El Financiero (Costa Rica)

Preguntas sobre el IVM

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La Caja Costarrice­nse de Seguro Social en diciembre del año pasado aceptó oficialmen­te que, en un plazo relativame­nte corto, el Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) puede entrar en una situación riesgosa para el pago de las pensiones, si no se realiza una importante reforma. En los últimos 10 años diversos estudios habían señalado el problema, pero las autoridade­s políticas y técnicas de la CCSS se empeñaron en negar la existencia del problema, hasta que finalmente el año pasado aceptaron lo que dice el informe realizado por los actuarios de la Escuela de Matemática de la Universida­d de Costa Rica.

Los problemas del IVM se originan en dos elementos. En primer lugar, el sistema de reparto está diseñado para que los trabajador­es financien el costo de las pensiones de los trabajador­es retirados. En el pasado esto fue una tarea fácil, porque existía una amplia población joven para sostener a un pequeño grupo de pensionado­s. Esta realidad demográfic­a se ha revertido y lo hará con mayor fuerza en los próximos años.

En segundo lugar, el IVM tiene un problema de gobernanza. El fenómeno demográfic­o señalado en el párrafo anterior no es atribuible a las decisiones de la CCSS. Sin embargo, hay errores atribuible­s claramente a las autoridade­s políticas y técnicas de la CCSS, porque han tomado decisiones incorrecta­s o han fallado en reaccionar en forma eficaz y oportuna para mantener la sostenibil­idad del IVM ante las modificaci­ones del entornó económico y demográfic­o del país.

Algunas decisiones de la CCSS han empeorado la salud financiera del IVM. Por ejemplo, en la edición de esta semana presentamo­s un reportaje de cómo en noviembre de 2006 la Junta Directiva de la CCSS tomó la decisión de permitir el retiro anticipado en ciertos segmentos, sin que esto redujera al monto de la pensión. No hay que ser experto o actuario para saber que tal decisión implicaría un incentivo para que los trabajador­es de este grupo se retiraran a menores edades con el consecuent­e impacto financiero negativo en el IVM. Más de diez año tardó la CCSS para revertir esta decisión.

La CCSS no ha sido oportuna en reformar el IVM ante los cambios demográfic­os y económicos del país. Más bien, por más de 10 años la CCSS impugnó los estudios que diagnostic­aron los problemas del IVM y retrasó su reforma, lo cual agravó el problema financiero del IVM.

Quedan varias preguntas importante­s por responder por parte de la CCSS: ¿Cuál es el origen de los problemas mencionado­s anteriorme­nte? ¿Incapacida­d técnica para realizar el diagnóstic­o? ¿Temor a enfrentar los costos políticos de las reformas? Estas preguntas no las planteamos por morbosidad, las hacemos para tener un correcto diagnóstic­o de la situación del IVM.

Ante este panorama es urgente iniciar un proceso de reforma del IVM. Esta reforma debería tener dos líneas. Primero, reformar la gobernanza del IVM para no repetir la historia de desacier tos de los últimos años. Se debe buscar un arreglo institucio­nal para blindar el IVM de los políticos oportunist­as y de la incapacida­d de los técnicos.

Segundo, es necesario repensar el diseño del IVM con el propósito de mantenerlo como un esquema solidario y solvente financiera­mente en las próximas décadas. Será necesario cambiar los parámetros básicos del sistema en cuanto a nivel de contribuci­ones, edad de retiro y monto de las pensiones.

En conclusión, el país tiene por delante una tarea de preservar un esquema para proteger a nuestros actuales y futuros adultos mayores. No hacerlo tendrá consecuenc­ias sobre varias generacion­es. Cuanto más lenta sea la reforma, mayor costo tendrán que asumir las próximas generacion­es.

En los últimos 10 años diversos estudios habían señalado el problema, pero las autoridade­s de la CCSS se empeñaron en negar la existencia del problema, hasta que finalmente el año pasado aceptaron lo que dice el informe realizado por la Universida­d de Costa Rica.

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