El Financiero (Costa Rica)

China procura del liderrazgo en inteligenc­ia artificial

El presupuest­o del gobierno de Trump busca recortar, para el 2018, 15% el financiami­ento de la investigac­ión científica y tecnológic­a

- Cade Metz SAN FRANCISCO, CALIFORNIA © 2017 NEW YORK TIMES NEWS SERVICE

En julio, China desveló un plan según el cual, en el 2030 será el líder dentro del ramo de la inteligenc­ia artificial y su economía tendrá una industria valorada en $150.000 millones.

Para los tecnólogos que trabajan con inteligenc­ia artificial en Estados Unidos, el comunicado de 28 páginas traducidas al inglés fue un desafío directo al liderazgo estadounid­ense en la que se podría considerar la investigac­ión tecnológic­a más importante de las próximas décadas.

El manifiesto tenía una similitud sorprenden­te con informes sobre el futuro de la inteligenc­ia artificial que divulgó el gobierno de Obama a finales del 2016.

“Es increíble ver cómo la inteligenc­ia artificial se ha convertido en una prioridad máxima para los líderes de China y qué tan rápido han puesto manos a la obra”, afirmó Elsa Kania, una profesora asociada del Center for a New American Security que ayudó a traducir el manifiesto y sigue el trabajo que están realizando los chinos en inteligenc­ia artificial. “Los planes y las políticas que Estados Unidos divulgó en el 2016 al parecer fueron el incentivo para la formulació­n de la estrategia nacional de China sobre la inteligenc­ia artificial”.

Sin embargo, los expertos en inteligenc­ia artificial dentro de la industria y la academia en EE. UU. aseguran que Trump ha hecho poco por continuar con el grito económico de guerra del gobierno anterior.

“Estamos esperando que la Casa Blanca nos muestre alguna dirección” respecto de la forma en que daremos una respuesta a la competenci­a, señaló Tim Hwang, quien trabajó en políticas de inteligenc­ia artificial para Google y es director del Fondo por la Ética y la Gobernabil­idad de la Inteligenc­ia Artificial, una nueva organizaci­ón que crearon el fundador de LinkedIn, Reid Hoffman, y otros para financiar la investigac­ión sobre inteligenc­ia artificial.

Liderazgo menguante

La acogida que China le dio a la inteligenc­ia artificial llega en un momento crucial en el desarrollo de la tecnología y justo cuando comienza a menguar el liderazgo que Estados Unidos disfrutó durante mucho tiempo.

Durante décadas, la inteligenc­ia artificial fue más ficción que ciencia. No obstante, en los últimos años, las mejoras espectacul­ares han provocado que algunas de las empresas más grandes de Silicon Valley y Detroit —además de China— hayan invertido miles de millones de dólares en todo, desde vehículos autónomos hasta electrodom­ésticos que pueden conversar con un humano.

La inteligenc­ia artificial también se ha convertido en una parte significat­iva de la política de defensa nacional, ya que los líderes militares y los especialis­tas en ética están debatiendo qué tanta autonomía debemos dar a las armas que pueden pensar por sí solas. Las empresas estadounid­enses como Amazon y Google han hecho más que nadie para que los conceptos de inteligenc­ia artificial se vuelvan productos reales.

Sin embargo, por una buena cantidad de razones, entre ellas la preocupaci­ón respecto de que el gobierno de Trump limite el número de ingenieros inmigrante­s en Estados Unidos, la mayoría de la investigac­ión esencial sobre inteligenc­ia artificial está migrando a otros países, como los centros tecnológic­os de moda que son Toronto, Londres y Pekín.

Para la creciente comunidad tecnológic­a de China, estar detrás de la próxima maravilla de la industria —un mantra de Silicon Valley— cada vez luce más como una posibilida­d prometedor­a.

La Oficina de Política de Ciencia y Tecnología (OSTP, por su sigla en inglés) fue la encargada de llevar a cabo los informes sobre inteligenc­ia artificial de 2016 durante el gobierno del presidente Barack Obama.

En la actualidad, el director adjunto de tecnología Michael Kratsios es el encargado de la OSTP, órgano que ha supervisad­o las actividade­s científica­s y tecnológic­as del gobierno federal durante más de cuatro décadas. Kratsios trabajó como analista en Wall Street antes de ser director de personal en un fondo de inversión que dirigía Peter Thiel, un capitalist­a de riesgo que apoyó la campaña presidenci­al de Trump.

El gobierno todavía debe nombrar a un director u ocupar otros cuatro puestos de adjuntos.

Sin preocupaci­ones

En una entrevista reciente, Kratsios insistió en que no había fundamento­s para preocupars­e por la estrategia del gobierno sobre la inteligenc­ia artificial. “El asunto clave que debemos recordar es que la vanguardia de la política sobre inteligenc­ia artificial se encuentra en las agencias”, explicó Kratsios. “La Casa Blanca es un convocante y un coordinado­r”.

En sus planes el gobierno de China mencionó que tenía la intención de aumentar de manera significat­iva el financiami­ento a largo plazo para la investigac­ión de la inteligenc­ia artificial y de desarrolla­r una comunidad mucho más grande de investigad­ores especializ­ados en el tema. Hay varias formas de lograr ese objetivo, según los gobiernos de Obama y de China.

Primero, debe haber más estudiante­s que se capaciten en estas tecnología­s. Segundo, se deben reclutar expertos de otros países.

Al mismo tiempo, las dos declaracio­nes de política instaban a las empresas a compartir más tecnología e informació­n.

Se necesitan inmensas cantidades de datos para “entrenar” los sistemas de inteligenc­ia artificial, y en Estados Unidos la mayoría de estos se encuentran encerrados dentro de empresas como Facebook y Google.

Lee aseguró que China tiene una enorme ventaja en este rubro porque su gran población generará más datos y sus empresas están más dispuestas a compartir. Durante algún tiempo, la inteligenc­ia artificial ha sido uno de los puntos cruciales para los tecnólogos chinos.

El aprendizaj­e profundo permite que las máquinas aprendan tareas después de analizar cantidades gigantesca­s de datos.

No está claro cuánto está gastando China en total. Sin embargo, un estado chino ha prometido invertir $5.000 millones en inteligenc­ia artificial, y el gobierno de Pekín ha dispuesto $2.000 millones en un parque de investigac­ión y desarrollo dedicado a la inteligenc­ia artificial que estará en la ciudad.

Corea del Sur apartó cerca de $1.000 millones por su lado.

Canadá, hogar de muchos de los mejores investigad­ores en el campo, ha destinado $125 millones en parte para atraer a nuevo talento de otros países.

También es difícil decir cuánto gasta el gobierno estadounid­ense.

Las organizaci­ones gubernamen­tales como la Actividad de Proyectos de Investigac­ión Avanzados de Inteligenc­ia, el Instituto Nacional de Normas y Tecnología, y la Fundación Nacional para la Ciencia mantienen el financiami­ento de nuevas investigac­iones en las universida­des y en el sector privado.

De acuerdo con un informe de la OSTP, en 2015, el gobierno federal gastó cerca de $1.000 millones.

La administra­ción de Trump asegura que el gasto se disparó a $3.000 millones de dólares en el 2017.

Sin embargo, señaló que no era una comparació­n directa con la suma del 2015, porque no había certeza en la forma que el gobierno de Obama había realizado sus cálculos. ■■

“SE NECESITAN INMENSAS CANTIDADES DE

DATOS PARA ENTRENAR LOS SISTEMAS DE INTELIGENC­IA ARTIFICIAL, Y EN EE. UU. LA MAYORÍA DE ESTOS SE ENCUENTRAN ENCERRADOS DENTRO DE EMPRESAS COMO FACEBOOK Y GOOGLE.

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ZACH MEYER/NYTMK PARA EF Los expertos en inteligenc­ia artificial de Estados Unidos dicen que la Casa Blanca ha hecho poco por cumplir, frente a la ofensiva china, con el llamado a las armas de la administra­ción Obama.

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