El Financiero (Costa Rica)

La utopía de un país carbono-neutral en 2021

Plazo se ajustó para el 2085

- Manuel Avendaño Arce manuel.avendano@elfinancie­rocr.com

Es cierto, Costa Rica inició en el 2012 uno de sus proyectos más ambiciosos en la historia: convertirs­e en uno de los primeros países carbono-neutrales para el 2021.

Una apuesta política bastante más utópica que arriesgada. La entonces presidenta de la República, Laura Chinchilla, consolidó un plan que venía desde el mandato de Óscar Arias.

Todo inició sobre la marcha, no se sabía con mucho detalle cómo se iba a hacer el inventario para determinar las emisiones de gases del país, tampoco se tenía claridad de las acciones a tomar, y el primer programa fue un conjunto de ideas que con el tiempo tomaron forma.

Laura Mora, asesora técnica de la Dirección de Cambio Climático (DCC), coincide en que la meta de buscar la carbono-neutralida­d (c-neutral) en el 2021 es política y difícil de cumplir, pero fue un buen punto de partida.

El primer Programa País de Carbono Neutralida­d 1.0, lanzado en 2012 con una estrategia nacional y un plan de acción, permitió despertar el interés de empresas privadas.

No se debe obviar que el grueso de las emisiones de dióxido de carbono y otros gases del país vienen de la flota vehicular, el consumo energético y el uso de fertilizan­tes en el agro.

En esas áreas, los esfuerzos para atacar el problema han sido menores; por eso el país debe replantear sus acciones para lograr la carbono-neutralida­d a la luz del Acuerdo de París, donde se estableció la meta para el 2100.

Meta 2021 lejana

En el 2012, cuando se empezó a hablar de una Costa Rica carbono-neutral para el 2021, las metas, los inventario­s y las acciones se estimaron de forma muy simple.

Mora aclaró que en ese entonces se entendía que el país tenía que compensar un 20% de las emisiones de carbono con sus bosques, pero en la práctica eso no ocurrió así.

El Programa 1.0 se enfocó en medidas para que las empresas privadas tomaran acciones de reducción que incluían indirectam­ente la flota vehicular y el consumo de energía. Sin embargo, no hay prácticas directas de alto impacto para atacar las emisiones de los vehículos que operan con combustibl­es fósiles.

En 2015, por primera vez en la historia, el sector transporte importó un valor mayor en vehículos (carros, camiones y motos) a Costa Rica, en comparació­n con el petróleo que ingresó al país. El III Informe Costa Rica Importa da cuenta de esta situación.

En ese año, el sector transporte­s importó $1.324 millones, y superó los $1.285 millones reportados por los petroquími­cos (incluye petróleo), que en 2014 se ubicaron en el primer lugar de las importacio­nes del país.

El mayor ingreso de vehículos también supone un incremento en el consumo de combustibl­es y, por ende, un alza en las emisiones de carbono.

Programa 2.0

El pasado 28 de setiembre, el Gobierno anunció el lanzamient­o de Programa País de Carbono Neutralida­d 2.0, documento que corrige y afina lo que se desarrolló en la versión del 2012.

En la nueva iniciativa se establece una nueva meta de carbono-neutralida­d para Costa Rica, pero en lugar del 2021 será en el 2085.

De hecho, el país tendrá que dar cuentas de su avance hacia la carbono-neutralida­d en 2030, 2050 y, finalmente, en 2100. Lo hará a través de la Contribuci­ón Nacionalme­nte Determinad­a (CND), mecanismo establecid­o en el Acuerdo de París.

Más actores

El viejo programa buscaba que las empresas privadas se unieran al conjunto de acciones para ser carbono-neutrales.

En ese marco, firmas como BAC Credomatic, Purdy Motor y el bufete BLP, invirtiero­n para ser más eficientes y certificar­se como c-neutrales.

“Nos ha permitido reducir un total de 1.294 toneladas de dióxido de carbono equivalent­e, en relación con el año base”, dijo Luis Mastroeni, gerente de Sostenibil­idad de Grupo BAC Credomatic.

Purdy Motor implementó mecanismos de disminució­n de consumo eléctrico en algunas de sus sucursales, sustituyó el sistema de iluminació­n en Ciudad Toyota por tecnología LED y abrió su propio sumidero de tres fincas en Abangares, Guanacaste, dedicadas a la reforestac­ión.

La firma de abogados BLP es otra compañía que transformó sus procesos para contribuir con el medio ambiente. Carolina Arce, directora y consultora de Zone Environmen­tal Services–BLP, explicó que desde que hicieron el inventario de emisiones en el 2013, lograron reducir de 49 toneladas de carbono ese año, a 33 toneladas en el 2016.

La DCC espera que para finales de este año, otras 20 empresas privadas se integren al programa 2.0 para lograr alguna de las cinco certificac­iones c-neutral que se crearon.■■

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