¿Por qué es importante el páramo de Santurbán?
Permitir o no la megaminería en inmediaciones de Santurbán le representará al Gobierno nacional consecuencias que deberá asumir de cualquier modo. Pero, ¿qué representa para el planeta este ecosistema?
Una papa caliente. En eso se ha convertido para el Gobierno nacional el páramo de Santurbán. Este ecosistema montañoso, situado entre los departamentos de Santander y Norte de Santander, cada vez le impone más retos en el ámbito social, ambiental, económico y político al presidente Duque y a su equipo.
Su riqueza natural se ha constituido, contradictoriamente, en su desgracia. La puja entre las multinacionales mineras que quieren explotar sus recursos, los defensores del agua que se oponen a su devastación, los mineros tradicionales que abogan por seguir con su trabajo de siglos y los campesinos que tienen sus parcelas dentro del área protegida ha terminado por poner contra las cuerdas al Gobierno colombiano.
A pesar de que las disputas por los minerales que guarda en sus entrañas este complejo paramuno situado entre los 3.100 y los 4.290 metros sobre el nivel del mar no son recientes, sí se mantienen vigentes.
Los rifirrafes se remontan, de hecho, a la época de la colonia. Hacia 1529, los españoles, al percatarse que los cuatro grupos indígenas que vivían en la vertiente
suroccidental del páramo y sus inmediaciones (los guanes, los chitareros, los laches y los yariguíes), extraían oro, se apoderaron de sus yacimientos y los obligaron a desplazarse. La minería artesanal tuvo entonces un gran auge.
Desde esa época y hasta ahora han sido muchas las compañías de países como Canadá, Francia, España, Japón, Brasil y Emiratos Árabes Unidos, entre otros, que le han planteado al Estado proyectos de explotación minera en esa región. Dos se retiraron a comienzos de siglo porque no les resultó rentable.
Hasta ahora, ninguna ha logrado obtener los permisos para extraer a gran escala el oro y el cobre. Situaciones que, incluso, le han acarreado al país tener que enfrentar multimillonarias demandas.
Actualmente, la discusión se centra en dos temas específicos: la nueva delimitación y la licencia ambiental que viene tramitando la empresa Minesa para su proyecto Soto Norte.
¿Por qué es importante este ecosistema?
Una sola cosa en la que todas las partes involucradas en el conflicto están de acuerdo es sobre la inmensa riqueza natural que alberga el páramo de Santurbán.
La caracterización de biodiversidad hecha por el Instituto Humboldt da cuenta de la existencia de 35 lagunas. También han registrado 3.200 especies de plantas, de las cuales cerca de 600 son endémicas de los Andes colombianos, por encima de los 3.000 metros. Entre estas se destacan 8 especies en peligro crítico de extinción y 16 en categoría vulnerable, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
En cuanto a la fauna, se ha reportado la presencia de especies con diferente grado de amenaza como el oso andino, el cóndor andino, el puma concolor y lagartijas endémicas como Anadia pamplonensis y el ratón de montaña.
La Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga destacó, entretanto, el papel que juega este páramo en el mantenimiento y la regulación de la oferta hídrica para las actividades productivas de la región, al igual que el hecho de que en ese ecosistema nacieran los ríos que abastecen a los acueductos de los que se surten de agua potable más de 2.200.000 personas de 26 municipios, incluidos Bucaramanga y Cúcuta.
El Proyecto Atlas Mundial de los Páramos, de la UICN, Global Peatland Initiative y Ecociencia, indica que los páramos son los ecosistemas de mayor irradiación solar y los que tenían “la flora más rica de los ecosistemas de montaña en el mundo. Seis de cada diez especies de plantas no crecen en ningún otro bioma”, señala.
Para Erwing Rodríguez-salah, defensor del páramo, Santurbán debería importarle al mundo porque es un mitigador del cambio climático, gracias a su capacidad de retener dióxido de carbono. “Es un pulmón para el planeta y un patrimonio para la humanidad”, sostuvo.
Los servicios ecosistémicos que brinda el páramo de Santurbán al país y al mundo aumentan aún más la presión sobre el Gobierno, que, de cualquier manera, parece que saldrá perdedor en esta puja. Pues si permite la megaminería se hará acreedor a un fuerte golpe de la opinión pública, que mayoritariamente rechaza la minería en este tipo de ecosistemas; pero si no la permite, recibirá un duro revés tributario, ya que no podrá contar con el dinero proveniente de las regalías. De igual manera, estaría enviando un mensaje negativo para los inversionistas extranjeros que buscan entrar al país y podría verse expuesto a demandas.
Por otro lado, si permite la continuación de la minería artesanal deberá garantizar que se haga bajo estándares técnicos que minimicen al máximo el impacto ambiental. Una verdadera papa caliente.