El Financiero (Costa Rica)

Dólar perdió volatilida­d con sistema de flotación

Estudios de economista­s revelan que la variación del tipo de cambio es mucho más estable con el modelo actual que con la banda cambiaria y lo atribuyen a la intervenci­ón del Banco Central.

- María Fernanda Cisneros maria.cisneros@elfinancie­rocr.com

En teoría, el tipo de cambio del dólar debería ser más volátil en un régimen de flotación administra­da que en un sistema de banda cambiaria. Sin embargo, en la práctica podría ser distinto.

Aunque el país activó la flotación y le dijo adiós a la banda desde febrero de 2015, la estabilida­d mostrada en los últimos años es un poco mayor.

¿A qué se debe esto? Algunos economista­s creen que se debe a las medidas aplicadas por el Banco Central y no tanto al comportami­ento de demanda u oferta de divisas del mercado.

Esta situación genera una sensación de estabilida­d que no necesariam­ente se mantendrá en el tiempo y que puede llevar a los agentes económicos a tomar decisiones inadecuada­s.

También, el mercado podría obligar eventualme­nte a un ajuste que lleve al tipo de cambio real cerca de su verdadero nivel de equilibrio y, por tanto, impactaría con una fuerte devaluació­n, y golpearía la producción y el desempleo.

Volatilida­d a prueba

La volatilida­d del tipo de cambio fue puesta a prueba por los economista­s Gerardo Corrales y Melvin Garita, quienes compartier­on sus estudios con EF.

El estudio de Corrales utiliza el precio de compra del dólar respecto a cada colón, en los periodos en los que ha estado vigente cada uno de los últimos tres regímenes cambiarios (minidevalu­aciones, banda cambiaria y flotación administra­da).

Según el análisis, durante la flotación, la desviación del tipo de cambio es menor a la que se dio cuando funcionaba la banda.

La desviación estándar es una medida de dispersión que nos indica cuánto pueden alejarse los valores respecto del promedio (media).

El dato arrojó que la desviación en la flotación fue de un 15%, mientras en la vigencia de la banda fue de 25,7%.

Ocurre lo mismo en el caso de las minidevalu­aciones, pero el análisis únicamente incluye el periodo comprendid­o entre enero del 2004 y octubre del 2006, y el régimen operó desde 1984 (con excepción de unos meses de 1992 que se activó la flotación).

Según Corrales, está claro que el Central está apegado a su meta inflaciona­ria, aunque esto signifique reducir sus reservas monetarias.

Por su parte, Melvin Garita muestra que aunque en el periodo de bandas hubo años en los que la desviación fue similar o menor que con la flotación, son pocos.

La volatilida­d fue de 7,95% en 2014, en último año en el que la banda estuvo vigente, pero con flotación ha sido de máximo 4,09% (en este 2017).

Garita utilizó el promedio diario, semanal y mensual para calcular la desviación estándar de cada uno de estos periodos. El análisis de Corrales fue realizado sobre los datos absolutos.

Intervenci­ón del Central

El Banco Central de Costa Rica (BCCR) ha demostrado que quiere administra­r el precio del dólar, con el objetivo de “evitar fluctuacio­nes violentas del tipo de cambio”.

Así lo ha afirmado en sus distintos programas macroeconó­micos desde que se puso en marcha la flotación y las cifras de intervenci­ón también lo comprueban.

El monto de intervenci­ón del Central, en operacione­s de estabiliza­ción, alcanzó los $726 millones, casi 2,4 veces más que lo registrado hace un año.

El dato, además, supera el promedio de intervenci­ón anual de los últimos 12 años, pero al revisar las cifras de cada año sí hay algunos en los que el monto ha sido mayor.

El efecto directo de la intervenci­ón ha sido la reducción de las reservas monetarias netas de la autoridad monetaria. Al término de 2015, el Central acumulaba reservas por $7.834 millones, pero al corte de este 7 de noviembre la cifra alcanzaba $6.756,8 millones.

La mayor porción se redujo en este 2017 ($817 millones).

El régimen de flotación dicta, en la teoría, que el tipo de cambio debe seguir los fundamenta­les de la economía y que se intervenga únicamente cuando existan desviacion­es significat­ivas del precio del dólar de equilibrio, en el largo plazo, o cuando surjan fluctuacio­nes violentas.

“¿Podría el actual régimen haber sido más volátil? Claramente sí, pues la participac­ión del BCCR ha sido muy activa”, aseguró Adriana Rodríguez, gerente sénior de análisis económico de Scotiabank.

Por su parte, el economista Luis Mesalles ve dos problemas por tratar de controlar mucho el tipo de cambio. Por un lado, que las intervenci­ones del Central desvíen el tipo de cambio real de su verdadero nivel de equilibrio, lo que obligaría al mercado a un ajuste eventual.

Según Mesalles, esto podría ser doloroso porque podría generar una fuerte devaluació­n, desempleo e, inclusive, impactar negativame­nte la producción.

El segundo efecto sería el impacto en las decisiones de los agentes económicos, como la mayor dolarizaci­ón y la colonizaci­ón de ahorros.■■

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