Un año de retos y decisiones
En lo social Costa Rica debe afrontar la pobreza, de más de 1.100.000 ciudadnos y resolver la desigualdad, que es de las más altas de América Latina. Para enfrentarlo se debe desarrollar una estrategia que considere elementos como educación, salud, vivienda, empleo, desarrollo de la pequeña industria y de los pequeños agricultores así como los valores de solidaridad, integridad y honradez.
La reducción de la pobreza, lograda en el 2016, del 1,3%, es buena pero queda la inquietud de si la disminución va a ser sostenible, dado que la baja respondió sobre todo a transferencias o ayudas a los pobres no a la generación de empleo. De hecho, Costa Rica tiene una de las más altas tasas de desempleo de Latinoamérica, ocupando el tercer lugar, con una tasa del 9,5%.
En lo económico se debe mantener la baja inflación y evitar que las tasas de interés se incrementen, con la problemática de que hay que enfrentar un déficit fiscal superior al 5% del PIB.
Se deben tomar decisiones transcendentales como si se va a aprobar una reforma fiscal, poco probable por ser este un año preelectoral, y sanear las finanzas públicas desde el reglón del gasto.
Acciones como realizar la reestructuración del sector público –con más de 330 entidades y 900 programas–, ver la situación salarial del sector público y establecer un ley de empleo público que elimine las diferencias tan sustanciales y limite los montos de los salarios. Hay más 1.300 funcionarios que tienen salarios que oscilan entre ¢3 y ¢20 millones, se debe establecer una política salarial que sea sostenible. Hay que utilizar herramientas como el presupuesto por programas enfocado a resultados y renegociar créditos de la deuda interna y externa para lograr condiciones más favorables en el pago de intereses. En relación con los ingresos: reformar el impuesto sobre la renta y establecer el concepto de renta global, para que toda persona pague de acuerdo con el nivel de ingresos que genera. ¿Seremos capaces de avanzar en el 2017 ?
El autor es consultor