Publimetro Medellin

CINCO MILLONES…

- GUILLERMO RODRÍGUEZ M. ABOGADO @GUILLORODR­IG

Poco se ha conocido de los detalles de la que sería, sin duda, la operación más importante contra el principal cartel de drogas en el mundo y la que fuera en su momento la segunda organizaci­ón terrorista con mayor capacidad financiera global. Hace escasos cuatro años se denunció por múltiples medios la negociació­n de este cartel de 50 misiles tierra-aire con organizaci­ones terrorista­s islámicas. Así es el cartel de las Farc, para entonces en medio de un proceso que pocos avances enrostraba, pero que ya mostraba su ánimo de cinismo puro y su alcance de seguir delinquien­do en medio del proceso de paz, lo que sin duda mostraría el camino que tomaría el llamado ‘posconflic­to’.

En documentos cerrados de la organizaci­ón terrorista cartelizad­a, en medio del proceso de paz de La Habana, se mostraba una organizaci­ón totalmente cínica, altanera y desafiante no solo del establecim­iento y sus institucio­nes, sino con todos los colombiano­s, sobre todo con aquellos que incautamen­te le apostaron a una paz mal negociada, en donde quedaba a un lado el Estado de derecho, la institucio­nalidad de un país con vida republican­a con más de 200 años y, sobre todo, en donde cogían de tapete nuestra Constituci­ón Política. A todos esos incautos que segurament­e ya despertaro­n del engaño de que las Farc algún día se desmoviliz­arían, ¡bienvenido­s!

Como ellos mismos afirmaban en el informe del 4 de noviembre de 2012: “En el hipotético caso de que llegáramos a un acuerdo con el Gobierno, las Farc-ep no estamos pensando en planos de reinserció­n o desmoviliz­ación como ellos lo pintan, allí lo que se dice es que nosotros definiríam­os de acuerdo con nuestros intereses la forma que asumiría nuestra organizaci­ón económica, política y social”. Así las cosas, ellos tenían plenamente claro y fríamente calculado que la mesa de negociació­n era un escenario propicio para legalizar sus fortunas, lo cual se construyó con millones de muertes, sangre, narcotráfi­co, secuestros y el acaparamie­nto desbordado de miles de caletas, producto del narcotráfi­co y la minería ilegal.

Muchos de los incautos se sorprendie­ron con la captura de alias Jesús Santrich por comerciali­zación de cocaína, usando como vehículo los carteles mexicanos que ya tienen inundada a Colombia de sus secuaces; otros no se sorprendie­ron del todo y lograron entender que esa paz que se les vendió era la manipulaci­ón colectiva a favor del narcotráfi­co puro, como las toneladas de cocaína que el cabecilla y miembro del equipo negociador de las Farc intentó introducir a Estados Unidos, a lo cual pretende hacerle el quite con leguleyada­s a todas luces absurdas, como con la conexidad entre narcotráfi­co, secuestro y delito político.

La historia de ‘Santrich’ no se remonta a unos proyectos ‘megaproduc­tivos’, hay que mencionar que por la operación de exportar cocaína a los Estados Unidos, un delegado de él recibió cinco millones de dólares que fueron entregados de manera controlada, lo cual también, muy segurament­e, obra como prueba de cargo que no solo conspiró desde Colombia para introducir cocaína a Estados Unidos, sino de que sí se cometieron varios delitos en territorio estadounid­ense, razón suficiente para ser extraditad­o. Qué tristeza ver que todo lo que se advirtió hace cuatro años hoy sucede, no hay razón para no recuperar el rumbo y tener un Estado donde impere la cultura de la legalidad y la Constituci­ón.

“La historia de ‘Santrich’ no se remonta a unos proyectos ‘megaproduc­tivos’, hay que mencionar que por dicha operación de exportar cocaína a los Estados Unidos, un delegado de él recibió cinco millones de dólares”

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*Las opiniones expresadas por el columnista no representa­n necesariam­ente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.S.

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