El Financiero (Costa Rica)

Migrante tico vuelve con mejor condición socioeconó­mica

58% retorna porque prefiere residir en el país

- Daniel Salazar Murillo daniel.salazar@elfinancie­rocr.com

Los migrantes costarrice­nses que retornan al país tienden a regresar con un mejor nivel educativo, a tener más propiedade­s o bienes distintos de su hogar, es decir, adquieren nuevas caracterís­ticas que les perfilan con un mejor nivel socioeconó­mico del que tenían antes.

Además, la mayoría (58%) regresa al país por su preferenci­a individual al lugar de origen, mientras que otro 5% lo hace porque logró alcanzar sus objetivos en el país en el que fue migrante.

Es uno de los resultados que la Organizaci­ón para la Cooperació­n y Desarrollo Económicos (OCDE) divulga tras el análisis de encuestas aplicadas en diez países y ligadas a la migración. En ella participó Costa Rica, debido a una alianza con el Centro Centroamer­icano de Población de la Universida­d de Costa Rica (UCR), que fue socio investigad­or. El fenómeno del retorno a Costa Rica ha sido poco estudiado. Según Migración y Cancillerí­a, no hay estimacion­es de qué proporción de sus migrantes terminan por regresar al país.

Aún así, en el 2014 el investigad­or Esteban Dávila había logrado desarrolla­r un perfil del costarrice­nse migrante de retorno.

A partir del Censo del 2011 determinó que el grupo de retornados costarrice­nses estaba compuesto por 17.682 personas, 125% más que las del Censo del 2000.

También determinó que la tenencia de vivienda, la posibilida­d de estar empleados y la obtención de los grados de primaria, secundaria y educación superior eran más importante­s entre los migrantes costarrice­nses que habían retornado.

Los resultados, contenidos en el estudio Perspectiv­es on global developmen­t 2017 concuerdan con la descripció­n descrita.

“Es tanto porque a su regreso logran una mejor inserción en la economía como porque durante la estadía afuera han enviado remesas o generado ahorros” explica Arodys Robles, director del Centro de la UCR.

Sin contar las remesas (que para el 2015 significar­on $517 millones, o un 1% del PIB, según Cemila) el migrante también aporta cambios positivos a la comunidad cuando regresa.

Según el estudio, sus ahorros tienden a usarse para invertir o crear nuevos negocios: muchos logran emplearse por cuenta propia. Además, construyer­on una red de contactos y habilidade­s personales y académicas.

El 30% de los hogares costarrice­nses que reciben remesas tienen propiedade­s distintas de la casa de habitación. Entre los que no las recibían la cifra es un 20%.

Además, 24% de los migrantes de retorno adquiriero­n algún tipo de educación en el exterior. Migrantes regresan con mejor educación

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