Inversión pública y la economía

Poco más de un mes ha pasado desde la mejora realizada al puente Yolanda Oreamuno, que comunica San José con Heredia, mientras que tres semanas llevan abiertos los tres carriles del puente Alfredo González Flores, mejor conocido como el puente de “la platina”.

Estos avances en infraestructura han propiciado una reducción en el tiempo de viaje desde una provincia a otra. Aquellas personas que duraban entre 40 y 60 minutos desde Heredia a San José, hoy tardan menos del 50% del tiempo que antes consumían.

Este es solo un efecto que han generado estos avances. Económicamente, se da la generación de empleo y el aumento en la producción a través del componente de gasto público. Otros factores de carácter sicológico, como la satisfacción por no pasar gran tiempo en un congestionamiento vial, provoca un incremento en el bienestar de las personas e incluso un acrecentamiento potencial en los niveles de productividad.

En muy poco tiempo se puede observar una mejora en los niveles de bienestar de la sociedad a través de una variable clave que debe seguir impulsando el Gobierno: la inversión pública.

Esta estrategia de desarrollo no es desconocida. El pensamiento keynesiano fue el que propuso promover la intervención estatal, a través del gasto público, para estimular la demanda agregada y dinamizar la economía.

El Gobierno, tanto el actual como el que ejercerá a partir del 2018, tiene como desafío seguir impulsando este componente de inversión pública en Costa Rica, ya sea creando y mejorando carreteras, o bien innovando el transporte público, principalmente con el tren y autobuses. Realizándolo de manera ordenada y en los sectores clave, se crearán esas interrelaciones económicas que el pensamiento keynesiano propone.

Si hemos visto cambios en el bienestar en cuestión de un mes, ¡imaginemos qué se puede lograr en algunos años!