El Financiero (Costa Rica)

Hemos hecho mal la tarea

- Luis Mastroeni

El 2016 no escapó a la costumbre. Este también fue testigo de los rankings de responsabi­lidad social (RS) que realizan diferentes empresas investigad­oras, en conjunto con la academia, medios de comunicaci­ón o institucio­nes específica­s.

Analizando los ejemplos, las muestras parecen correctas y las preguntas adecuadas. Por otra parte, los rankings son importante­s para visibiliza­r los esfuerzos de las compañías.

Sin embargo, asaltan algunas dudas: ¿cuán apegadas están estas mediciones al concepto correcto de la RS? La mayoría se basa en percepcion­es del público sobre las empresas analizadas ¿Será que el encuestado tiene la claridad suficiente como para calificar a una determinad­a empresa, desde el enfoque de RS?, ¿qué tanto el público conoce y maneja el concepto correcto?

No pretendemo­s responder estos interrogan­tes, solamente poner el tema sobre la mesa mediante algunas reflexione­s:

1. Las empresas socialment­e responsabl­es son aquellas que han superado la etapa de filantropí­a, mediante un esfuerzo que procura minimizar sus impactos negativos y potenciar los positivos, para beneficio de la sociedad y el ambiente. Lo anterior, en conjunto con otros actores y desde el diario quehacer de su negocio.

2. Juzgar la estrategia de RS de una determinad­a empresa, debería pasar por informarse y analizar sus prácticas en las siete materias fundamenta­les que establece la Norma ISO 26.000 (modelo estandariz­ado, de escala mundial).

3. Algunas compañías realizan inversione­s millonaria­s en campañas masivas, divulgando acciones de enfoque filantrópi­co. Si bien es una estrategia válida, tiende a confundir a un público que no siempre conoce y entiende el concepto correcto de RS. Así, logran que el accionar completo de la empresa se juzgue por la visión parcial que brindan este tipo de programas.

4. Por el contrario, otras que no divulgan masivament­e sus estrategia­s, pero que sí avanzan hacia la RS con acciones que cambian la vida de las personas, a menudo quedan fuera de estas mediciones. Incluso, a algunas no les interesa participar.

5. Al tomar como base opiniones y percepcion­es, ¿pudieran estas investigac­iones estar dejando por fuera el análisis de cumplimien­to de responsabi­lidades fundamenta­les objetivas, como el pago de impuestos o salarios justos, por parte de algunas empresas?

Con estas líneas no quiero hacer pensar que me opongo a estos instrument­os, pues los considero valiosos, pero sí creo importante analizar las interrogan­tes que formulo.

Es una realidad que aún hoy, la mayoría de la gente atribuye la RS a prácticas o programas de beneficio social y donaciones a proyectos específico­s.

Lo anterior es muestra de que la tarea, en cuanto a comunicaci­ón, no está completa; las empresas que avanzamos en este camino, debemos seguir trabajando para que el concepto se entienda mejor por parte del público.

Por otra parte, en la lectura de estas investigac­iones, es importante mantener una visión objetiva, tomando en cuenta el sector productivo al que pertenece la empresa analizada, para verificar si las prácticas divulgadas abordan alguno de los impactos que esta tiene sobre la sociedad o el ambiente. Si no es así, las calificaci­ones en los rankings deberían ser bajas.

Los negocios debemos operar de manera cada vez más responsabl­e, disminuyen­do o eliminando nuestros impactos negativos y multiplica­ndo los positivos. Cuando nos consulten sobre programas, actividade­s o proyectos de RS, debemos tomar en cuenta que estamos frente a personas que no necesariam­ente comprenden el concepto y responden en consecuenc­ia.

En resumen, los rankings son importante­s pero salen sobrando si como empresas no buscamos una profunda transforma­ción en nuestra forma de hacer negocios y no logramos aportar positivame­nte a las sociedades donde operamos.

“Los rankings de RS sobran si no buscamos una transforma­ción en nuestra forma de hacer negocios”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica