China procura del liderrazgo en inteligencia artificial
El presupuesto del gobierno de Trump busca recortar, para el 2018, 15% el financiamiento de la investigación científica y tecnológica
En julio, China desveló un plan según el cual, en el 2030 será el líder dentro del ramo de la inteligencia artificial y su economía tendrá una industria valorada en $150.000 millones.
Para los tecnólogos que trabajan con inteligencia artificial en Estados Unidos, el comunicado de 28 páginas traducidas al inglés fue un desafío directo al liderazgo estadounidense en la que se podría considerar la investigación tecnológica más importante de las próximas décadas.
El manifiesto tenía una similitud sorprendente con informes sobre el futuro de la inteligencia artificial que divulgó el gobierno de Obama a finales del 2016.
“Es increíble ver cómo la inteligencia artificial se ha convertido en una prioridad máxima para los líderes de China y qué tan rápido han puesto manos a la obra”, afirmó Elsa Kania, una profesora asociada del Center for a New American Security que ayudó a traducir el manifiesto y sigue el trabajo que están realizando los chinos en inteligencia artificial. “Los planes y las políticas que Estados Unidos divulgó en el 2016 al parecer fueron el incentivo para la formulación de la estrategia nacional de China sobre la inteligencia artificial”.
Sin embargo, los expertos en inteligencia artificial dentro de la industria y la academia en EE. UU. aseguran que Trump ha hecho poco por continuar con el grito económico de guerra del gobierno anterior.
“Estamos esperando que la Casa Blanca nos muestre alguna dirección” respecto de la forma en que daremos una respuesta a la competencia, señaló Tim Hwang, quien trabajó en políticas de inteligencia artificial para Google y es director del Fondo por la Ética y la Gobernabilidad de la Inteligencia Artificial, una nueva organización que crearon el fundador de LinkedIn, Reid Hoffman, y otros para financiar la investigación sobre inteligencia artificial.
Liderazgo menguante
La acogida que China le dio a la inteligencia artificial llega en un momento crucial en el desarrollo de la tecnología y justo cuando comienza a menguar el liderazgo que Estados Unidos disfrutó durante mucho tiempo.
Durante décadas, la inteligencia artificial fue más ficción que ciencia. No obstante, en los últimos años, las mejoras espectaculares han provocado que algunas de las empresas más grandes de Silicon Valley y Detroit —además de China— hayan invertido miles de millones de dólares en todo, desde vehículos autónomos hasta electrodomésticos que pueden conversar con un humano.
La inteligencia artificial también se ha convertido en una parte significativa de la política de defensa nacional, ya que los líderes militares y los especialistas en ética están debatiendo qué tanta autonomía debemos dar a las armas que pueden pensar por sí solas. Las empresas estadounidenses como Amazon y Google han hecho más que nadie para que los conceptos de inteligencia artificial se vuelvan productos reales.
Sin embargo, por una buena cantidad de razones, entre ellas la preocupación respecto de que el gobierno de Trump limite el número de ingenieros inmigrantes en Estados Unidos, la mayoría de la investigación esencial sobre inteligencia artificial está migrando a otros países, como los centros tecnológicos de moda que son Toronto, Londres y Pekín.
Para la creciente comunidad tecnológica de China, estar detrás de la próxima maravilla de la industria —un mantra de Silicon Valley— cada vez luce más como una posibilidad prometedora.
La Oficina de Política de Ciencia y Tecnología (OSTP, por su sigla en inglés) fue la encargada de llevar a cabo los informes sobre inteligencia artificial de 2016 durante el gobierno del presidente Barack Obama.
En la actualidad, el director adjunto de tecnología Michael Kratsios es el encargado de la OSTP, órgano que ha supervisado las actividades científicas y tecnológicas del gobierno federal durante más de cuatro décadas. Kratsios trabajó como analista en Wall Street antes de ser director de personal en un fondo de inversión que dirigía Peter Thiel, un capitalista de riesgo que apoyó la campaña presidencial de Trump.
El gobierno todavía debe nombrar a un director u ocupar otros cuatro puestos de adjuntos.
Sin preocupaciones
En una entrevista reciente, Kratsios insistió en que no había fundamentos para preocuparse por la estrategia del gobierno sobre la inteligencia artificial. “El asunto clave que debemos recordar es que la vanguardia de la política sobre inteligencia artificial se encuentra en las agencias”, explicó Kratsios. “La Casa Blanca es un convocante y un coordinador”.
En sus planes el gobierno de China mencionó que tenía la intención de aumentar de manera significativa el financiamiento a largo plazo para la investigación de la inteligencia artificial y de desarrollar una comunidad mucho más grande de investigadores especializados en el tema. Hay varias formas de lograr ese objetivo, según los gobiernos de Obama y de China.
Primero, debe haber más estudiantes que se capaciten en estas tecnologías. Segundo, se deben reclutar expertos de otros países.
Al mismo tiempo, las dos declaraciones de política instaban a las empresas a compartir más tecnología e información.
Se necesitan inmensas cantidades de datos para “entrenar” los sistemas de inteligencia artificial, y en Estados Unidos la mayoría de estos se encuentran encerrados dentro de empresas como Facebook y Google.
Lee aseguró que China tiene una enorme ventaja en este rubro porque su gran población generará más datos y sus empresas están más dispuestas a compartir. Durante algún tiempo, la inteligencia artificial ha sido uno de los puntos cruciales para los tecnólogos chinos.
El aprendizaje profundo permite que las máquinas aprendan tareas después de analizar cantidades gigantescas de datos.
No está claro cuánto está gastando China en total. Sin embargo, un estado chino ha prometido invertir $5.000 millones en inteligencia artificial, y el gobierno de Pekín ha dispuesto $2.000 millones en un parque de investigación y desarrollo dedicado a la inteligencia artificial que estará en la ciudad.
Corea del Sur apartó cerca de $1.000 millones por su lado.
Canadá, hogar de muchos de los mejores investigadores en el campo, ha destinado $125 millones en parte para atraer a nuevo talento de otros países.
También es difícil decir cuánto gasta el gobierno estadounidense.
Las organizaciones gubernamentales como la Actividad de Proyectos de Investigación Avanzados de Inteligencia, el Instituto Nacional de Normas y Tecnología, y la Fundación Nacional para la Ciencia mantienen el financiamiento de nuevas investigaciones en las universidades y en el sector privado.
De acuerdo con un informe de la OSTP, en 2015, el gobierno federal gastó cerca de $1.000 millones.
La administración de Trump asegura que el gasto se disparó a $3.000 millones de dólares en el 2017.
Sin embargo, señaló que no era una comparación directa con la suma del 2015, porque no había certeza en la forma que el gobierno de Obama había realizado sus cálculos. ■■
“SE NECESITAN INMENSAS CANTIDADES DE
DATOS PARA ENTRENAR LOS SISTEMAS DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL, Y EN EE. UU. LA MAYORÍA DE ESTOS SE ENCUENTRAN ENCERRADOS DENTRO DE EMPRESAS COMO FACEBOOK Y GOOGLE.