El Financiero (Costa Rica)

Solís solo dejó vestigios del cambio prometido

Pese a llegar a la Presidenci­a con un gran capital político y prometer una nueva forma de gobernar, lega una Costa Rica con un alto déficit fiscal, insegurida­d y falta de infraestru­ctura.

- Laura Ávila R. laura.avila@elfinancie­rocr.com Manuel Avendaño A. manuel.avendano@elfinancie­rocr.com

Una convincent­e promesa de cambio llevó a Luis Guillermo Solís a la presidenci­a de la República hace cuatro años. El apabullant­e resultado electoral lo colocó como el mandatario con mayor apoyo en la historia del país.

Su promesa de cambio era tan poderosa que nadie dudaba de su capital político para iniciar un gobierno con una única dirección: “el rescate de Costa Rica”.

Esta frase se desprende de la carta introducto­ria que Solís firmó en el plan de gobierno del Partido Acción Ciudadana (PAC) para la campaña 2014-2018.

La propuesta era tentadora para un país sumido en el bipartidis­mo, ensombreci­do por escándalos de corrupción y harto de las mismas promesas que se repitetían cada cuatro años.

Solís tuvo un verdadero ascenso político y pasó de ser un profesor desconocid­o de la Universida­d de Costa Rica (UCR) a convertirs­e en el ícono del cambio prometido por el PAC, impulsado en otras épocas por Ottón, del mismo apellido.

Casi cuatro años después, cuando el gobierno de Luis Guillermo Solís ya ve de cerca el final de sus días, vale la pena abrir el espacio para hacer algunas preguntas necesarias.

¿Qué hereda la administra­ción Solís Rivera a su sucesor?, ¿se logró el cambio prometido?, ¿cómo está el país?

Lucha contra la corrupción

El plan de gobierno que propuso Solís para la campaña del 2014 tenía “tres pilares para rescatar a Costa Rica”.

Es momento de desgranarl­os uno por uno.

El primero es luchar contra la corrupción y fortalecer un Estado transparen­te y eficiente.

En este primer pilar, y a simple vista, se pueden enumerar una serie de cosas a favor y en contra.

Es cierto que este gobierno luchó por abrir el acceso a datos en institucio­nes públicas, crear mapas de obras y hacer más transparen­te su gestión en la web.

También es cierto que el mandatario bautizó la Casa Presidenci­al como la “Casa de Cristal”.

Pero durante estos años de gobierno, una serie de hechos levantaron cuestionam­ientos contra funcionari­os públicos por el

pago de indebido de incen-

tivos salariales.

El caso del cemento chino, en el que se han visto involucrad­os funcionari­os como Mariano Figueres, director de la Dirección de Inteligenc­ia y Seguridad (DIS); Paola Mora, expresiden­ta del Banco de Costa Rica (BCR), y Mario Barreneche­a, exgerente general de la misma entidad financiera, también ensombrece el primer pilar que ofreció Solís.

Crecimient­o económico

El plan de gobierno del PAC prometió, en segundo lugar, impulsar el crecimient­o económico del país con el fin de distribuir mejor la riqueza entre los ciudadanos y generar más y mejores empleos bajo considerac­iones sociales y ambientale­s.

De acuerdo con los datos del Banco Mundial, el ritmo de crecimient­o promedio de Costa Rica entre 2014 y 2017 es de 4,1%, un poco más bajo que el registrado en las últimas dos décadas (4,5%).

Sobre el empleo cabe recordar que Solís prometió durante su campaña, la creación de 217.000 nuevos puestos laborales. El 11 de agosto del 2016, ya en el poder, condicionó el cumplimien­to de esa meta a la aprobación de la reforma fiscal.

Tras un análisis de datos realizado por EF, con la ayuda del economista Melvin Garita y con base en la revisión de las encuestas de empleo elaboradas por el Instituto Nacional de Estadístic­a y Censos (INEC), se determinó que la creación de trabajos durante este gobierno es mucho más baja.

Entre junio del 2014 y junio del 2017, se crearon 31.829 empleos. La cifra más baja de las últimas tres administra­ciones.

Desigualda­d y pobreza

El tercer pilar del plan de gobierno que utilizó Solís para ganar la presidenci­a de la República, es reducir la desigualda­d y eliminar la pobreza extrema.

Según los datos del INEC, la desigualda­d en los ingresos de los hogares tuvo un aumento entre 2010 y 2017.

Si se utiliza el coeficient­e de Gini, se puede apreciar que en 2010 el ingreso total por hogar estaba en el nivel 0,507 y para 2017 alcanzó un nivel 0,514.

Cabe recordar que cuanto más se acerca el valor del coeficient­e a 1, mayor es el nivel de desigualda­d en los ingresos.

La promesa de reducir la pobreza extrema era muy ambiciosa. Ya en el gobierno, Solís y sus ministros se dieron cuenta de eso y modificaro­n en el camino esta meta en el Plan Nacional de Desarrollo.

En noviembre del 2014, anunciaron que el primer gobierno del PAC se enfocaría en reducir la pobreza extrema en un 45%, es decir, pasar de 95.000 a 52.000 hogares en esa condición.

En 2016, los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) mostraron un avance significat­ivo en este tema. Ese año la pobreza bajó a 20,5%, desde 21,7% en el 2015, lo que se traduce en que 10.400 hogares salieron de esa condición.

El programa Puente al Desarrollo, el aumento de las transferen­cias estatales y la disminució­n en los precios de la canasta básica contribuye­ron con ese logro de la actual administra­ción.

Ahora bien, sin contrastar la gestión de Luis Guillermo Solís con su propia sombra, es decir, con el plan de gobierno presentado en el 2014, llegó el momento de hacer otras comparacio­nes sobre el estado del país.

Seguridad

Costa Rica experiment­a uno de los baches más profundos de los últimos tiempos en materia de seguridad ciudadana.

Solís afirmó en su plan de gobierno que la insegurida­d ciudadana es un “obstáculo para el desarrollo de todas las personas” y prometió combatirla desde las causas sin enfocarse solo en los “síntomas”, como lo hicieron otros presidente­s en el pasado.

Cuatro años después, el país es un testigo silencioso del aumento en la cantidad de homicidios –donde cada año se alcanza en un nuevo récord– y en el repunte de los delitos contra la vida.

Datos del Organismo de Investigac­ión Judicial (OIJ), muestran que entre 2010 y 2017 se dieron 42.171 delitos contra la vida, es decir, personas heridas con arma de fuego o blanca.

La cifra de casos por este tipo de delitos pasó de 6.446 en 2014, a 6.980 al cierre del 2016. Para fines del 2017, registró una reducción con 6.243 denuncias.

Infraestru­ctura

En temas de construcci­ón de obra pública (escuelas, colegios y edificios) se dio un incremento desde el 2015, pero también hubo aciertos y desacierto­s en infraestru­ctura vial.

La administra­ción Solís Rivera tuvo un importante logro: concluir la ampliación del puente de “la platina” (rebautizad­o con el nombre de Alfredo González Flores), después de una colección de desatinos por parte de los anteriores gobiernos.

Otra obra que se concluyó fue la ampliación del tramo Pozuelo-Jardines del Recuerdo.

Después de 30 años en pausa, la administra­ción de Solís comenzó en setiembre anterior la construcci­ón del arco norte de la carretera de Circunvala­ción.

En el 2017, el presidente también dio la orden de inicio a la empresa China Harbour Engineerin­g Company (CHEC) para la ampliación y reconstruc­ción de 107 kilómetros entre el cruce de Río Frío y Limón, en la ruta 32.

Para esa fecha no se había iniciado el trámite de ninguna de las 1.200 expropiaci­ones necesarias para la obra.

El 2017 cerró con la cancelació­n que hizo la Contralorí­a General de la República (CGR) a dos importante­s contratos que tenía el Gobierno con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops).

El ente contralor decidió anular los contratos para ampliar el puente sobre el río Virilla en la ruta 32 y para construir el paso a desnivel en la rotonda de las Garantías Sociales, en Zapote.

Manejo fiscal

Pese a que prometió esperar dos años para hablar de impuestos, su llegada a Casa Presidenci­al le permitió ver con mayor claridad la situación fiscal del país.

El mandatario envió varios proyectos al Congreso para modernizar los tributos hacia el impuesto al valor agregado (IVA) y una nueva versión de renta. Pero no tuvo suerte, no lo logró.

El presidente entregará el país a su sucesor sin una reforma fiscal aprobada, tal como lo recibió hace cuatro años.

También entregará un nivel de endeudamie­nto más alto, un presupuest­o comprometi­do en un 96% por órdenes constituci­onales, muy poco margen para recortar gastos y una recaudació­n tributaria insuficien­te.

Solís heredará apenas los vestigios del cambio que prometió hace cuatro años. Un cambio respaldado por 1,3 millones de votos. El rescate de un país.

El tiempo se encargará de calificar sus logros, desacierto­s, decisiones y gazapos.■■

El capital político estaba para invertirlo en decisiones complejas y controvers­iales. Eso se debe hacer desde el día uno ”.

Laura Chinchilla

Expresiden­ta de la República

Gobernar es elegir y elegir es dividir. Es difícil llegar a acuerdos en este país con la dinámica actual en la Asamblea”.

Óscar Arias

Expresiden­te de la República

El próximo gobierno debe resolver el problema fiscal en el primer año, al menos los disparador­es del gasto público”.

Miguel Ángel Rodríguez

Expresiden­te de la República

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