DUDOSA INFORMACIÓN
Los análisis de la Superintendencia de Servicios Públicos muestran un déficit en la oportunidad y calidad de los reportes hechos por los operadores de aseo. Esto es preocupante porque lleva a que el país no conozca la situación de las basuras en 157 municipios. También se desconocen la capacidad y los permisos ambientales de 63 sitios de disposición final.
Otro llamado de atención tiene que ver con la capacidad de diferenciar la cantidad de residuos que llegan a los sitios de disposición final y la cantidad de residuos totales generados. “Hace falta que se tomen medidas para cuantificar la cantidad de residuos aprovechados, de tal forma que se pueda estimar qué fracción de residuos son objeto de disposición final”, reza el informe.
La vida útil de los lugares también es un problema. Encontrar un sitio físico y tramitar el nuevo permiso ambiental tarda bastante y lo más probable es que los municipios que disponen sus basuras en sitios a los que les quedan menos de tres años de funcionamiento entren en crisis. Además, el crecimiento de la población en los centros urbanos hace que la capacidad de almacenamiento de estos lugares se consuma más pronto. “Por otra parte, en muchos municipios no se garantizan ni los recursos financieros, ni la disponibilidad de terreno para implementar la infraestructura de disposición final. Esto pone en riesgo la continuidad del servicio de aseo”, se asevera en el informe de la Superintendencia.
Colombia corre el riesgo de retroceder en la gestión de sus residuos. Por ejemplo, el país pasó de casi 2 millones de toneladas de residuos en botaderos a cielo abierto en 2005 a 96.000 en 2015 y de disponer 5,5 millones de toneladas en rellenos sanitarios en 2005 a 9,6 millones en 2015.