¿LES HICIERON UNA CASA EN EL AIRE?
Las 68 familias que tuvieron que evacuar el edificio de Continental Towers, tras la tragedia del Space, llevan cuatro años esperando respuestas y una solución que no llega.
A los propietarios de los 68 apartamentos que tuvieron que ser evacuados en 2013, tras el desplome del Space, el sueño de tener casa propia se les convirtió en una pesadilla.
Cuatro años han pasado desde aquel 12 de octubre cuando, a las 8:20 p.m., los habitantes del edificio vecino sufrieron la tragedia del desplome.
De ese impactante momento fueron testigos los propietarios y residentes del Continental Towers, un recuerdo que permanecerá en sus memorias para siempre.
En esos instantes en los que la tierra tembló, el polvo se apoderó de cada rincón, impidiendo que pudieran ver y respirar. Ese fue el minuto en el que la luz des- apareció y la oscuridad de la noche les anunció la pesadilla que estaban por vivir.
Ángela Echeverri es la dueña de uno de los apartamentos del edificio Continental Towers. Ella recuerda que días antes de la tragedia del Space, varios de los propietarios de su unidad residencial habían notado que algo pasaba con la construcción, tanto así que hicieron una asamblea extraordinaria en la que se decidió contratar a un ingeniero patólogo, Roberto Rochel, para que determinara el estado del edificio.
“En ese momento citamos a María Cecilia Posada, directora de obras; a Pablo Villegas, representante legal de la constructora CDO; al ingeniero residente y al ingeniero Jorge de Jesús Aristizábal, para mostrarles las fotos de una columna que había fallado. Eso fue antes de que se cayera el Space, es decir, el miércoles (9 de octubre de 2013). De inmediato, ordenaron tapar la columna y la empezaron a retocar”, reveló Echeverri.
Tres días después, el desplome de la torre 6 del edificio vecino les confirmó las sospechas que tenían sobre la construcción, pues se trababa de un edificio ‘hermano’ a cargo de los mismos responsables.
“Después del estudio de patología que realizó el ingeniero Rochel, él le informó a la Alcaldía que al Continental Towers le podía pasar exactamente lo mismo que al Space. En esa reunión, se definió que se debía evacuar. Eso fue el 19 de octubre de 2013. Diez días después llegó el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (Dagrd) a las 7:00 p.m. y nos sacaron del edificio para reubicarnos en un hotel”, agregó.
Desde ese día, los residentes han tenido que andar con sus maletas de un lado a otro. La lucha con la constructora ha sido constante, y aunque al principio les cumplieron a regañadientes, en 2015 el auxilio de habitabilidad fue suspendido.
“El auxilio de habitabilidad se suponía que era hasta que se resolviera la situación, pero de un momento a otro no nos volvieron a pagar. Desde ese entonces hasta ahora ya estoy próxima a mi cuarto trasteo. Y eso no es todo, además del arriendo tengo que seguir pagando el crédito hipotecario e incluso la administración, porque ante la Dian nosotros existimos y esas obligaciones legales se tienen que cumplir”, denunció Echeverri.
Elkin Hernández, otro afectado del Continental Towers, señala que antes de que se derrumbara el Space ellos ya le habían expuesto a la constructora los temores que tenían en su edificación. “Habíamos hecho muchos reclamos a la constructora. Alcancé a vivir durante 10 meses en el edificio y mi apartamento, que estaba en un piso 12, tenía muchas grietas que eran muy grandes y no correspondían a un asentamiento normal. Con la caída del edificio Space, nosotros sospechamos que el edificio de nosotros también podía caerse”, indicó Hernández.
En el caso particular de algunos propietarios, Bancolombia, el banco con el que tenían el crédito hipotecario, se solidarizó con la tragedia. “El banco nos congeló la deuda. Cada seis meses firmamos un ‘otro sí’, porque estamos a la espera de poder recuperar nuestra inversión”, agregó el afectado.
La situación para muchos no solo tuvo efectos económicos, algunas de las víctimas presentaron daños psicológicos, emocionales y físicos irreparables.
“Entender que uno perdió todos sus ahorros, todo el patrimonio, entender ese tipo de cosas es muy complicado. Eso acabó con sueños, con ilusiones, con proyectos de vida, por lo que también representó muchos daños morales”, apuntó Hernández.
Los propietarios solo esperan que la familia Villegas, dueña de la constructora CDO, cumpla con devolverles el dinero y así recuperar su patrimonio.
“Estamos enfrentados a un poder muy grande. No hubo manera de que ellos entendieran la dimensión de la tragedia. Somos 14 edificios en la ciudad y cerca de 3500 familias afectadas, todos viviendo arrimados o en arriendo”, explicó Hernández.
Él además dice que, como víctimas, se sienten solos ya que ninguna autoridad se hace cargo. “Les rogamos a las autoridades y a los líderes de esta ciudad para que le hagan un llamado a esta constructora, que sabemos que tienen un poder económico muy grande, para que nos devuelvan la plata que les pagamos de buena fe porque fuimos engañados, porque nos entregaron una casa en el aire, un edificio y un apartamento que no vale nada”.
“Les rogamos a las autoridades y a los líderes de esta ciudad para que le hagan un llamado a esta constructora, que sabemos que tiene un poder económico muy grande” Elkin Hernández, propietario afectado
El futuro
Diana Tobón, abogada y presidente del consejo de administración del Continental Towers, comentó que están a la espera del cumplimiento de la familia dueña de la constructora, en particular de la palabra del señor Álvaro Villegas.
“Recién empezó toda la tragedia, él siempre dijo que iba a hacer lo que la justicia le ordenara, ni más ni menos. Mientras la Superintendencia de Industria y Comercio se pronunció, había dos posiciones: la constructora quería repotenciar los edificios y los propietarios queríamos la devolución del dinero. Cuando finalmente se pronunció la superintendencia, reconoció que ese no es el producto que compramos y que en Colombia los consumidores no están obligados
a quedarse con un producto defectuoso y menos cuando se trata de un apartamento”, explicó Tobón.
En ese instante, todas las víctimas confiaron en la palabra del señor Villegas. Sin embargo, a la fecha no se ha realizado la devolución de los dineros y, por el contrario, se ha dilatado el proceso.