La verdad del presupuesto ambiental
La reducción en el presupuesto ambiental no resulta sorpresiva ni excepcional, pero sí demuestra la incapacidad del sector para dar a conocer la importancia de la protección de los recursos ambientales y los servicios que prestan los ecosistemas.
¿QUÉ SE INCLUYE EN EL PRESUPUESTO AMBIENTAL?
La20suma del presupuesto del sector ambiental es de 557.000 mi1l0lones de pesos. U1n%a
reducción del 25 por ciento frente a los 755.000 millones quaenlsae le asignaron en 2017. 0El
anteproyecto de Ley de Presupuesto para la vigencia 2018 establece-10 los recursos para el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Parques IDEAM Sostenible (Manadcison),alees l Instituto de Hidrología, Meteorología y -9% -8% -20 Estudios Ambientales (Ideam), la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales-30 (Anla), Parques Nacionales y las Corporaciones. Ministerio El Mads ddeaembbeiensteacar de sus recursos para el Humbodlt (IAVH), -40 -30% el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi), el In-s50tituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico (IIAP) y el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar). FONAM -60
SUBE LA NÓMINA, PERO BAJA LA INVERSIÓN
El presupuesto de funcionamiento del sector Ambiente ha venido en crecimiento durante los dos periodos del presidente Santos. Entre 2017 y 2018 el alza equivale al 2 por ciento.
Este incremento se explica en parte por la drástica reducción de la que fue objeto el sector durante la administración del presidente Uribe, cuando la institucionalidad ambiental disminuyó considerablemente. Como resultado, la cartera ambiental llegó a depender en gran medida de la cooperación internacional. El incremento en el funcionamiento ha ido racionalizando el uso de las múltiples figuras de contratación y prestación de servicios para que quienes toman decisiones y firman documentos sean, en efecto, funcionarios públicos con las obligaciones que esto conlleva.
La reducción dramática ocurre en la inversión, que cae un 44 por ciento frente al año anterior. Lo que estamos viendo no es un cambio de modelo de ejecución sino un tijeretazo drástico en la capacidad del ministerio y la mayoría de las instituciones.
Resultan particularmente preocupantes las cifras del Ideam y de Parques Nacionales. Ambas entidades tratarán de conseguir el apoyo necesario entre los congresistas para que se incrementen sus recursos en el trámite del proyecto de ley. El primero tiene contundentes argumentos sobre la necesidad de sus servicios en el marco del cambio climático. En su caso, es posible que el gobierno nacional le apueste a que el Instituto consiga los recursos indispensables para cumplir con sus funciones a través de convenios por servicios específicos a gremios y empresas que requieren información climática concreta en el marco de sus procesos productivos.
Por su parte, Parques Nacionales hizo pública una declaración sobre la importancia de los servicios que la conservación de las áreas protegidas le presta al país. La entidad dejó claro que con el recorte “se reducirían en un 60 por ciento las áreas cubiertas con jornadas de vigilancia (…) disminuirían en un 81 por ciento las áreas a ser restauradas al interior de los parques y se afectarían en un 73 por ciento los recursos para la implementación de los planes de acción acordados con las comunidades étnicas para la conservación de estas áreas”. Con base en estos argumentos Julia Miranda, su directora, buscará un incremento de 32.000 millones de pesos destinados solamente para la administración de las áreas del Sistema de Parques Nacionales.
NO EL MÁS GOLPEADO, PERO SÍ ENTRE LOS MÁS POBRES
La reducción del presupuesto ambiental es alta pero no es la peor. Entre los sectores cuyo presupuesto global tuvo una disminución mayor están: Agricultura, Ciencia y Tecnología, Deporte y Recreación e incluso Minas y Energía. Los números totales, sin embargo, son los que dan un mejor indicio sobre las prioridades del gobierno nacional durante su último año.
Hay varios programas específicos dentro del anteproyecto de ley que cuentan con mucho más dinero que el destinado a medioambiente. No sorprende en el caso de rubros para Defensa, pero sí en proyectos como el de ´Fomento del desarrollo de aplicaciones y software’ en el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, que con un presupuesto de inversión de 181.000 millones de pesos alcanza a cuadruplicar los recursos destinados para mantener los Parques Naturales Nacionales y a triplicar el del Ideam. Sin embargo, quienes conocen su desempeño aseguran que tiene una excelente reputación porque ha permitido el desarrollo de programas y aplicaciones que generan empleo y crecimiento económico.
A pesar de esto, la diferencia presupuestal entre el programa y el sector ambiental es evidencia de la ineficacia a la hora de visibilizar la importancia que tiene la prestación de servicios ecosistémicos vitales para la actividad humana y económica, como es el caso de la disponibilidad de agua y la calidad del aire. El problema es que ni dentro ni fuera del gobierno creen que un mayor presupuesto para las instituciones redunde en menor degradación ambiental.
LA PLATA ESTÁ EN LA PAZ
La necesidad de contar con recursos amplios y suficientes para la implementación de los acuerdos de paz no ha sido un secreto, como tampoco lo ha sido la incertidumbre acerca de la mejor forma de aterrizar y financiar los programas y proyectos necesarios para hacerla realidad. Por eso, el gobierno nacional ha dejado en el presupuesto de funcionamiento del Ministerio de Hacienda una bolsa de 2 billones de pesos, que contarán con flexibilidad para asignarse en la medida en que avanza la implementación de lo firmado en La Habana.
A esa gran bolsa se irá todo el recaudo del impuesto al carbono, el más grande triunfo de los ambientalistas en la pasada reforma tributaria. Esos 2 billones van al Fondo Colombia en Paz, administrado por un Consejo Directivo compuesto por el Ministerio de Posconflicto, el secretario general de la presidencia, el Ministro de Hacienda y cuatro empresarios que aún no han sido confirmados.
Es posible que en el Congreso los argumentos ambientales logren un aumento para el sector. Resultaría más seguro estructurar proyectos para su presentación al Fondo Colombia en Paz que contribuyan tanto a la implementación de los acuerdos como a la sostenibilidad y el cuidado de los recursos naturales.
Analizar los efectos acumulativos del presupuesto ambiental no es sencillo, como tampoco lo es establecer causalidad y correlación entre los momentos de mayor presupuesto ambiental y el estado de los recursos naturales. A largo plazo será necesario darle mayor credibilidad al argumento de que un sector con mayores recursos será capaz de detener la degradación ambiental.
Un solo proyecto de MINTIC triplica el presupuesto de Parques y cuadruplica el del Ideam