Semana Sostenible

EMPRESA RESPONSABL­E, EMPRESA CIUDADANA

- Por Jaime Arteaga de Brigard

La principal responsabi­lidad de las empresas es generar riqueza y con ella inversión. Cuando se hace de manera responsabl­e aportan al desarrollo de la sociedad (y el mercado) en el cual se desempeñan. Así las cosas, si bien el concepto de responsabi­lidad es universal, se manifiesta de maneras diferentes dependiend­o del contexto histórico y territoria­l específico. La alineación con las condicione­s históricas, sociales y económicas de la sociedad dentro de la cual operan las compañías, se expresa en la extensión que estas ejercen sobre la ciudadanía, es decir, reconocen sus responsabi­lidades y se ponen al servicio de la sociedad en la que desempeñan sus capacidade­s para mejorar las condicione­s en las que operan. En nuestro caso, aunque se puede decir que la gran mayoría del territorio transita hacia una etapa de posconflic­to que permite el aprovecham­iento de las ventajas competitiv­as que emergen en un país más seguro, se mantienen condicione­s de inequidad, criminalid­ad y corrupción que quitan fuerza a los esfuerzos para alcanzar la senda del desarrollo. Estas condicione­s también le han restado competitiv­idad al sector privado, reduciendo su potencial de crecimient­o y creando obstáculos adicionale­s para el éxito del negocio. La esfera privada ya no puede abstraerse de una participac­ión activa que se conecte con lo público en un propósito común.

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