Muy viejos para el campo
La población adulta mayor se ha beneficiado con la restitución de tierras. Sin embargo, pocos retornan pues su edad les impide trabajar los suelos y sus familias ya no quieren volver a las zonas rurales.
Según cifras de la Unidad de Restitución de Tierras (URT), en Colombia, personas entre los 61 y 100 años de edad han presentado solicitudes por un total de 16.043 para hombres y 7.935 para mujeres. Es decir, 40 por ciento del total a nivel nacional.
Solo en la región de Montes de María, 2.419 solicitudes corresponden a personas de la tercera edad, sobre todo en los municipios de El Carmen de Bolívar y San Jacinto. En 2015 un grupo de investigadores del Observatorio de Restitución y Regulación de Derechos de Propiedad Agraria realizó una encuesta a 205 beneficiarios del programa en Montes de María para conocer el resultado del proceso. Las conclusiones muestran datos importantes.
Del total de encuestados, las mujeres beneficiarias tenían una edad promedio de 70 años y los hombres de 63. Además, un tercio de las personas encuestadas respondió que no usa las tierras. Estos datos permiten cuestionar los mecanismos para proteger los derechos de la población adulta mayor una vez reciben su predio y la preocupación porque no explotan los terrenos con proyectos productivos.
Si bien los adultos mayores son los titulares de los predios, sus núcleos familiares son los que se benefician a largo plazo. Pero en este punto surge el gran problema: por lo general los jóvenes no quieren trabajar la tierra. El relevo generacional es uno de los grandes inconvenientes en el campo y no es exclusivo de las zonas marcadas por el conflicto. El desplazamiento, la separación familiar, el crecimiento en zonas urbanas, entre otras razones, han provocado una ruptura en el lazo existente entre los campesinos jóvenes y la tierra.