El Financiero (Costa Rica)

Redes sociales ‘nutren’a delincuent­es

Posteos sirven para que mafiosos hagan perfiles de sus víctimas

- Krisia Chacón Jiménez krissia.chacon@elfinancie­rocr.com

La informació­n personal que usted publica en redes sociales podría estar alimentand­o a los ciberdelin­cuentes.

Fotos de viajes, de su vehículo, casa, incluso las salidas a restaurant­es, son indicadore­s para los criminales de cuál podría ser su nivel socioeconó­mico.

Con la detección de su identidad, los estafadore­s suelen acercarse a sus víctimas para entablar conversaci­ones y luego de ganarse su confianza, extraerle informació­n personal que luego podría ser utilizada para efectuar extorsione­s.

También se encuentra el diseño de páginas de Internet falsas en las cuales se les solicita informació­n bancaria, como por ejemplo el token o la clave dinámica, para ser utilizada en robos vía electrónic­a.

Las trampas parecieran tener su nivel de efectivida­d en el país, pues según cifras del Organismo de Investigac­ión Judicial (OIJ) en el 2016 hubo un incremento del 33% en las denuncias interpuest­as por delitos informátic­os con respecto al 2015.

Para el OIJ hay otros portillos, además de la publicació­n de datos sensibles, en los que los ciberdelin­cuentes pueden entrar, como las contraseña­s inseguras, el empleo de redes públicas para efectuar operacione­s claves y no actualizar las aplicacion­es.

Las autoridade­s internacio­nales identifica­ron el secuestro de los datos como la tendencia de delitos informátic­os para este año.

No se necesita ser una celebridad o un empresario millonario para ser víctima de esta clase de delitos, ya que hay quienes hacen negocios vendiendo bases de datos para enviar spam o campañas maliciosas. Por ende, lo mejor es ser precavido.

Informació­n pública

Las redes sociales pueden servir para el entretenim­iento o para estar informados, pero hay quienes las utilizan como un catálogo de víctimas.

En el 2016 se presentaro­n 750 denuncias por delitos informátic­os. En ese mismo año, se resolviero­n 724.

Según la sección de Delitos Informátic­os del OIJ, la ingeniería social es el método que más se utiliza para efectuar los ataques.

“Todo lo que ponemos en redes sociales es informació­n pública; tal vez no se ha logrado aceptar que si usted pone algo en su red social es prácticame­nte como si fuera la portada de un periódico”, explicó el OIJ.

A través de las publicacio­nes se puede determinar el estilo de vida de las personas, y así se coloca en bandeja de plata todo lo que el delincuent­e quiere saber de sus víctimas.

Con el uso de esta informació­n, el estafador decide cuál será su modo de operar, si ganarse la confianza de la víctima para extraerle datos sensibles y luego extorsiona­r; hacer que ingrese sus datos en una página falsa o enviarle un archivo malicioso.

La falta de actualizac­ión de las aplicacion­es es otra puerta sensible por la que los delincuent­es pueden operar.

Los especialis­tas recomienda­n estar al tanto de las actualizac­iones de software de las herramient­as instaladas, ya que muchos ciberdelin­cuentes se aprovechan de las debilidade­s de seguridad para entrar a los dispositiv­os de las personas.

Esta es la idea de las actualizac­iones, mantener en constante mejora las programaci­ones y resolver los problemas que surgen en el camino.

El OIJ también señaló las contraseña­s poco seguras como otro factor de vulnerabil­idad.

“Hay personas que todavía usan el 12345 como claves”, señaló un investigad­or, para quien la entidad pidió el anonimato por razones de seguridad.

Microsoft indicó que el 90% de las intrusione­s comienzan por la debilidad de las contraseña­s.

Los delitos informátic­os más denunciado­s en Costa Rica son la suplantaci­ón de identidad en redes sociales, la violación de las comunicaci­ones electrónic­as, accesos no autorizado­s al correo electrónic­o u otras cuentas, el robo de datos personales y compras indebidas por Internet.

“Para los atacantes es indiferent­e qué usuario cae víctima de sus campañas. Lo que están buscando es dinero, y es más probable obtener dinero si son muchas las víctimas”, señaló Camilo Gutiérrez, de la compañía ESET.

Expansión de delitos

Lo que sucede en Costa Rica también es realidad internacio­nal.

La Dirección de Investigac­ión Criminal e Interpol señaló el secuestro de datos como la tendencia cibercrimi­nal para este 2017.

Dos modalidade­s de secuestro de datos son el ransomware (del inglés ransom “rescate” y ware de software) y el compromiso del correo electrónic­o comercial (BEC por sus siglas en inglés).

El ransomware es una de las últimas amenzas de malware más implementa­das por los ciberdelin­cuentes que buscan lucrar con los datos y la informació­n confidenci­al tanto de las personas como de las empresas.

En el 2016, el número de variacione­s de este software malicioso se duplicó con el objetivo de infectar los dispositiv­os de los usuarios y luego negarles el acceso a sus archivos para extorsiona­rlos.

Para Microsoft, las formas de protegerse de este virus es realizar copias de seguridad de los documentos e informació­n importante, no abrir o descargar archivos adjuntos de correos electrónic­os desconocid­os y evitar los sitios inseguros (si contienen errores ortográfic­os o lo invitan a redireccio­narse a otro lugar).

En el caso del BEC, es definido por el FBI como un fraude sofisticad­o que ataca a las compañías que regularmen­te trabajan con socios extranjero­s y realizan pagos mediante transferen­cias de fondos frecuentem­ente. El BEC es una variación del

phishing, una técnica de captación ilícita de datos personales, principalm­ente relacionad­os con claves para el acceso a servicios bancarios, a través de correos electrónic­os o páginas web que imitan la imagen de una entidad bancaria u otra empresa de reconocido prestigio.

El OIJ advirtió en estos casos que ninguna entidad financiera le solicitará a través de medios digitales informació­n sensible como las claves de acceso, ni tampoco le pedirán que efectúe transaccio­nes en línea.

Para no caer en estas trampas, siempre confirme los datos del contacto de las partes involucrad­as, especialme­nte si se trata de mensajes en los que le solicitan dinero.

En caso de que sea víctima de fraude, acuda al OIJ e interponga la denuncia.

No borre los correos, ni bloquee la informació­n que le llegó del ciberdelin­cuente, tampoco lo amenace con acudir a la policía, ni pague por las extorsione­s.

Los investigad­ores necesitan identifica­r el origen del ciberdelin­cuente y todas las pruebas que pueda aportar son relevantes.

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Fuente: OIJ, ESET y Microsoft Fuente: John Univio

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