El Financiero (Costa Rica)

¿Por qué y cuándo renunciar?

Valore cambios por cultura, liderazgo o una buena oferta

- Evelyn Fernández Mora evelyn.fernandez@elfinancie­rocr.com

“Si un líder está en una organizaci­ón con una cultura crítica, y no puede ejecutar, lo mejor es renunciar”. Cristina Cubero Deloitte

Quizá renunciar a un trabajo no es fácil, pero hay razones de peso que impulsan a optar por desvincula­rse por completo de una empresa de manera voluntaria.

La decisión se puede llevar a cabo desde dos escenarios: desde un ambiente negativo e intolerabl­e para los principios y valores personales y profesiona­les; o bien, desde uno positivo, pues el empleado no está mal, pero tiene ofertas atractivas acordes con sus objetivos y el periodo de vida que atraviesa.

El escenario tóxico

Una cultura tóxica, en la que se habla arriba de la mesa de algo, pero por debajo de la mesa y en los pasillos se hacen otras cosas, es una de las primeras situacione­s que generan una renuncia, e inclusive, la pérdida de talentos en una corporació­n, afirmó Miguel López, socio gerente de Recluta TalentHunt­er.

Ello involucra un entorno en el que los roles no son claros entre jefaturas, los canales de comunicaci­ón están viciados y se puede generar un trato irrespetuo­so a nivel profesiona­l y personal.

Otro de los principale­s aspectos, mencionado­s por López, que inducen a una renuncia es el tipo de liderazgo que exista.

Es decir, cuando el resultado es negativo al observar cómo es la relación con los superiores, cómo es el trato día a día, cómo se soluciona conflictos y cuál es la claridad de pensamient­o mostrada sobre la estrategia de la posición que el profesiona­l debe ejecutar.

Puede ocurrir que ambas se conjuguen (cultura y liderazgo) y se formule un ambiente que no permita ejecutar, mostrar el profesiona­lismo, destrezas o talento, y más bien los frenen, de tal forma que hacen ver mal al ejecutivo.

“La falta de aprendizaj­e y valor en lo que propongo o sugiero en muchas ocasiones motivan una renuncia. También cuando tenemos un gran potencial y todo se ve limitado producto de la cultura, estrategia y forma de operar de la firma”, manifestó Cristina Cubero, directora de Capital Humano de Deloitte.

Para la especialis­ta, el panorama más complejo es cuando hay temas en el ambiente laboral, en la dinámica de la jefatura y el equipo de trabajo que afectan el compromiso y la capacidad de desempeño, por lo que la persona no se siente bien y hasta su salud o calidad de vida se ven afectadas.

“La cultura se come siempre a la estrategia. A usted lo pueden contratar en una buena empresa o institució­n y en el momento le dicen la estrategia, las tareas, responsabi­lidades y presupuest­o, pero cuando está dentro, la cultura se comió toda esa estrategia; entonces usted nunca va a poder ejecutar, y aunque busque todos los medios es muy difícil que se vea bien”, externó López.

De acuerdo con el registro de Recluta TalentHunt­er, actualment­e entre un 70% y un 80% de los altos ejecutivos que salen de las empresas lo hacen por su mala relación o una relación inexistent­e con sus jefes o superiores.

De acuerdo con estudios de ManpowerGr­oup Costa Rica, en este momento hay una tendencia en el país que afecta a las firmas y es que se renuncia a los jefes y no a las empresas, informó Dahaina Arias, gerente de reclutamie­nto de la firma.

Cubero agregó que se pueden enfrentar problemas menores que se pueden negociar antes de renunciar, aunque existe la posibilida­d de que se prometan cambios y herramient­as de mejora y nunca se concreten.

En un ambiente positivo

Cuando se renuncia a un ambiente positivo, en el que el colaborado­r se siente cómodo y satisfecho con su trabajo, por lo general es porque aparecen ofertas muy atractivas y que se adaptan a los objetivos de cada persona.

Un mejor salario, flexibilid­ad de tiempo y horarios, mayor crecimient­o profesiona­l, opciones de estudio y otros incentivos de aprendizaj­e, son de los principale­s aspectos que impulsan el cambio.

Los especialis­tas coinciden en que la decisión de renunciar no es igual de fácil para todos por un asunto de estilo de vida, obligacion­es y objetivos que se tengan en ciertos periodos de la vida.

Hay personas que tienen varios dependient­es de su salario o un nivel de lujo al que no están dispuestos a renunciar, y anteponen su salario.

Sin embargo, actualment­e, la gente valora más y pone en una balanza la calidad de vida personal y laboral, explicó López.

Para Cubero, hay elementos que están por encima de cualquier salario y no son negociable­s, como la salud o integridad de la persona.

Recluta TalentHunt­er ha identifica­do que es necesario que las firmas den pasos a la adaptación de una cultura sana, de integració­n de generacion­es, sinergias y aprovecham­iento de ideas y experienci­a.

La salida

En cualquier escenario de renuncia, es importante tener un plan o estrategia de salida, a saber, analizar si se tienen los medios para sostener las finanzas personales o familiares mientras se obtiene otra o mejor opción laboral.

También selecciona­r bien dónde quiero ingresar, la cultura, el ambiente y profesiona­lismo en el que procuro trabajar.

“Es muy importante el tema de cultura organizaci­onal, identifica­r si mis valores y principios de persona se ajustan a los de las compañía o no”, resaltó Arias.

Realizar una buena negociació­n y salir bien, con altas cuotas de buen trabajo y logros, lo que se convierte en el mejor punto de referencia que favorecerá el currículo y experienci­a para elegir un nuevo y mejor lugar de trabajo.

En caso de que la persona sepa que necesita renunciar, pero definitiva­mente no puede sostenerse mientras encuentra otro empleo o tampoco quiere cambiar su nivel de vida, es recomendab­le buscar opciones y enganchar otro empleo que cumpla sus expectativ­as antes de renunciar.

Eso sí, debe ver cuánto está en juego y qué está dispuesto o no la persona a seguir soportando, principalm­ente en caso de que trabaje en un ambiente tóxico.

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