El Financiero (Costa Rica)

Candidatos esclarecen sus propuestas fiscales

Carlos Alvarado, del PAC, apoya la creación del IVA y un esquema de renta mundial y global. Fabricio Alvarado, del PRN, también respalda el IVA, pero solo renta global

- Manuel Avendaño A. manuel.avendano@elfinancie­rocr.com

Luego de una primera ronda electoral repleta de generalida­des y debates flojos, donde los candidatos tenían que comprimir en un minuto sus propuestas para reducir el déficit fiscal, la segunda ronda ofrece una nueva vitrina.

El simple hecho de que la oferta política se redujera a dos opciones abre espacios para que Carlos Alvarado, del Partido Acción Ciudadana (PAC), y Fabricio Alvarado, del Partido Restauraci­ón Nacional (PRN), se alejen de las generalida­des y esbocen posiciones más claras y vehementes para enfrentar el desbalance fiscal.

La situación es insostenib­le. El Banco Central de Costa Rica (BCCR) estimó que la diferencia entre los ingresos y gastos del Gobierno alcanzará el 7,1% del Producto Interno Bruto (PIB) a finales de este año. La proyección es más sombría para el 2019, cuando el déficit financiero podría llegar al 7,9% de la producción.

¿Qué efectos negativos tendrá el déficit fiscal en el país? Son muchos, pero grosso modo se puede citar el aumento en la deuda pública que empujará un incremento en las tasas de interés y desincenti­vará la inversión privada en el país, por ende, la producción y el empleo se verán afectados.

En cuanto a las finanzas públicas, el rumbo más oscuro es el faltante de recursos para hacer pagos de salarios y ayudas sociales, además de poner al país en incapacida­d de saldar su deuda a

quienes por tantos años le han prestado recursos para financiars­e dentro y fuera de Costa Rica.

El escenario electoral abrió una posibilida­d para que los diputados aprueben por vía rápida el proyecto de Ley de Fortalecim­iento de las Finanzas Públicas, el tercer intento del Gobierno de Luis Guillermo Solís por aumentar los ingresos y aplicar leves reduccione­s al gasto.

Tras casi dos décadas de vivir en un ciclo de fracasos legislativ­os y entorpecim­iento político, periodo en el que se acumulan dos reformas fiscales aprobadas en 2004 y 2012 que luego fueron sepultadas por la Sala Constituci­onal, ahora cae una presión sobre los candidatos presidenci­ales para que planteen propuestas concretas en aras de solucionar el déficit fiscal y evitar una crisis.

A la sombra de la reforma

Antes de repasar las propuestas de los dos aspirantes presidenci­ales contra el desbalance fiscal, es importante entender cuál es la posición de Carlos y Fabricio Alvarado sobre la reforma que se aprobará por vía rápida en la Asamblea Legislativ­a.

Para el candidato oficialist­a, se trata de la única opción políticame­nte viable en el Congreso en este momento, pero la considera “insuficien­te”.

El oficialist­a sostiene su posición de que se requiere transforma­r el tributo de ventas por un Impuesto al Valor Agregado (IVA). Eso sí, dejar la tasa en el 13% no generará los recursos que se necesitan para superar el déficit, por eso apuesta por aumentarla al 15%.

Fabricio Alvarado ve la iniciativa como un “tanque de oxígeno pequeño” para generar más dinero a las arcas públicas, aunque tiene claro que con esta iniciativa tampoco alcanza.

El exdiputado de Restauraci­ón Nacional cree que la reforma propuesta por el Ejecutivo se debe aprobar sin mayores cambios para evitar que se caiga en las negociacio­nes legislativ­as que todavía quedan pendientes.

A criterio del candidato evangélico, el texto en trámite carece de propuestas para generar mayor control del gasto público y recortes en salarios y pensiones.

El Ministerio de Hacienda estimó que las medidas incluidas en el proyecto aumentarán los ingresos del Estado en 1,9 puntos porcentual­es del PIB cada año, lo que equivale a ¢660.000 millones. La cifra está muy alejada del déficit fiscal del país que para el cierre del 2017 era del 6,2% de la producción nacional, es decir, poco más de ¢2 billones.

¿Cómo obtener los ingresos?

Sin importar quién sea el próximo presidente, el hecho de llegar con una reforma fiscal aprobada, aliviaría la carga con nuevos ingresos y le ahorraría el costo político que implica promover un proyecto de esta naturaleza.

Los dos candidatos han expresado con claridad que están de acuerdo en pasar al IVA. Carlos quiere subir la tasa y Fabricio quiere mantenerla.

En renta, existen diferencia­s. El aspirante del PAC apuesta por moverse a la renta global y mundial, mientras que en las filas de Restauraci­ón Nacional solo aprueban la idea del mecanismo global.

Para precisar las propuestas de cada candidato, EF analizó sus planes de gobierno. Ante la generalida­d de sus postulados, se solicitaro­n entrevista­s con miembros de los equipos económicos de cada aspirante.

En Restauraci­ón Nacional se ahondó en las propuestas con Marcos Adamson, economista y coordinado­r del equipo económico, y con Mónica Araya, asesora en temas de comercio exterior.

La cita con el PAC se concertó con Epsy Campbell, candidata a la vicepresid­encia, diputada y economista, pero la entrevista fue cancelada.

Finalmente, se hicieron consultas específica­s sobre temas fiscales a los candidatos después del debate presidenci­al organizado por la Unión Costarrice­nse de Cámaras y Asociacion­es del Sector Empresaria­l Privado (Uccaep), el miércoles 28 de febrero.

Uno de los puntos más importante­s en renta es la posible creación de dos nuevos tramos para gravar los salarios con tarifas del 20% y 25%.

En el equipo de Fabricio Alvarado indicaron que esta es una propuesta que está en análisis y sobre la cual revelarán posiciones en las próximas semanas cuando publiquen una ampliación del plan de gobierno.

Mientras que en las filas de Acción Ciudadana apoyan la reforma fiscal propuesta por el Gobierno que excluyó la propuesta de los nuevos tramos de renta para las remuneraci­ones.

Entre las coincidenc­ias destaca que ambos partidos políticos impulsan planes para mejorar el cobro de impuestos, digitaliza­r la recaudació­n, fortalecer la factucoinc­idencia ra electrónic­a y asumir las buenas prácticas de la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Cautela con gastos

El discurso de ambos candidatos versa sobre la necesidad urgente de contener el crecimient­o del gasto mediante una regla fiscal que se debe aprobar en la Asamblea Legislativ­a y luego tomar medidas para hacer recortes en cuentas como salarios, pensiones, pluses y transferen­cias.

Sobre la regla fiscal existe una absoluta de restringir el crecimient­o del gasto, las diferencia­s se encuentran en la forma para lograrlo.

En el PRN estudian la posibilida­d de proponer una regla orientada a prevenir que el déficit financiero crezca más del 3% anual. Para el PAC, la idea es mantener el crecimient­o del gasto por debajo del crecimient­o nominal de la economía.

A la fórmula se suman diversas propuestas –de los dos bandos políticos– para migrar a un sistema de salario único con componente­s como poner topes a los sueldos más altos y pagar los pluses salariales de acuerdo con las calificaci­ones de rendimient­o que obtiene cada empleado.

Las pensiones y las transferen­cias del Estado tampoco escapan del espectro de acción de los candidatos, quienes apuntan a “analizar, revisar y buscar más opciones de recorte”. De momento, nada concreto en estos temas.

Buenas intencione­s

Tanto Fabricio como Carlos Alvarado han insistido recurrente­mente en la necesidad de tomar decisiones políticas para enviar buenas señales a los inversores, a los mercados y a los sectores de la economía costarrice­nse.

Fabricio apuesta por una reactivaci­ón económica que se basa en la simplifica­ción de trámites, atracción de inversión extranjera directa (IED), inyección de financiami­ento y educación dual para generar más empleo en sectores deprimidos como el agro.

Su plan se basa en generar confianza con la aprobación de la reforma fiscal y recortes en el gasto, lo que permitirá al país elevar su calificaci­ón de riesgo.

Carlos Alvarado apuesta a la creación de empleo con IED y fortalecim­iento a las pymes para generar mayor riqueza y reducir la desigualda­d.

Sus ideas también apuntan hacia la urgente necesidad de aprobar la reforma tributaria para dar señales positivas al mundo y reducir las presiones sobre las tasas de interés en moneda local que afectarán a las personas y a las empresas.

Al final, las buenas señales son el resultado de las acciones concretas que se toman en los foros políticos –la Asamblea Legislativ­a y el Poder Ejecutivo–, en campaña las propuestas deben estar basadas en números y proyeccion­es para evitar que se conviertan en un compendio de buenas intencione­s.

La experienci­a de un país sumido en dos décadas de discusione­s políticas sin resultados para reducir el déficit fiscal demuestra que el próximo gobierno debe escapar de las buenas intencione­s. Se necesitan resultados.■■

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FOTOGRAFÍA­S: JOSÉ CORDERO
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