Medellín, a merced de las bandas criminales y la lucha territorial
Desde abril, la violencia se ha elevado progresivamente: los homicidios se dispararon y las noches se llenaron de balas en varias comunas de la ciudad
La situación de violencia por la que están atravesando los habitantes de San Javier, Comuna 13; Robledo, Comuna 7; La Candelaria, Comuna 10 y el corregimiento de Altavista (Comuna 70) tiene encendidas todas las alarmas desde abril.
La razón de los constantes enfrentamientos entre los distintos combos o estructuras criminales que operan en estas comunas sería la lucha por el control territorial. Además, por la reestructuración que se debió iniciar luego de la captura de alias Juancito, Juan Manuel Piedrahíta, señalado de ser el principal responsable de comenzar la ola de violencia en la Comuna 13 en abril y líder de la organización criminal Betania.
Los expertos
Para analizar lo que se está viviendo en el occidente de la ciudad y el aumento de los homicidios, pues junio se registra como el mes más violento del primer semestre del año en Medellín, con 64 muertes violentas, consultamos expertos en conflicto urbano y al líder de la Comuna 13, la más golpeada.
Luis Guillermo Pardo, presidente del Centro de Consultoría de Conflicto Urbano C3, es enfático al decir que el conflicto urbano se debe entender como un conflicto estructural, algo que ha repetido constantemente y que, al parecer, no ha sido escuchado.
“Hasta que no se entienda que el conflicto es estructural y no coyuntural, no habrá solución. La Alcaldía y las autoridades policiales no tienen una estrategia de seguridad acorde con el tipo de conflicto en el microterritorio. Tienen una visión exclusivamente criminalística de solución al conflicto, que consiste en focalizar algunos líderes o jefes, negociar la entrega como con ‘Juancito’ y mostrar resultados a la opinión pública, y no, esta visión no es la solución”, explicó Pardo. Si bien la captura de los cabecillas es importante, Pardo insiste en que no es la solución porque detrás de cada líder hay, por lo menos, 20 miembros de la misma organización esperando el turno de poder reemplazarlo.
“El sustento de la criminalidad, de los combos y las Convivir en Medellín son las rentas ilegales y esas rentas no han sido tocadas: las vacunas, la extorsión, las fronteras invisibles, el microtráfico, la explotación sexual infantil y la utilización indebida del tubo del oleoducto siguen”, agregó Pardo.
Otro aspecto que permite que continúe el conflicto, según Pardo, es la existencia de dos corredores estratégicos de la ilegalidad, que se encuentran en las montañas del oriente y del occidente de Medellín, y el área metropolitana. Estos existen desde 1999 y debían ser neutralizados.
El experto resalta que la Comuna 13 tiene límites territoriales muy complicados, “porque colinda con Belén, que tiene problemas de guerra hoy; con el corregimiento de Altavista, que tiene un territorio en disputa; limita con San Cristóbal, que también es un territorio en conflicto y con la Comuna 7, Robledo, en la que se están enfrentando los nuevos jefes de los combos. Así que las condiciones para que siga existiendo el conflicto urbano están dadas”.
Según Pardo, en Medellín hay más de 300 combos. Solo en la Comuna 13 hay entre 20 y 25 estructuras criminales, que están compuestas por 20 o 30 miembros.
“El gran problema que tenemos es la política de seguridad, que está mal diseñada porque la Alcaldía no tiene propuestas de paz y convivencia. Cada vez que hay problemas de orden público en la Comuna 13 solo aparecen dos personas hablando: el comandante de la Policía Metropolitana y el secretario de Seguridad, que a duras penas sabe de la dura realidad de las comunas de Medellín. Cuando esto no responde a las expectativas aparece el Alcalde con sus golpes de opinión, con el supuesto de que la seguridad es mediática”, puntualizó Pardo.
Para el experto, el futuro es oscuro y complicado, pero insiste en que el tema de seguridad se debe manejar entre el gobernador de Antioquia y los
alcaldes del Área Metropolitana, porque se debe trabajar en equipo y dejar de pensar que el problema es solo de Medellín.
“El gran problema que tenemos es la política de seguridad, que está mal diseñada porque la Alcaldía no tiene propuestas de paz y convivencia” Luis Pardo, presidente del Centro de Consultoría de Conflicto Urbano