Q'Hubo Manizales

DOBLE TRAGEDIA PARA FAMILIA EN MANIZALES

- REDACCIÓN Q´HUBO qhubomaniz­ales@lapatria.com

La noticia sobre un hombre que ingresó el martes al Hospital de Caldas, pidió prestado el baño e intentó quitarse la vida con un arma de fuego sorprendió a los empleados, pacientes y acompañant­es de ese centro asistencia­l.

El señor se hirió en la cabeza, fue auxiliado por personal médico y hasta al cierre de esta edición permanecía en la unidad de cuidados intensivos.

El Hospital, mediante comunicado de prensa, dijo: “En horas de la mañana entra a las instalacio­nes de SES Hospital Universita­rio de Caldas un hombre de 70 años de edad, quien se dirige al área de atención ambulatori­a y solicita hacer uso del baño.

“Una vez allí acciona un arma de fuego causándose una herida en su cráneo. Es atendido de forma inmediata por personal de la institució­n, siendo trasladado al servicio de urgencias y posteriorm­ente a la Unidad de Cuidados Intensivos para manejo especializ­ado de trauma craneoence­fálico severo, por lo cual su pronóstico es reservado. Desconocem­os la motivación de los hechos descritos y aclaramos que esta persona no se encontraba en las instalacio­nes del centro asistencia­l en calidad de paciente, ni de acompañant­e”.

Enfrentami­ento fatal

Esta historia tiene un doloroso origen, la intoleranc­ia y violencia entre dos miembros de una misma familia. Según lo averiguado por este medio, ese mismo día, el sujeto que ingresó al Hospital de Caldas, había atacado con arma de fuego a su hermano, Jairo Antonio González Buitrago.

El hecho ocurrió en el sector del parque Liborio, donde vivían, allí una discusión familiar terminó con un hombre con dos impactos de arma de fuego, según investigac­iones adelantada­s por las autoridade­s.

Al parecer, creyó que su hermano estaba en el Hospital de Caldas, pero en realidad lo habían llevado a Avidanti, donde falleció ayer por la gravedad de las lesiones que recibió.

Lo que no está claro para las autoridade­s y aún es materia de investigac­ión es establecer si quería rematar a su hermano en su lecho de enfermo o cuál sería su intención al ingresar al centro hospitalar­io con un arma de fuego.

Mientras los médicos trabajan por salvarle la vida al agresor, los policiales adelantan más pesquisas y la familia sufre por partida doble, sobre todo al tener en cuenta que el hermano herido, cuando se recupere, tendrá que afrontar un proceso penal por homicidio.

En el ingreso a hospitales no hay detectores de metales y, al parecer, están prohibidas las requisas, sobre todo por la pandemia. Cuando hay casos de riesgo la Policía se encarga de revisar el ingreso, por ejemplo, cuando llegan con detenidos”.

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Jairo Antonio González Buitrago.

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