES

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